Capitulo 5 (Editado)

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"I'm yours to keep, and I'm yours to lose. You know I'm not a bad girl, but I o bad things with you"

So it goes, Taylor Swift.

16 de agosto.

Emma

Mi vida estaba en un frenesí absoluto. Castings, pruebas de ropa, sesiones de fotos... apenas tenía un segundo para respirar. Pero lo había logrado: tres marcas gigantes me querían en sus desfiles. Versace, Valentino y Chanel. Mi agenda era una obra de arte, un equilibrio entre el caos y la precisión, como si fuera una malabarista profesional con mil bolas en el aire. Si tuviera que describir mi día a día, diría que es una mezcla entre un rompecabezas imposible y una bomba de tiempo. Todo milimétrico. Sin margen de error. Sin espacio para distracciones. Aunque la mayor ironía era que la única distracción que tenía... era también lo único que me mantenía cuerda. Max.

Con tanto caos en mi vida, decidí compartir mi horario con él. Al fin y al cabo, había estado actuando como mi fan número uno, haciendo de mi asistente personal solo para poder pasar más tiempo conmigo. Después de la noche que pasamos juntos, pensé que no lo volvería a ver tan pronto. Pero al día siguiente, allí estaba. Despertamos juntos, compartimos el desayuno, y prácticamente no se separaba de mi lado. A veces, me recordaba a un perrito emocionado, siguiendo a su dueño a todos lados. Era adorable, aunque jamás se lo diría. O quizás sí, solo para ver cómo reaccionaba. 

Lo cierto es que Max tenía una especie de radar. Sabía cuándo aparecérseme justo cuando más lo necesitaba, como aquella tarde en que, después de horas interminables de trabajo, se presentó en mi hotel con una bolsa de comida. Mi estómago rugía y mis niveles de energía estaban por el suelo. Solo recordarlo me hacía sonreír, sintiendo ese calor que solo él provocaba en mí.

—¿Cómo haces para saber siempre lo que necesito? —le pregunté, mientras devoraba la comida que había traído.

—Tengo mis métodos —respondió.

—¿Es tu súper poder o algo así? —bromeé, aunque en el fondo lo decía en serio.

—Mi súper poder ahora mismo es mantenerte alimentada e hidratada, porque lo que menos haces —dijo, con tono serio.

Solté una carcajada mientras lo señalaba con el tenedor.

—Tu verdadero súper poder es dar buenos orgasmos —dije, observando cómo su sonrisa socarrona aparecía.

No podía evitar sentirme agradecida de tenerlo a mi lado. Aunque, siendo completamente honesta, había momentos en los que me preguntaba qué demonios hacía conmigo. Él, con su fama, su dinero y su capacidad para hacer que cualquiera se derritiera en cuanto lo veía, podía tener a cualquier chica. Y, sin embargo, seguía apareciendo en mi habitación a altas horas de la noche. A veces ni siquiera era por el sexo. Solo se acurrucaba a mi lado, me envolvía en sus brazos, y se dormía conmigo.

Ese comportamiento me descolocaba. ¿Por qué alguien como él haría eso? En el fondo, no podía evitar sentirme vulnerable. Sabía que había algo más profundo en todo aquello, pero mi mente, siempre llena de dudas, no me dejaba confiar del todo. Me preguntaba si había algo que yo no estaba viendo, algo que explicara por qué él, con toda su perfección y su vida de lujos, estaba ahí, a mi lado.

 Me preguntaba si había algo que yo no estaba viendo, algo que explicara por qué él, con toda su perfección y su vida de lujos, estaba ahí, a mi lado

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When Emma falls in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora