Capítulo 2: Cómplices de mil y un crimenes.
La mañana era idénticas a todas las demás pasadas, su madre siendo excesivamente amable y atenta con el, como si ayer no hubieran tenido nunca esa discusión, y como si la marca en su pómulo no fuera más reluciente. Comieron en silencio, incluso si su madre intentaba charla con el amistosamente.
Solo comió en silencio ignorando a su madre, tomo el lonche que la mujer le ofrecía con amabilidad, también explicándole que ya no habría dinero para darle en esta última semana, pues le habían bajado el sueldo. El chico solo ignoró lo que le intentaba explicar y guardo el toper en su mochila, camino a la puerta y salió de casa.
Escuela.
La escuela para el, antes de estar en esta, era como ser un rey. Era esparcir miedo y respeto en casi todos, ser intocable y protagonista de susurros y rencores. En su antigua escuela era lo que consideraban un matón, el y cuatro chicos más. Los matones de esa Preparatoria. Pero el, en especial, era quien más llamaba la atención, no molestaba a las personas con comentarios provocativos o insinuantes, y aunque peleará sin problema-con ventaja en su aspecto físico-casi nunca lo hacía, solo si uno de los chicos estaba en un lío. El infligia miedo en la escuela, sin duda, pues el tenía al alcance de sus manos cualquier información, que podía esparcir sin ningún problema.
En el internet, en la red. Podía filtrar chat realmente cuestionables, o solo esparcir chismes con fotos sacadas de contexto, o algo más grave, como publicar fotos íntimas de chicas o chicos que le debían una. Puede que no sea tan malo el escuchar algo así, pero imagínate, ser atacado por vía internet, que la información se escabulla a todo dispositivo-poseido por todos-y que se sepa cosas privadas de ti, sin poder hacer algo, fotos íntimas de ti, datos personales o publicaciones cuestionables. Estás inofensivo en ese sentido, y si lo estás es mejor no meterse con el y los cuatro más.
Pero ahora, en la actualidad, después de su expulsión definitiva por filtrar datos personales del personal del plantel, su madre decidió mudarse y con ello estar en una nueva escuela. Ahora solo mantiene un perfil bajo, no quiere amigos, solo uno que lleva con el un año-Miguel-.
La cosa va bien, pues honestamente el mismo se guardaba algo de rencor por atacar a las personas de esa manera tan cobarde. La expulsión y la mudanza también sirvió como una excusa para rehacer su vida a su manera, sin errores como esos que se arrepentía profundamente.
La escuela estaba a la vista, sin duda debía ser tarde, pero estaba demasiado fatigado como para darse prisa o preocuparse, hablo con la persona que se encargaba de cuidar el portón, le enseño su credencial y excuso, como siempre. La mujer que atendía solo se hizo a loca, evitando dar a entender que era el mismo chico que llegaba tarde todos los días con la misma excusa.
Camino por los pasillos solitarios y silenciosos, vio la puerta de su salón y pudo responder con un suspiro seguido de su mano tocando. La abrió al no tener respuesta, algunos de sus compañeros estaban en sus sitios, pero faltaban algunos más, notorio por los pupitres marcados con su maletas. Dirigió su vista al único lugar donde le interesaba. Hacia su asiento compartido con Miguel.
El chico estaba sentado en aquel final del salón, tenía en su mano una pluma con la cual escribía algo en unas hojas de papel-Tarea, pensó Luis-, se acercó más ligero, más en paz y con menos sensación de pesadez;Miguel estaba bien.
Hizo un pequeño movimiento intentando dejar su maleta, haciendo que Miguel tuviera una reacción a la defensiva, pues casi nadie Hiba hacia su sitio con buenas intenciones, su reacción se calmo al ver al chico y, inconcientemente, sonrió. Dio una pequeña y involuntaria sonrisa, de esas que hacían sentir a Luis, a papulince, de esa manera tan especial, tan única e inigualable que lo hacía sentir afortunado, feliz.
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Un Roto Para Un Descocido | Papufresco (Papulince X Pana Fresco)
FanfictionCuando por fin nos encontramos, cuando por fin nos miramos por primera vez, ya era tarde. Ya estábamos en un punto muerto donde lo único que teníamos y conservamos era la "esperanza", donde no había nada que hacer contra los problemas, más que tener...