Cuando Zoe se tiene que cambiar de escuela y club debido a su mudanza de casa, protesta. Sin embargo, al conocer un poco mas a las personas que acuden al Monumental y a un chico de linda sonrisa, cambia rápidamente de opinión.
Recorrí toda la sala, la cocina y el patio 3 veces, sin encontrar a Franco por ningún lado. Veia a parejas chaparse en cualquier lado de la casa sin tener la mínima vergüenza.
Subi las escaleras que llevaban a las habitaciones. Camine despacio y toque la primera puerta. Nada. Me movi un poco mas y llegue a la segunda puerta. Esta vez ni siquiera toque. Entre sin pensarlo.
Alli se encontraba la persona que estaba buscando. Estaba en cuero y habia un olor horrible. Inmediatamente me puse roja.
―Uy, perdon― dije girandome. El solo rio sonoramente.
―Tranquila― dijo haciendo que me de vuelta. Ya tenia una nueva remera puesta.
―Que olor que hay― dije tapandome la nariz.
―Es que me vomitaron en la remera― dijo mientras mostraba una remera negra llena del liquido asqueroso. Abrió la ventana para despejar el olor y tiro la remera a un tacho donde reposaban otra prendas sucias.
Volvio a su lugar anterior y nos quedamos mirando. Alguno tenia que decir algo.
―Los chicos me mandaron a buscarte―dije para cortar el silencio.
―¿Los chicos?― pregunto, con una ceja levantada, acercándose mas a mi persona.
―Si si, querian decirte algunas cosas― respondí nerviosa por la cercanía de nuestros cuerpos. Me tenia pegada a la pared.
―Ah ¿si? ¿Y que cosas querían decirme?― movió un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
―Emm..
Como si hubiese invocado algo que me salvase de ese nervioso momento, entro alguien por la puerta. Pero no era justo la persona a la que quería ver allí.
Valentina me miro con la peor cara de orto posible. Yo la mire igual. Franco, al ver su aparición repentina, se corrió.
―¿Que haces aca?
―Te estaba buscando amor―alargo la palabra "amor" y se colgó del cuello del chico. Y como si nada, lo besó.
Al principio, la sangre hirvió por mis venas. Después, me sentí una pelotuda. Sali prácticamente corriendo de la habitacion, escuchando los gritos del chico al que supuestamente sus amigos decían que le gustaba yo.
Busque con la mirada a algunas de mis amigas, pero fallé. Dile, de Don Omar, estaba a mas no poder, y al entender de que por mas que llamara a sus celulares no lo iban a escuchar, me fui de esa casa.
Claramente no estaba triste. Ósea, recién lo conocía, y sabia que los jugadores de futbol nacen siendo gatos. Pero no podía decir de que no me habia ilusionado al menos un poco luego de su comentario. Por ahi fue alguno de sus amigos. Si, seguramente fue eso.
Caminaba, bastante enojada, con pasos fuertes replanteándome lo que me pasaba en ese preciso momento.
Me dolían los pies. Se me subía la minifalda. Y, como si fuera poco, habia perdido los anteojos.
Me senté en un banco en un vereda de alguna plaza, y como si retomara mi pasatiempo favorito de hace unos años, abrí la app en donde me podía expresar tranquilamente sin ser juzgada.
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Me alegre al ver que varias personas me retuiteaban y pensaban lo mismo que yo. Me fije la hora. Ya casi las 2:10. Era tarde para estar en la calle, y mucho mas sola.
author's note:
holaaa
si, volvi dps de como mil años, y que?
este fue un cap re corto, pero el proximo sii va a tener mas accion, lo prometo.
