Capítulo 2 (Editado)

20 3 17
                                    

"Tu corazón peligra a medianoche. Si te lo rompo, quién lo cose, espero que no te enamores".

Yera, Morat -Mejores amigos

08 de agosto de 2021

Max

Sentía que había dejado escapar mi única oportunidad con Emma. La vergüenza me atormentaba con una intensidad que parecía oscurecer cada rincón de mi mente. Cada vez que intentaba disipar esa frustración, el peso de mis acciones se hacía más evidente. Al despertar, deseaba con todas mis fuerzas que lo vivido fuera solo un sueño absurdo, una fantasía nocturna alimentada por el exceso de horas dedicadas a videos sobre la modelo. Uno en particular, titulado "10 Cosas que No Sabes de Emma Allen", había capturado mi atención y nublado mi juicio. Esa información había terminado por llevarme a escribirle a Emma en una oleada de mensajes a las 4:56 de la mañana. Ahora, al recordar esos mensajes, me moría de vergüenza, arrepentido y frustrado por no poder borrarlos. Pero ya era demasiado tarde; habían sido leídos, aunque no respondidos.

Desbloqueé mi teléfono y revisé el chat una vez más, sabiendo que probablemente nada había cambiado en esos tres minutos que había pasado sin mirar. Como sospechaba, no había novedades. El universo parecía burlarse de mí, haciéndome obsesionar con la única mujer que, aparentemente, no tenía intenciones de responderme.

Para escapar de esta tortura psicológica, decidí regresar a la casa de mis padres. Mi apartamento, usado únicamente para momentos de embriaguez o encuentros casuales, permaneció en silencio mientras me aseguraba de apagar todas las luces antes de partir. Estaba seguro de que Victoria, mi madre, me daría un sermón por no haberla llamado. Resoplé, amaba a mi madre, pero a veces podía ser abrumadora.

Mientras conducía hacia su casa, mi mente giraba en torno a las maneras más creativas de evitar su reprimenda. Finalmente, llegué a la conclusión de que el mejor enfoque sería un abrazo tan apretado que desarmara cualquier reproche.

♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷

Emma

Estaba tratando de mantener la compostura, pero en realidad, me sentía completamente agotada. Ben, con una expresión triunfante, se plantó frente a mí y soltó con entusiasmo:

—¡Emma, esto es gigantesco! Versace quiere que estés en su desfile. ¡Esto es lo que llaman un sueño hecho realidad!

Lo miré con una mezcla de incredulidad y agotamiento, mientras él seguía hablando:

—Ahora, café. No quiero verte ni un segundo más sin la dosis de cafeína que necesitas para sobrevivir a esto. ¡Así que ponte en marcha!

Sus palabras eran más una orden que una sugerencia, y sabía que tenía razón. Sin café, apenas funcionaba. Pero eso no era todo; Ben siempre tenía más que decir:

—Y mientras estás en eso, asegúrate de hacer las maletas. ¡No querrás llegar a París con tu ropa de dormir y nada más!

—Sí, señor, lo que usted ordene —murmuré con sarcasmo, mientras me dirigía a la ducha, intentando procesar todo lo que acababa de escuchar.

Una vez en la ducha, el agua caliente comenzó a relajarme, y tomé el jabón con manos ligeramente temblorosas, deslizándolo sobre mi piel como una caricia. Sin embargo, mi mente no estaba realmente ahí. Se había desviado hacia otra persona, hacia otro lugar. Los recuerdos de los mensajes de Maximilian se colaron en mis pensamientos, haciéndome sonreír. Una risa suave escapó de mis labios, a pesar de que, en ese momento, odiaba un poco a Ben por no dejarme disfrutar más de este momento.

When Emma falls in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora