2. Monótono

40 7 1
                                    

Podría decir que sin visitas de algunos pecadores los días en el hotel no eran particularmente entretenidos, en perspectiva de nuestro gatito preocupado, no logró dormir mucho al ver a Ángel llegar como lo hizo la noche anterior, se notaba que ese daño fue causa de los exorcistas aunque no es como que siempre viniera en mejores condiciones, nadie lo notaba pero él si, siempre lo notaba.

El hecho de que ya tuviera todos los vasos relucientes de tanto que los limpio, las botellas de alcohol ordenadas alfabéticamente y por orden de tamaño lo estaba enfermando, no es que tuviera alguna obsesión por el orden pero, ¿tenía algo mejor que hacer?, ver a Nifty torturar insectos perdió la gracia.

Tal vez pensar en como hablar con Ángel le entretuvo un tiempo ya que nada "normal" o "decente" pasaba por su cabeza, a lo que se refería con estos términos era el no demostrar demasiado interés del que debería, solo es un bartender que se preocupa por uno de sus clientes, solamente pero consideraba que preguntar por como estuvo con sus heridas algo entrometido.

A pesar de sus pensamientos, sus pies no le hicieron caso y lo llevaron al frente de la puerta del pecador que le estaba dando vueltas a la cabeza. Inhaló profundamente y alzó la mano dejándola golpear suavemente la puerta tres veces mientras aguantaba la respiración. Pasó un tiempo en lo que no escuchó respuesta así que dejó a sus pulmones descansar y dejarlo respirar, sabía que Ángel estaba dentro ya que no había pasado por el lobby para ir a trabajar, irónico, mueres y aún así en el infierno no te libras de la labor.

Negó mientras suspiraba y se insultaba mentalmente, ¿por qué creía que era buena idea? Para su suerte ir a su propia habitación no iba a tardar mucho, después de todo era vecino del arácnido.
Iba a seguir caminando hasta que escuchó una suave voz diciendo que pasara, debía admitir que la respuesta le sorprendió en demasía.

Tomó el pomo de la puerta girandola y entrando con cuidado ya que no conocía la habitación de Ángel, más ordenada de lo que esperaba, oscura pero con un dulce olor a perfume femenino que siempre percibía en él.

-¿Qué quieres Husk?- dijo una suave voz viniendo debajo de un montón de sábanas. El felino no supo el cómo adivino que se trataba de él ya que por lo acurrucado que estaba en su cama se nota que ni siquiera se levanto para revisar, ¿sus pisadas eran evidentes?.

-Solo... Venía a ver como estabas, ayer llegaste muy mal herido y Charlie estaba preocupada así que me envió para revisar- No era típico de él el mentir pero evitaba explicaciones con eso ya que por suerte no escuchó alguna.

El silencio le daba a entender que se largara y lo iba a hacer hasta que sintió unos pequeños jalones en su pantalón que lo obligaron a bajar su mirada. Ahí estaba el cerdito jalando de la tela como si estuviera tratando de decirle algo. No comprendía nada hasta que pudo ver las manchas en el suelo con algunos vendajes sucios, ante este panorama solo cerró la puerta y se acercó a la cama, se sentía culpable de darle el botiquín y no acompañarlo para curarlo.

-Ángel, ¿curaste bien tus heridas?- Silencio nuevamente. Ante esto Husk no tuvo de otra que tomar las sábanas y quitarlas viendo el mal estado del chico, rápidamente se acercó al botiquín y tomó todo lo que necesitaba tirandolo a la cama, se subió en ella y empezó a limpiar el cuerpo del pecador con mucho cuidado, no lograba ver su rostro ya que rápidamente fue tapado por una almohada. Entendía la vergüenza que daba esta situación.

-No voy a darte un sermón pero si no podías solo, debiste pedir ayuda, para eso estamos en este hotel, ¿no? Para ayudar y ser ayudados- Un temblor vino del brazo ajeno al tocar un corte bastante profundo, con cuidado luego de limpiarlo empezó a vendarlo correctamente, una vez listo tiro a la basura todo lo que usó y lo que se había usado ayer, pero en vez de guardar las cosas decidió dejarlas en el botiquín del dueño de la habitación.

Volvió a bajar su mirada y pudo notar la preocupación del cerdito así que con cuidado lo alzó y lo acercó a la cama a la que no pudo subir solo. Este pequeñín se acostó al lado de los brazos de Ángel y empezó a lamer sus dedos.

-Debiste tener mucho miedo ahí, esto fue por un exorcista, ¿no? Valentino no te suele dejar tan mal- No estaba del todo seguro si tenía derecho a hablar pero el escuchar los sollozos ajenos le dieron la señal de que estaba bien. Estiró su mano acarició suavemente uno de sus hombros que no estaban lastimados, se levantó para buscar una manta limpia y ponerla encima ya que no había notado que estaba desnudo, lo tapó con cuidado y se sentó en el suelo.

—Voy a estar aquí si ocupas algo, podemos hablar, puedo traer alcohol aunque con tu estado no es buena idea, puedo enseñarte un truco de cartas o simplemente quedarme callado y hacerte compañía— Y así fue, sacó unas cartas que tenía a mano y se puso a hacer trucos para entretenerse a si mismo ya que Ángel no respondió por lo que creía que eligió la ultima opción, así va a ser.

Lo que el felino no sabía es que detrás de él, Ángel estaba viendo esos trucos que estaba haciendo mientras sonreía levemente. El cerdito se levanto y se terminó acostando en el regazo de Husk, no era algo común ya que era desconfiado y solo aceptaba a Ángel y Cherry pero parece que había alguien nuevo en esa lista.

El arácnido estiró una mano temblorosa y la puso en la cabeza ajena aprovechando que no tenía su sombrero, acarició el pelaje gris llamando su atención.

—Gracias Husk, no tenías por qué hacer esto— Quitó su mano al ver que se giró para mirarse mutuamente, le daba vergüenza pero está vez si debía darle las gracias correctamente.

El ajeno no respondió ya que no sabía que decir por lo que procedió a hacer un truco donde le daba una carta a Ángel y tenía que adivinarla, al mencionado no le parecía molestarle la falta de respuesta por lo que estaba tranquilo.

Pasó el rato jugando y causándole unas cuantas risas, ya se veía mucho mejor que antes pero el hecho que haya tomado su mano lo hizo preocupar.

—Quédate a dormir, se que duermes al lado pero quédate, no dormí nada ayer— Pudo saber lo que faltaba en esa oración con solo verlo a los ojos, "aún tengo miedo". Se levantó y asintió a su petición, dejó las cartas en la mesa de noche y cerró las cortinas de la habitación mientras iba y se acostaba a su lado en silencio, Fat Nuggets fue a su propia cama para dormir igualmente.

—¿Así está bien?— Dijo el felino mientras acomodaba la manta pero Ángel negó, se acercó un poco como si quisiera abrazarlo pero estaba indeciso, ante esto una de las alas de Husk pasó encima de él y lo abrazó suavemente dejando su cabeza en su pecho.

—Ya duerme y deja de pensar tanto— Dijo mientras apagaba las luces que restaban y ante la completa oscuridad solo pudo sentir como las varias manos del ajeno pasaban por su espalda como si el tocar su pelaje lo calmara, si así era lo iba a dejar aunque no negaría el hecho de que se sentía muy extraño para él.

El silencio reinaba a pesar de haber pequeños gritos afuera y muchos golpes, nada fuera de lo normal y a este punto era el ruido blanco de los pecadores, aún así, podía escuchar la respiración tranquila de Ángel dándole a entender que se quedó dormido, claro, sus manos ya no se movían y no temblaba pero era su señal para conciliar el sueño de igual manera.

Un perdedor, justo como yo || HuskerdustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora