Capítulo 10

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Luego de que finalmente obtuvieron paz pudieron descansar unas pocas horas antes de iniciar un nuevo día de entrenamiento, abrazados amanecieron y tras salir el sol que ahora se colaba por las finas cortinas de la habitación del mayor se levantó y hábilmente se alistó para un nuevo día en el cuartel.

Mikasa por su parte también se había levantado y como era demasiado temprano se preparó en la habitación del azabache tras buscar su uniforme a la lavandería.

Tras desayunar una simple taza de té ambos, al salir del cuarto ambos tomaron caminos diferentes.

El capitán a su oficina para alcanzar unos documentos a Smith, y Mikasa a preparar el campo de entrenamiento con sus compañeros.  Hoy, la clase la dirigiría el azabache, cosa que más de la mayoría no le gustaba, porque a parte de ser sumamente exigente, era muy severo con cualquier falta de respeto o disciplina.

Todos formados en fila para recibir al capitán Levi, este llegó como siempre a horario y sin rodeos ordenando que calentaran sus cuerpos con 200 saltos a la cuerda.

Su mirar se encontró con el castaño quien en la madrugada lo fue a buscar por alguna, seguramente, tonta razón. El ojiesmeralda frunció el entrecejo al ver al mayor y seguidamente tras quitarle la mirada, empezar con el calentamiento. 

Por otra parte el mayor bufó con total desinterés hacia el mocoso, y depositó su atención en la azabache quien saltaba la cuerda de una manera inhumanamente rápido.

>> Qué mujer <<

Pensó, para luego quitarse la chaqueta de la legión y de igual manera calentar su cuerpo, saltando las 200 veces que anteriormente demandó. 

>> ¿Eren habrá hablado con Mikasa?<<

Cuestionó con su mirada clavada en esos mocosos lerdos y holgazanes. Aún mientras calentaba.

>> ¿Qué habrán querido decir?<<

Los celos nuevamente inundaban al mayor. Y mierda que le fastidiaba el pensar que Eren, Jean y Armin buscaban la atención de la menor.

─ Tch.— Ebozo.

Un día duro para los cadetes en cuanto entrenamiento, entrenamiento en el cuál notó un actuar muy extraño por parte de aquél trío de amigos. Mikasa, Eren y Armin, actuaban un tanto extraño, o más bien las expresiones de ellos eran bastante atípicas como para descifrar. Aunque mucho no le importaba al capitán, a excepción de la azabache. 

Durante toda la tarde se encontró en una tediosa reunión, en donde se hablaron de las condiciones y requisitos que necesitaba tener la legión para seguir conservando a Eren.

Terminado ese asunto con todos los altos mandos y cargos importantes, salió de aquella oficina detrás de Hange, en donde ella con normalidad saludó cariñosamente a los reclutas allí presente, para luego retirarse a continuar otras labores.

Por otra parte el azabache iría junto con Hange a completar otros importantes informes que involucraban al titan de Eren, pero se detuvo al ver la expresión de enfado en la Ackerman, por lo que con su aura indiferente observó al castaño a un lado de ella.

─ ¿Y tú qué? — Preguntó para con Eren. A lo que este respondió con impulso y notorio enojo.

{ Capitán ya sé la verdad, la verdad de usted y Mikasa... }

Confesó el ojiesmeralda, con sus puños apretados y la mirada clavada en el capitán. 

─ Me da gusto que lo sepas. Y ya que estás al tanto espero que entiendas tu maldito lugar ahora. —Contestó, ahora dando unos pasos hasta llegar al castaño y hacerlo topar su espalda contra la pared, sin siquiera ponerle un dedo encima, aún. 

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