Capitulo 16° Nuevos comienzos

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Esa noche no pude dormir, tirada sobre la puerta no deje que nadie entrara a la habitación porque me sentía tan miserable que ni siquiera podía pensar con claridad, tenía una nube negra que me bloqueaba y no dejaba de temblar mientras abrazaba mis piernas. Tambien sabia de que Adam había ido a casa a preguntar de si me encontraba bien, pero yo pedí que le mintieran con que no estaba con ellos.Claramente mamá se enojó porque no quería volver a verme en ese estado como si no supiera que era mi único refugio.

-Por última vez, ¿vas a comer?

-No.

-¿Segura? es que estos huevos fritos con ensalada huelen tan bien, son tus preferidos. Estas completamente seg...

-¡si¡ dejame en paz, no pienso comer nada hoy, mañana, y en toda la semana.

-Tienes que comer algo, lo único que tienes en el estómago son las galletas de mamá.

-¿Quedaron?

-si, ¿quieres una?

-No estaría mal.

Al rato toco la puerta de la habitación y salgo a buscar las galletas pero me agarra del brazo para evitar que vuelva a entrar.

-¿Qué?

-Una mujer te busca.

-Dile que me busque otro día -cambia de expresión a una más tensa como si eso fuera imposible de pedir.

-No puedes, es la madre de Ren -achine los ojos y lo mire confundida con las galletas bajo un brazo y con la ropa de vagabunda con chancletas, en cualquier momento me convierto en anciana a mis veintiún años.

-¿Qué hace ella aquí? dios, estoy hecha un desastre que dira de mi con este aspecto.

-Ve a cambiarte rápido, la voy a entretener un rato.

Comí una galleta apurada como si fuera scooby el perro del dibujo animado que resolvían misterios y tire ropa para todos lados hasta escoger un jean de tiro alto acampanado en la terminación de las piernas junto a una remera sin mangas negra y una camisa también de jean. Solté mi cabello enrulado y baje a toda velocidad las escaleras tropezando con el último escalón como siempre y me levanté rápidamente para que nadie se diera cuenta, estaba la madre de Ren tomando te a un lado de la mía que no paraba de mirarla con el entrecejo fruncido. Nunca le agrado esa mujer americana que miraba a los demás con desprecio como si fuera la más rica del mundo y todos los demás unos pobres. Me pare frente a ella con los hombros caídos de la frustración que me daría cuando expresara sus verdaderas intenciones conmigo.

-Puede retirarse señora Yokohama, quiero hablar a solas con su hija.

-Disculpe pero ese apellido ya no me corresponde -mamá dejó la taza a un lado para irse pero lo que le dijo esa mujer a continuación me dejó la sangre hirviendo de la rabia.

-Parece que su esposo hizo bien al irse con otra mujer.

-¿Qué dijo? -ella se giró hacia la mujer conteniendo la rabia en su mirada y su rostro endurecido sin perder el respeto.

-Ya me escucho.

-Mi esposo ya no está entre nosotros -la bruja por fin quitó su cara dura y miró a mi padre con la boca abierta sin poder creérselo.

-Cuanto lo siento, disculpen mis últimas palabras y olvidenlo.

-Ahórrate la disculpa -me crucé de brazos mostrándole mi verdadero carácter, no pienso ser agradable con ella si insulto a mi familia de esa forma, no lo tolero.

-De todas maneras retírese, Shioh debo hablar de algo importante contigo -le asenti con la cabeza a mi madre y se fue dejándome sola con la bruja.

-Hable o calle para siempre.

HeartlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora