"All the things I did just so I could call you mine"
Favorite crime-Olivia Rodrigo
Max
Nos reunimos en tres días en el estudio. "Se acabaron las vacaciones," escribió Shawn, nuestro manager, en un correo informando sobre los planes de la disquera. Algo que extrañaba de ser una banda independiente era la libertad creativa que teníamos, esa sensación de estar creando algo nuestro. Ahora todo parecía más mecanizado, más controlado.
—Yo ya tengo algo adelantado —dije, llevándome la copa a los labios, el vino frío contrastando con el calor de la habitación—. Solo quiero que lo lean y me digan qué piensan.
—Yo tengo ideas, pero nada concreto aún —respondió Jin, encogiéndose de hombros.
La noche avanzaba, pero mi cabeza no lograba estar completamente presente. Wendy, que había estado jugando con mi mano durante gran parte de la velada, seguía a mi lado. Sentí sus dedos entrelazarse con los míos, algo en su silencio me hizo girar la cabeza hacia ella.
—¿Estás bien? —le pregunté, intentando leer su expresión. Sabía lo mucho que le gustaba el contacto físico, pero algo en su actitud esa noche se sentía diferente. Su comentario de antes seguía resonando en mi mente: "Has estado tan distante." Sabía que tenía razón. Había dejado nuestra amistad de lado, aunque no intencionadamente.
Ella me miró y sus ojos parecieron iluminarse un poco.
—Sí, ahora sí —respondió con una pequeña sonrisa antes de girarse para comentar algo con Sophie.
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—No, no quiero, gracias —decliné la invitación de Wendy para bailar. Estaba claramente mareada y con mucha energía.
—¡Vamos, cariño! No puedes rechazarme toda la noche. Me puse bonita para ti —dijo, acercándose demasiado, sus pechos rozando mi brazo mientras su perfume dulce invadía mis sentidos.
La miré, intentando mantener la calma. Wendy siempre había sido coqueta, pero hoy parecía llevar las cosas un paso más allá.
—Estás muy linda, Wen, de verdad. Pero estoy cansado. Anda con las chicas, ¿sí? —le respondí, tratando de desviar la conversación mientras buscaba con la mirada a Sophie y Olivia, que habían desaparecido hacía rato.
—Aburrido —murmuró mientras se acercaba más. De repente, intentó besarme. Giré la cabeza instintivamente y sus labios chocaron torpemente contra la comisura de mi boca.
—Pff, lo sabía, aburrido. Igual te quiero —dijo con un puchero antes de alejarse.
Suspiré, volteando hacia Jin, que estaba sentado en el sofá con una expresión de fastidio.
—¿También notas que está actuando raro? —le pregunté, tratando de no darle demasiada importancia al incidente con Wendy.
Jin asintió, entrecerrando los ojos.
—Creo que simplemente ya no lo puede ocultar —dijo, cruzando los brazos con gesto despreocupado.
—¿Qué cosa? —respondí.
—Que le gustas, idiota.
Una carcajada incrédula salió de mis labios.
—No, no es verdad. Wendy es mi amiga, y no me pongas esa cara —le dije, con un tono algo defensivo—. Además, sé que te gusta, y por eso quiero decirte que se acabaron los tríos. Quiero que volvamos a ser amigos, de los que no follan.