C7: Misión: cambiar un pañal.

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Aquí la duda comienza en…
¿Cómo se cambia un pañal?

Shoto miró extrañado el paquete de pañales y luego a su hijo, un pequeño bebé. Su vista se dirigía entre ellos, dudando qué hacer.

El pequeño bebé se quejaba y lloraba, y él, como un buen padre, se desesperaba. Apenas pasaron 5 minutos desde que Katsuki se fue y el bebé hizo pupu. Todo un problema.

—¡Vamos Shoto! —se alentó a continuar, golpeándose las mejillas para mantener la calma—. Todos los cursos de internet no son por nada, ¡Sí se puede!

Primero calmó al pequeño, acarició su pequeñas y esponjosas mejillas con sus dedos y limpió las lágrimas, lo beso en la frente y dió un suspiro. Era tan pequeño que tenía miedo de lastimarlo, sus manitos apenas y podían atrapar un dedo suyo. Demasiado adorable.

Y, con temor, liberó las cintas del pañal, la cintura ya no estaba sujetada y, poco a poco, comenzó a quitar el pañal. La verdad, nunca vio o le enseñaron correctamente cómo cuidar a su hijo. Su suegra, su hermana y su esposo  estaban pendientes del niño y él estuvo tan desinvolucrado, todo por culpa del estrés posparto. Fue traumática la cesárea.

El pequeño Katsuo, su bebé, tenía unos meses de nacido, no comía alimentos sólidos pero Katsuki lo catalogó como "cagón" o "máquina de popó". A Shoto no le gustaban esos apodos, pero comprendió porque su esposo lo decía al ver el pañal.

El héroe profesional huyó de la habitación.

Sin embargo, al escuchar el llanto no pudo ignorarlo y, desde atrás de la puerta, vió al bebé llorar encima de su cambiador, agitando sus manos y piernas. No tuvo el corazón para abandonarlo, se regañó mentalmente por lo mal madre-padre que era.

Así que lo intentó nuevamente, con cautela se acercó, como sí estuviera en una importante misión, corrió al cajón que Katsuki compró y ahí guardaba las cosas de bebé, alistó rápidamente todo lo que creyó necesario, lleno de prisa.

Y ahora comenzaba la verdadera batalla. Con los ojos cerrados y sin respirar cambió como pudo a su hijo, sus manos ágiles se movían rápidamente y en su frente se escapó una gota de sudor, tan complicado, pero al abrir los ojos tenía al bebé limpio, el piso con rastros con talco. Pero bebé limpio.

Sonrió victorioso. ¡Misión cumplida!

Agarró la esquina del pañal abultado, sucio y apestoso, y lo lanzó a la basura. Su hijo lo miraba feliz con una sonrisa, soltando su risita y aplaudiendo al ver suspirar a Todoroki.

Después de todo, quizás no era tan terrible el cambiar pañales.

—¿Qué estúpido te colocó el pañal al revés? —dijo Bakugou, varias horas después, después de llegar del supermercado y levantar a su pequeña pulga.

Estantería de Drabble's |BKTD/ TDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora