Capitulo 3: El antónimo de sinónimo.
La vida era así, al menos así era vista por el, como una clase de tortura que te orilla a dar todo para sobrevivir. Como una especie de prisión, como una especie de prisión que te encarcela a tu modo y te hace disfrute de la libertad, pero siendo solo una palabra, pues no la tienes. Y es que buscar un "por qué" es mucho más complicado que solo pensarlo.
¿Para que vives? ¿Cual es el motivo de vivir?
La vida había sido dura con él desde un inicio, desde que era apenas un crío y lo único que tenía de idea sobre la 'vida' era que era vivida por adultos. Una pobre idea no te prepara para lo que realmente implica vivir. Y es que un niño en el mundo adulto siempre será un foco de desgracias. Y fue así desde que su padre abuso de el y entendió que era "vivir".
Ser traicionado por alguien que amabas y confianza con plenitud, como ser empujado por la persona menos esperada hacia el mar. Sin previo aviso, sin la mínima idea de como nadar.
Y sin tener un motivo o un 'por qué' se aferró a la vida, y lo seguía haciendo, a uñas y dientes, sobreviviendo para no perder en este "gran desafío" que parecía significar de igual manera. Incluso si apenas era un niño, un niño en el mundo adulto.
Su madre le dio la espalda, guardando un obvio e innegable rencor a su propio hijo, pues ella consideraba que por culpa de él su esposo había sido arrebatado de su lado.
Sus manos pesaban al intentar seguir aferrándose a la vida, a la realidad, como intentar nadar contra corriente-obviamente sin avance, sin mejora-, era solo imposible y el final de todo esto ya estaba previsto. Ya estaba destinado
Sin duda todo aquello que lo llevo a hacer como es, como lo que provocó ser el, no es más que un recordatorio de su debilidad. Su soledad no es más que un constante aviso de lo que es ser débil.
Su vista pico, intentando ajustarse a la oscuridad que se tragaba todo, desapareciendo lo en la 'nada'. No podía ver más haya que sus propias manos, no podía saber que había parado enfrenté suyo. Incluso sin ver, incluso si sabes que sucedía, estaba al tanto que había alguien mirándolo fijamente. Enfrente de el. Serca de el.
Un pequeño rayo de luz a sus espaldas iluminó toda esa inmensa oscuridad, como si en ese momento-y solo en ese momento-la 'nada' que también amenazaba por tragárselo se transformara en una habitación, en su habitación de la infancia.
En la puerta, mirándolo de manera morbosa, estaba una silueta. Una silueta que resaltaba sus dos ojos azules, casi chinos por completos. Su corazón golpeó, con intensiones de detenerse o hacerlo entrar en razón, que estaba en peligro. Giro hacia atrás, hacia esa parte de la habitación que aún permanecía en penumbras, buscando lo que sea que estuvo parado enfrente de el hace unos momentos.
Porque cualquier cosa sería mejor que estar con ese sujeto. Camino con desesperación, dando una pequeña vuelta mientras buscaba con la mirada a aquello, a aquello que se escondió al llegar de esa figura. De esa cosa, pues humano no era, porque no puede haber tanta crueldad en algo "humano".
-Mamá no está, Miguel.
La voz sonaba distorsionada, pero de alguna manera conocida y torturante. Tenebrosa como la recordaba en su niñez. Con ese tono que fingía ser amable solo para esos momentos. Como una abvertencia a la desgraciada y sufrimiento.
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Un Roto Para Un Descocido | Papufresco (Papulince X Pana Fresco)
FanfictionCuando por fin nos encontramos, cuando por fin nos miramos por primera vez, ya era tarde. Ya estábamos en un punto muerto donde lo único que teníamos y conservamos era la "esperanza", donde no había nada que hacer contra los problemas, más que tener...