✅ ❝ Subasta ❞ 𝖪ookmin ©️

Décimo quinto capítulo 🎀

Días antes:

—- "a dónde irás? Qué va a pasar con Jungmin? Te va a extrañar mucho, no tienes que irte, sabes que puedes quedarte conmigo."

Jimin cerró la maleta, y la escondió debajo de su cama, Justo antes de que la puerta sonara. Enseguida se acomodó la ropa y abrió, el mayordomo Seo estaba allí, con una mirada curiosa.

—- la comida está lista, el señor no va a poder llegar, tiene una junta. —- explicó, sin cuestionar los días que el joven estuvo fuera de la casa.

—- ya veo.. yo de hecho pensaba en comer con Jungmin en el orfanato, comer solo es deprimente.—- curvó los labios en una sonrisa forzada.—- podrías preparar el auto?

—- enseguida. —- respondió obediente, y aunque sospechando, el mayordomo se alejó de la puerta, en lo que el omega fingía buscar su cartera.

Una vez que el viejo alfa se alejó, se asomó por las escaleras y viendo libre la zona, bajo las escaleras sin hacer mucho ruido, fijándose que nadie estuviera cerca. Despacio camino hacia la biblioteca donde Jeon trabajaba normalmente y sin hacer ruido abrió la puerta, entrando y cerrándola para no ser captado.

Bastante ordenado" pensó, ya que todo lucía impecable pero rápidamente comenzó a actuar, no tenía mucho tiempo para conseguir lo que necesitaba de allí y por supuesto no era la copia del contrato matrimonial, claramente sus planes eran distintos. Se acercó al escritorio y rebuscó en los cajones, uno de ellos cerrado con llave el cual desvió un poco su atención, que era lo que había ahí dentro para estar tan protegido? Si alguna cosa había aprendido de Taehyung era a abrir cerraduras, ya que le divertía esconderle las botellas de coñac a su abuelo.

Era bastante gracioso verlo perder la cordura buscando sus botellas aún sabiendo que no podía beberlas.

Como sea, iba a por ello hasta que los pasos del mayordomo llamándole le hicieron volver a su plan inicial.

Rebuscando entre los libros y las paredes, no encontró nada, entonces empezó por los cuadros de alto valor, y rápidamente levantando uno encontró lo que necesitaba.

La caja fuerte de Jeon.

Tomó cinta y la colocó sobre caja fuerte con identificación digital, la huella del pulgar de Jeon estaba plasmada allí, obviamente no la había obtenido de la taza de café que pidió que le sirvieran en la mañana, como sea se abrió enseguida y sonrió complacido. Sacó los documentos de ella, revisando la carpeta encontró lo que necesitaba.

Los documentos que certificaban que la empresa del alfa Park que originalmente perteneció a los padres de Jungkook igual que las otras propiedades adquiridas de los Jeon, todas las que estaban en manos de su padre el señor Park, volverían a ser de la familia Jeon.

Jimin se encargaría de que lo perdiera todo.

El omega quería que sufriera, tanto como él sufría al saber que desde el principio todo fue planeado por el alfa, Jungkook lo uso a su conveniencia, le mintió una y otra vez, le pidió que confiara en él para que no pudiera hacer nada, lo que más le dolía fue que fingiera amarlo y querer formar una familia sabiendo cuánta ilusión le hacía eso.

Lo que jamás le perdonaría fue jugar con el pequeño cachorro.

Jungmin era tan feliz cuando lo veía, a pesar de que seguía escondiéndose entre sus piernas.

Pensar en eso le asqueaba, como alguien pasaba por encima de las personas siendo tan egoísta? La rabia le hizo apretar los puños y cuando se dio cuenta, estaba llorando de nuevo.

Rápidamente se secó las lagrimas y cerró la caja fuerte, ignorando la pequeña lágrima que había quedado en ella, acomodó el cuadro y guardó los documentos en su bolso, para salir despacio de ahí. Cerrando la puerta y cuando notó que el mayordomo venía fingió salir de la cocina, para dirigirse al automóvil.

Una vez que llegó al orfanato, pudo ver al pequeño rayo de sol en una mesa, triste porque hace tres días que no lo visitaba y es que no quería llorar frente al pequeño y preocuparlo, quería que cuando estuviera junto a él riera hasta que le doliera la pancita y que siempre esté feliz.

Tal vez era su olor, porque a metros el pequeño se levantó emocionado y comenzó a buscarle entre la multitud del comedor, hasta que lo encontró y sonrió con lágrimas en sus ojitos. Jungmin corrió hasta el omega y este se arrodilló para recibirlo.

—- hola, corazón..—- le susurró, abrazándolo fuerte.

Jungmin le miró, tocando sus mejillas con sus manos chiquitas.

—- te quiero..—- susurró y volvió a fundirse en su pecho, escuchando los latidos del omega, mientras este le besaba el cabello y sonreía, su lobo también se sentía completo ahora.

Después de pasar la tarde con el cachorro y dejarlo dormido, le dejó un peluche de nutria con su aroma para que no le extrañara tanto, y le ayudara a dormir ya que se había acostumbrado a dormir junto a él, pero cuando se estaba por marchar, el pequeño le sujeto la mano, pidiendo que no lo abandonara.

Y al ver sus ojitos, Jimin no pudo negarle nada a su pequeño.

—- podría dormir conmigo en casa? —- le preguntó a la omega que estaba encargada del orfanato.

—- esto no es algo que debería hacer, pero dado que iniciaron el proceso de adopción y el cachorro se ve feliz con ustedes, además de que el señor Jeon es muy amable y solidario con el orfanato, puede llevarlo.

Jimin sonrió, viendo al pequeño que jugaba con sus dedos.

—- muchas gracias, cuidaré bien de él.