Jungkook
Cuando la llamada sale de la central, se abre una fosa en mi estómago.
Cinco sospechosos en custodia. Robo.
Cuanto más escucho la charla entre el despachador y los oficiales que responden, más aprendo. Un empleado de la tienda también está detenido como sospechoso por ayudar y encubrir el robo. Todo el delito fue captado por las cámaras de seguridad. No se menciona a Yoongi, pero sé que está entre los cinco sospechosos. Lo sé.
Estoy conduciendo como un murciélago del infierno desde el otro lado de la ciudad, acelerando con los semáforos en rojo y girando las esquinas en dos ruedas. Debe haber dejado su teléfono en the Devil's Den, porque lo rastreé hasta allí solo para encontrarlo desaparecido, un montón de chicos punk en su lugar, ninguno de ellos dispuesto a hablar. Más que nada, quiero concentrarme en llegar a el y hacer que todo esté bien, pero me niego a dar por sentada su seguridad o libertad. Cogiendo la radio, le ladro al receptor. -Si uno de los sospechosos es Min Yoongi, manténgalo en la escena hasta que llegue.
Un crujido viene de mi radio montada en el salpicadero. - Recibido, Capitán. - Una larga pausa, seguida de una risita. -Es Yoongi, de acuerdo. No sabía que había vuelto a la ciudad. El chico siempre ha sido problemático...
-No lo interrogues. Ni siquiera lo mires. - Los músculos de mi garganta están tensos. - ¿Me escuchas?
Su tono cambia abruptamente. -Sí, Capitán.
Vuelvo a poner la radio en su sitio y me meto en el aparcamiento donde tuvo lugar el robo. Las luces rojas y azules parpadean en el callejón detrás del Walmart y con un chillido de neumáticos, me estaciono y salgo del vehículo, ignorando los gritos de mi nombre y asaltando hacia la fila de sospechosos alineados en la acera.
Ahí está el.
Esposado en medio de la escoria de la calle, como un diamante caído por error entre las cenizas. Sus ojos de aciano me encuentran inmediatamente, luego se alejan, su barbilla se vuelve terca. Sin embargo, la punta de su nariz se pone roja, delatándolo, y mi corazón da un vuelco.
Maldita sea. Esto es mi culpa. Fui demasiado fuerte.
No le di la oportunidad de confiar en mí antes de empezar a pedirle que considerara el futuro. Mi pobre chico probablemente se asustó mucho. Por supuesto, cayó en malos hábitos. Fue demasiado, demasiado pronto. Arréglalo.
Aclarando mi garganta con fuerza, me dirijo al oficial más cercano. -Llevaré a Min Yoongi a la estación y le tomaré la declaración yo mismo.
-Vigile de cerca sus llaves. - advierte el oficial, sonriendo. -Es conocido por robar coches de policía y llevarlos a nadar. - Da la espalda a la fila de sospechosos y baja la voz. -No me importaría llevarlo a dar un pequeño paseo, si sabes a lo que me refiero.