C20.- Acurrucado.

143 34 2
                                    

¡Por Dios! Denle un suspiro.

La vibración adormidera que se sentía en su pecho era la de un adorable ronroneo de Omega y, en estas circunstancias, no era muy molesto recibirlo para Bakugou Katsuki. Podría decir que a su alfa le gustaba la atención, en cierta manera. Tenía a un atractivo Omega —una belleza extraordinaria y mística para todos los Alfas con hormonas en clímax— ronroneando fuerte y alegremente mientras se sujetaba a su camiseta y apretaba los pliegues de su chaqueta con el fin de enterrar su nariz en medio de los pectorales y frotar su mejilla descaradamente.

¿Lo estaban probando, verdad?

Esto parecía un reto para descubrir los límites de su paciencia y sensibilidad hacia la casta menor: los Omegas. Tentando a su agresivo Alfa a pecar, agarrar con dureza las pequeñas caderas del Omega para alinear su miembro a la altura del ano y dilatar el inocente trasero.

«¡Jódete, Icehot! ¡Jódete mundo Omegaverse! ¡Vete a la mierda, dulce destino lleno de cachorros! ¡No lo hará!», grita dentro de su cabeza. Alza las manos a la altura de su cuello, evita tocar al cuerpo caliente encima suyo y... ¿Sabes? Realmente se está conteniendo, está siendo el maldito Alfa bueno que su madre le enseñó ser.

Toma un largo suspiro y, siguiente ese hilo de lucidez, piensa que este abrazo de Shōto sobrepasaba la cantidad de oxitocina que podía soportar en sus días cotidianos... Sin duda estaba siendo demasiado considerado con el Omega que estaba bien acomodado en su regazo.

—¡Quítate, Todoroki! —masculló Katsuki, con la educación que aún le quedaba. Pero el Omega suelta su chillido, aquel sonido exigente que pedía afecto. Sus mejillas se calientan por la vergüenza y empuja suavemente. Sin embargo, el Omega no obedece. Así que, entre sus dedos toma el cabello bicolor desordenado y pegado a su frente con los rastros del sudor, y jala— ¡Ya te dije que te quites! ¡Vamos, Halfie! Ya es tarde, seguramente todos preguntarán dónde estamos. ¡Además, estás en celo, maldito anormal!

Todoroki lloriquea.

—Un poco más, Katsuki... Huele a Alfa aquí —ruega el Omega.

Aquello es bastante obvio, ya que Bakugou es un Alfa. Entonces, chasquea la lengua y se sacude ferozmente mientras intenta levantarse del suelo donde estaba. Shōto no lo deja y se aferra con un koala. Bakugou está exasperado.

—¡Me polla duele tanto, que me voy a ser eunuco a este paso! —se queja Katsuki, con voz áspera y enojada. Quiere asustar a Shōto, pero éste lo mira a los ojos por unos segundos, parpadea y luego vuelve a pegar su mejilla entre los pectorales de Katsuki. Incluso parece ronronear más fuerte que antes—. ¿Me estás ignorando, maldito hijo de...?

Katsuki aprieta los hombros de Shōto, me provoca un quejido por la fuerza utilizada, y rápidamente se separa, ignorando los quejidos de protesta que salen de los delgados labios. Lo golpearía si no supiera que su sentido de muerte y coherencia se fueron de vacaciones al recibir el ciclo de calor de Omega.

—¡Tengo que irme!

Bakugou tira el cuerpo de Shōto a un lado y se levanta dispuesto a huir, pero siente la fría escarcha en uno de sus tobillos, tropezar y cae.

—¡Bastardo! —Bakugou no tiene tiempo para defenderse con sus explotaciones y toda la escena se congela. Los libros del estante, el escritorio y los cuadernos de Bakugou se quedan encapsulados en picos de hielo y la puerta de la habitación se sella. Todoroki se sube encima de Bakugou, se sienta en su estómago y apresa las muñecas del Alfa— ¡¿Estás consciente, verdad?! ¡Súeltame o te morderé!

—Si quieres, házlo.

El afilado y pálido rostro de Bakugou se sonroja, como un pimiento rojo extra picante, y entonces comienza a patalear mientras Shōto se acurruca en su pecho y pega su nariz a la curvatura del marcado cuello.

Bakugou siente como el Omega comienza a olfatearlo sin vergüenza y gruñe.

—A veces te quiero matar, ¿lo sabes, verdad? —dice antes de rendirse.

Estantería de Drabble's |BKTD/ TDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora