Capítulo 8 (Editado)

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"You found someone more exciting, the next second, you were gone and you left me there cryin', wonderin' what I did wrong"

Enough for you-Olivia Rodrigo

Wendy

No había terminado de publicar una historia en Instagram cuando mi teléfono comenzó a vibrar, iluminando la pantalla con el nombre de Shawn. Mierda. Sabía que estaba metida en problemas. Pero, para ser honesta, parte de mí sentía que lo merecía. Max lo merecía.

Apreté los labios mientras los recuerdos me golpeaban. Esto iba a traerme complicaciones, lo sabía, pero después de todo lo que había pasado, después de cómo él jugó conmigo durante todo este tiempo, ¿qué esperaba? ¿Qué me quedara quieta, tragándome todo, como si nada? El tuit fue una estupidez, sí. Pero fue impulsivo, salió desde lo más profundo de esa parte de mí donde guardo los celos, la rabia y la frustración que Max había alimentado durante años.

La rabia creció en mí como una llama. Me iban a matar, Shawn me iba a gritar, y la banda... la banda iba a estar en riesgo. Pero Max no era inocente. Él también había jugado su parte en todo esto.

Antes de que pudiera seguir hundiéndome en mi enojo, la voz cortante de Shawn atravesó el auricular.

—¿Qué mierda fue eso, Wendy? —dijo, con ese tono tan serio que solía usar cuando estaba al borde de perder la paciencia.

No dije nada. ¿Qué podía decir sin que el veneno se me escapara? Si abría la boca, perdería el control, y no le iba a dar ese placer. Así que lo dejé despotricar sobre "mala prensa", sobre la "mierda" que había provocado. Shawn no tenía ni idea de a quién se refería esa publicación, porque nunca aceptaría lo que había entre Max y yo... y eso lo sabíamos todos. Bastante tenía ya con Sophie y Jane. Así que lo mantuvimos en secreto: besos robados, caricias rápidas, risas que solo compartíamos en la oscuridad, cuando nadie más podía vernos. Era nuestro y de nadie más.

Hasta que él lo arruinó todo.

—Te quiero en las oficinas ahora mismo —gruñó Shawn, interrumpiendo mis pensamientos—. Le voy a escribir a los demás. Espero que tengas una buena excusa, porque el control de daños será inmenso.

Control de daños. ¿De qué se preocupaba tanto? Este drama solo serviría para hacer crecer nuestra fama. A la gente le encanta el caos, les encanta el morbo de las relaciones rotas. Estaba acelerando lo inevitable, y en el fondo, eso me daba un retorcido placer. La llamada se cortó, y la pantalla volvió al fondo gris de mi celular.

Suspiré y dejé caer el teléfono en la cama, cruzando los brazos con frustración. Podía imaginar perfectamente lo que dirían de mí: "Eres demasiado inestable, demasiado emocional, cruzaste la línea." Pero no, no todo era mi culpa. Max también tenía parte en esto. Él fue quien me hizo creer que había algo más, que yo realmente significaba algo para él

Salí de mi apartamento, el aire fresco golpeando mi rostro mientras caminaba hacia la oficina. Tenía que pensar rápido. No podía presentarme allí sin una buena excusa, sin una justificación convincente. Sabía que tenía que darle la vuelta a la situación.

Mientras caminaba, me di cuenta de que, en el fondo, no estaba arrepentida. Dolida, sí. Asustada, claro. Pero arrepentida... no. Max me lo debía. Siempre me dejaba como su opción de una noche, la chica lista para ser su diversión temporal, mientras él buscaba a alguien más. Cuando me propuso ser "amigos con derechos", acepté. Fui una ilusa. Pensé que eventualmente se daría cuenta de que yo era la única para él. Vaya sorpresa, dos años después, y me sale con que "está conociendo a alguien". Me destrozó. Él había sido mi mejor amigo antes de todo esto, y ahora solo me había roto.

When Emma falls in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora