Expedición al hospital "36-D"

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Mientras trataba de ser amable con Mario y decía palabras como "hey, hola amiguito ¿cómo estás?" O "mucho gusto soy Nicolás y puedes decirme Nico si gustas" ,Rodrigo me había dicho a lo lejos que él era mudo y no podía responder a mis palabras. Siendoles honesto Mario es un niño muy tranquilo,peli castaño, chaparrito y peinado de honguito me recordaba mucho a su padre,solo que él si podía hablar...y pedir ayuda.

Por su lado Andrés y Valentina ya habían creado un fuerte vínculo, parecían una parejita de tortolitos en febrero,por cada búsqueda se les podía ver la cara de estúpidos a ambos. Yo conocía sobre los sentimientos de Andrés desde niño y claro es mi mejor amigo y lo apoyó en todo lo que es posible e imposible,sin embargo ver esa escena de amor mientras buscamos el paradero de Mateo simplemente se me hace algo innecesario.

Tras una larga búsqueda de 30 minutos decidimos irnos pues no habría nada más que pudiéramos buscar ahí. Pasando por algunas salas y habitaciones notaba rastros y marcas del pasar del tiempo,sin embargo lo que más me aterró del momento era la habitación "999" una de las habitaciones con las que hacíamos leyendas de niños. Al parecer la habitación había sido clausurada años antes del cierre total del hospital. Una vez que logré romper el candado de la habitación me quedé helado...mejor dicho nos quedamos helados pues la habitación fue la última que quisimos revisar entre todos...Adentro de esta habitación se encontraba una gran pintura hecha de pintura roja...eso no era pintura...era sangré de humanos...sangre de pacientes...el piso estaba como si algo se habría echado a perder así como carne. Decidimos que solo 2 además de Valentina debíamos revisar la habitación,esos éramos Andrés y yo. Al ver la habitación cada vez se podía sentir la tensión y las vibras pesadas,sin embargo lo que considerábamos una perdida de tiempo...dió sus frutos. Una ficha rota con las iniciales y datos de Mateo, "Mateo Hernández,10 años de edad,nacido el 20 de agosto de 1998,tipo de sangre: O+, reacción ante el expe..." "¿Qué raro? Una ficha incompleta en esa parte", era lo único en lo que podía pensar tras verla,creímos que era todo pues nos retiramos tiempo después rumbo al segundo piso donde se encontraban los quirófanos.

Tras una breve caminata y subida de escaleras conseguimos llegar a la sala de quirófanos. Estos quirófanos han estado llenos de leyendas por mucho tiempo por lo que los escalofríos y las sensaciones se hacían notar, Mientras investigaba no podía dejar de ver a Marío quien habría estado a mi lado en todo este tiempo pues su padre ha estado ocupado y este pequeño niño tendría miedo señalando los espejos y ventanas de los quirófanos, como un adulto responsable debe tranquilizarlo sin embargo...para eso debía tranquilizarme a mi mismo...era inevitable para mí ver aquellas sombras y caras al otro lado de aquellas ventanas de cristal. Fui interrumpido por un grito,está vez de Valentína , tuvimos que actuar rápido pensando que era una emergencia...pero...solo era Andres y Valentina coqueteandose mutuamente. Sin embargo no fue una pérdida total de tiempo pues Santiago había encontrado junto con Rodrigo el segúndo pedazo de la ficha de Mateo..."reacción ante el experimento XXXXXXX:N" algo que solo me hacía quedarme más tiempo aquí, algo que compartíamos entre el grupo.

Saliendo de los quirófanos me movía junto con Mario y Andrés hacia cierta zona donde no dejaba de señalar Mario,en el lugar encontramos muchas cosas que no deberían estar en una zona así,sin embargo entre ellas estaban una tarjeta de accesorios y una llave vieja,la tarjeta se la quedó Andrés pues la quería de tener de recuerdo y porqué no pensamos que sea importante. Una vez reunidos en las salas de espera del 2 piso les mostré la llave y me dijieron que era de la morgue pero esa fue reportada como inactiva 3 años antes del cierre por lo que la ignoramos y nos aventuramos al último piso...al 3 piso.

Mientras subía las escaleras no podía dejar de notar lo apegado que estaba Mario de mi, Rodrigo hasta ahora lo único que había hecho era buscar...sin embargo se ha preocupado y cuidado de Mario por lo que mal padre no es...eso me queda claro. Mientras subíamos no pudimos evitar el parar a tomar un descanso, algo breve y sin mucha importancia, al fin y al cabo todos necesitábamos un respiro ante tanto mal sabor de boca. Mientras yo jugaba con Mario para tranquilizarlo (y tranquilizarme a mí de paso) no podía evitar las risitas que producían Andrés y Valentina entré su estúpido juego de enamorados, No me molesta verlo enamorado, incluso lo apoye emparejandolo con ella al momento de las búsquedas, sin embargo, no creo que un hospital lleno de malditos espectros intentando matarnos cada 10 minutos, no creo que sea el ambiente romántico de algún manga o serie romántica del momento.

Haciendo memoria, Andrés siempre estuvo enamorado de Valentina desde niños, nunca hubo momento donde Valentina y Andrés no estuvieran separados, cada que jugábamos a los juegos como escondidas, atrapadas o algún juego donde se pudieran juntar, siempre lo hacía. Recuerdo aquel 10 de febrero del 2007, Andrés buscaba un regalo de San Valentín para Valentina, y me lo confesó mientras jugábamos fútbol en el parque cerca de la escuela, así que decidí ayudarlo, pese a ser el mejor amigo de Valentina me resultó ser bastante difícil buscarle algo bonito, en especial a una fanática del terror y los fantasmas, mientras buscábamos en una tienda de amuletos psíquicos y otras cosas de brujería, encontramos un collar con una piedra de amatista negra aderida a un cuarzo de color blanco, al verlo nos recordó mucho a la personalidad de Valentina, así que Andrés decido a todo, lo compro y lo guardo en una cajita. El día 14 de febrero como es costumbre en la escuela, se entregaron las cartas...como de costumbre no obtuve ningúna... no obstante a Andrés le había llegado una, con las iniciales "V.H." emocionado, Andrés decidió armarse de valor y darle su collar a Valentina, la cual quedó fascinada ante su regalo, ese día acabamos jugando en la guarida como de costumbre, sin embargo desde ese entonces, Valentina nunca se quitó el collar de Andrés.