Capítulo 5

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Tras accionar con los ladrones ambos Ackermans habían acabado en tan solo unos minutos, Levi sin mucho esmero y con una sensación extraña en su pecho, dejó inconsciente y gravemente herido al hombre, que ni tiempo a articular palabras le dio.

Limpió su daga con la ropa del ladrón y el azabache revisó la ropa y bolsillos de este, buscando alguna información para saber si eran unos simples ladrones, o algo más. 

Terminado el asunto dirigió su mirar a la chica, el verla con sangre se preocupó y se acercó, pero se detuvo abruptamente al oírla hablar con un tono diferente, observó mejor y se dio cuenta que esa sangre no era de ella a lo que su preocupación disminuyó un poco.

De la misma manera se alistó, tomó al caballo sobrante para atarlo al suyo. Miró a la azabache y tras saber que está tenía hambre asintió y se subió al animal.

>> ¿Habré hecho mal? <<

Se cuestionó, en ello al oírla, su respuesta a lo que anteriormente contestó, lo dejaron enmudecido.

>> ¿No importa que sea yo? No le afecta que le llevo tantos años...

Realmente a Mikasa no le importa la edad, eso era lo que entendía, lo que le daba a entender ella.

Verla avanzar antes que él lo interpretó como que deseaba tener algo de distancia. Suspiró y siguió a la menor, lo que restaba del camino para regresar al cuartel, unos pasos atrás de ella.

Luego de dos horas más llegaron, y se hallaban desensillando a los caballos para luego soltarlos a que beban agua y coman tranquilos.

─ Ve a limpiarte, yo buscaré algo para que comas... trata de evitar que te vean así.—Explicó, saliendo junto a ella de los establos.

Lo miro y le dio una sonrisa con algo de desilusión, pues esperaba mucho más que solo le diera su espacio. El camino para volver fue largo, y ella quizá esperaba que esté le dijera algo al respecto de su contestación.

Asintió ante lo que este le dijo mientras salía de él establo junto con el, siguiendo los pasos de e él mayor, estuvo esperando y conteniendo los sentimientos hasta que logró decírselos y sabía que el jamás la miraría de una manera diferente, sintiendo lo que sienta en realidad.

>>No debi decirle nada, Tch.. El segundo rechazo en mi vida.. Como deseara no tener más 17 . <<

Se pensaba hasta que llegaron a los pasillos, donde esta vio la dirección para ir a su dormitorio, necesitaba una ducha y un desayuno con urgencia, su estómago y cuerpo  lo pedía.

—Gracias por el pase de ayer, y por la agradable noche.—Le dijo antes de voltearse por completo, lo miro unos segundos más, alzó la mano donde tenía agarrada la cuchilla y rasco su cabeza, recordó la herida en su mano y después la miro. Estaba al igual que su cuchilla y brazo cubierta de sangre.

—Emm.. bueno lo veré después, creo.—Le expreso dejando una última mirada, bajo sus manos y se encaminó a su habitación con un incontrolable desconcierto, buscaría ropa para ir a las duchas y darse un baño.

El silencio ahora no lo sentía como antes, ahora el ambiente se haya extraño, pues tras la confesión y durante el silencioso camino el capitán repensaba las palabras de la chica, y su contestación.

Una vez dentro del cuartel caminaba sin siquiera observar hacia donde, pues llegaba a donde pretendía por mera memoria muscular.

Al oír su agradecimiento el mayor sintió gusto, gusto también por oír ese tono de voz que tanto descubrió que le gustaba.

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