C4: Touya

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Shōto no criticaba los gustos de su hermano mayor, Touya; sin embargo, eso no evitaba que se preguntará el por qué era arrastrado a su “travesuras” y cuando preguntó, la respuesta de Touya fue:

“El ingrato del hombre de las nieves se largó a echar polvo, un jodido traidor. ¡La próxima voy a hacer huecos a todos sus globos!”.

Shōto solo pudo suspirar largamente después de esas palabras. No necesitaba más explicaciones, creía.

Touya era difícil de complacer, haciendo las cosas que quería y sin ningún freno. Era el tipo que le gustaba algo, pasaba un tiempo y lo dejaba abandonado: perdía rápidamente el interés. Utiliza el sarcasmo y la ironía como mecanismo de defensa o para mostrar su humor, su carisma era de un gruñón a menos que llegará a pedir un favor. Quería todo y no gustaba que le hablarán como si fuera un niño pequeño.

Touya era difícil de entender para Shōto. Sin duda debía ser más complejo, pero Touya siempre era cerrado, mostrando apenas la cáscara de su personalidad.

Por ello, al estar debajo en un escenario gigante, rodeado de muchas personas desconocidas y con gustos ruidosos, urbanos y libres, sin pizcas del decoro de su hogar, y con su hermano arriba del escenario, creyó entenderlo un poco.

Sí, no entendía cómo jugaban, quién ganaba o cómo conseguían puntos, o tal vez por qué estaba ahí. Pero Touya se estaba divirtiendo, así que era bueno.

Además era una batalla de rap, para ser precisos.

¿Confianza? ¡Joder, claro que tengo confianza!
Pues unos sabemos que podemos
y otros siguen manteniendo la esperanza.

«Oh, qué buena respuesta», pensó.

Esperaba la respuesta de Touya, el contraataque, pero fue así. Touya estaba rojo de furia, su albinismo no ayudaba en esa situación y, aunque tuviera su cabello teñido, su piel pálida hecha fuego. La multitud se juntó, los guardias saltaron y Touya gritó maldiciones a todo pulmón, rabiando y queriendo acabar con el adolescente frente a él. Habían tocado indirectamente una fibra sensible en él, el peor secreto que escondía.

Shōto observó cómo traían a su hermano,  descalificado, con un guardia tamaño de Natsuo arrastrándolo, como gato, de su sudadera. Desvió la vista al frente y encontró a un joven rubio de su edad, con sonrisa arrogante y burlesca, parado erguido mientras sus amigos detrás de él festejaban y la pantalla gigante anunciaba:

[Dynamight ganó]

Los gritos del público lo alaban y gritaban que el novato era muy  bueno, y el chico de ojos rojos inflaba su pecho, orgulloso.

La verdad, no es que Touya fuera malo, simplemente perdió la poca paciencia que tenía y el rival tenía mejor inteligencia emocional. Sin embargo, igual gritó colérico y golpeó la bocina del coche, insatisfecho.

El ambiente era tenso, ya deberían regresar a casa.

—¡Hijo de puta, maldito enano! —escupió Touya, con rabia— ¡Qué mierda contestó, la improvisación estuvo de la mierda e igualmente lo aprobaron!

—La próxima ganarás —consoló, o al menos intentó.

La respiración de Touya era pesada, su espalda estaba encorvada y su frente pegado en la bocina, con su cabello y brazos escondiendo el rostro.

—Lo mataremos.

—No —niega al instante.

—¡Joder, Shōto! ¡Eres mi hermano, ponte de mi lado! ¿Acaso te gusta o qué?

—Si te digo que sí, prometes que nadie va a morir, ¿verdad?

Algo similar a una risa sale de la boca de Touya, el aire salió bruscamente a través de sus dientes cerrados, sus hombros tiemblan y, efectivamente, estaba riendo. Shōto piensa que el hecho de que se burle es mejor que el hecho de que grite.

—Si dices que te gusta, lo dejó tres metros bajo tierra, enterrado vivo detrás de una montaña —dice, con un tono irónico—. Já, por muy marica que se llegue a convertir mi hermano menor, no quiero más rubias oxigenadas en mi familia, con las patas de pollo me basta y me sobran.

Shōto encoge los hombros, restándole importancia.

—Pero él fue genial, ¿no?

—¡Ya, cállate! La próxima vez traeré a Natsuo —Touya gruñe, hastiado. Se bajó del auto, abre la otra puerta trasera y se acomoda en la parte más amplia del coche, entre los dos asientos—. Conduce tú, yo me voy a embriagar.

Shōto lo mira, espera un minuto y dice—: No tengo licencia.

—Me vale verga.

Estantería de Drabble's |BKTD/ TDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora