Capítulo 9

27 6 2
                                    

Al verla retirarse hacia el baño esbozó una sonrisa juguetona, pues aquellos cambios de actitud de ella era muy interesante para el mayor.

Se incorporó en aquella cama y con una toalla que tenía limpió un poco aquellos fluidos que perlaban su miembro y muslos.

Si bien era un obsesivo con la limpieza, este tipo de cosas no le disgustaba en absoluto. Aunque si es la primera vez que hace este tipo de cosas en su habitación del cuartel.

La cama estaba un tanto húmeda, pero sólo fue motivo para mantener ese buen humor que ahora tenía pues todo esto era resultado de haber tomado en cuerpo y alma a la Ackerman.

Al sentir como ella se sentó en la cama, se giró en su lugar y se encontró con los ojos de ella sobre su cuerpo.

─ ¿Te encuentras bien? —Cuestionó ahora levantándose de la cama para mirarla. La noche era joven, y realmente no quería que la azabache se fuera, pero... ¿podría decirle? ¿Podría preguntarle si se quedaría?

Tal vez ella ahora quería irse. Se le ocurrió una idea, pero dudaba que ella quisiera. Pues pensó que luego de limpiar la cama en su totalidad, podían darse un baño ambos y descansar finalmente. Ya que sus responsabilidades aún no terminaban, por desgracia nunca parecían terminar.

Dio la vuelta a la cama para acercarse a la ojiplata y observar, detallar el rubor, las marcas y todo minúsculo detalle que poseía ella.

─ Hm, estás muy... bonita. —Mencionó en un leve titubeo, ese comentario le salió del alma, pues habló sin pensarlo mucho, sólo dijo lo que sus ojos veían. Y no lo decía solo porque la tenía ahora semidesnuda, si no porque era algo que siempre pensó de ella.

Escuchar al capitán decirle que Esta bonita, fue como si le hubieran dado un flechazo al puro corazón, no lo evitó y sus mejillas se pusieron aun más rojas.

Podría ser la mujer mujer más fuerte del mundo, pero esas acciones, la hacía tener una fantasía muy grande. Por un momento se sintió una mujer normal, una qué no tenía que preocuparse por ayudar a salvar a la humanidad, una qué de verdad no tenía responsabilidades alguna con el mundo, y sobre todo una qué no tenía responsabilidades con lo más importante que consideraba ella, hasta hace unos días.

Eren..!

Increíblemente, se había dado cuenta, que el ya no formaba parte de sus pensamientos, quizá solo lo quería como lo que en realidad fue.. Su familia..

— Usted se ve aún más atractivo, no se si se lo habían dicho..—Se tomó el atrevimiento de verle desde la cintura hasta el rostro, no Quero irse, no quería dormir en su habitación hoy, además que le tocaba comparto hoy con sasha, y escucharla hablar de comida era fastidioso aveces, aunque amaba a esa chica.

—La cama, se ensucio..—Miro las sábanas, quitando la vista al mayor, pues sentía que sus mejillas iba a explotar. Era raro, pero, se supone que, después de tener si primer encuentro, iba a ser diferente, la pena se iría, pero no, era al revéz, todo iba en aumento.

El solo ver como esos ojos profundos la miran de una manera que no sabe como explicar, si es devoción, cariño, deseo o que.. Solo sabe que ahora estaba amarrada a él. De una u otra manera.

—Si gusta puedo cambiarlas..—Se levantó y comenzó a agarrar la sabana, esperando un afirmativo de su mayor, además, aunque se haya limpiado, aún tenía su cuerpo algo pegajoso. Y en lugar de caerle mal esa sensación.. Le gustaba..

El capitán enmudecido ante el comentario de su atractivo cubrió un poco la expresión de su rostro con su mano.

No esperaba que ella dijera algo así sin algún titubeo o vergüenza. Para nada le molestó lo que dijo si no todo lo contrario. 

Delineando Nuestras vidas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora