Esa noche no pude dormir, tirada sobre la puerta no deje que nadie entrara a la habitación porque me sentía tan miserable que ni siquiera podía pensar con claridad, tenía una nube negra que me bloqueaba y no dejaba de temblar mientras abrazaba mis piernas. Tambien sabia de que Adam había ido a casa a preguntar de si me encontraba bien, pero yo pedí que le mintieran con que no estaba con ellos.Claramente mamá se enojó porque no quería volver a verme en ese estado como si no supiera que era mi único refugio.-Por última vez, ¿vas a comer?
-No.
-¿Segura? es que estos huevos fritos con ensalada huelen tan bien, son tus preferidos. Estas completamente seg...
-¡si¡ dejame en paz, no pienso comer nada hoy, mañana, y en toda la semana.
-Tienes que comer algo, lo único que tienes en el estómago son las galletas de mamá.
-¿Quedaron?
-si, ¿quieres una?
-No estaría mal.
Al rato toco la puerta de la habitación y salgo a buscar las galletas pero me agarra del brazo para evitar que vuelva a entrar.
-¿Qué?
-Una mujer te busca.
-Dile que me busque otro día -cambia de expresión a una más tensa como si eso fuera imposible de pedir.
-No puedes, es la madre de Ren -achine los ojos y lo mire confundida con las galletas bajo un brazo y con la ropa de vagabunda con chancletas, en cualquier momento me convierto en anciana a mis veintiún años.
-¿Qué hace ella aquí? dios, estoy hecha un desastre que dira de mi con este aspecto.
-Ve a cambiarte rápido, la voy a entretener un rato.
Comí una galleta apurada como si fuera scooby el perro del dibujo animado que resolvían misterios y tire ropa para todos lados hasta escoger un jean de tiro alto acampanado en la terminación de las piernas junto a una remera sin mangas negra y una camisa también de jean. Solté mi cabello enrulado y baje a toda velocidad las escaleras tropezando con el último escalón como siempre y me levanté rápidamente para que nadie se diera cuenta, estaba la madre de Ren tomando te a un lado de la mía que no paraba de mirarla con el entrecejo fruncido. Nunca le agrado esa mujer americana que miraba a los demás con desprecio como si fuera la más rica del mundo y todos los demás unos pobres. Me pare frente a ella con los hombros caídos de la frustración que me daría cuando expresara sus verdaderas intenciones conmigo.
-Puede retirarse señora Yokohama, quiero hablar a solas con su hija.
-Disculpe pero ese apellido ya no me corresponde -mamá dejó la taza a un lado para irse pero lo que le dijo esa mujer a continuación me dejó la sangre hirviendo de la rabia.
-Parece que su esposo hizo bien al irse con otra mujer.
-¿Qué dijo? -ella se giró hacia la mujer conteniendo la rabia en su mirada y su rostro endurecido sin perder el respeto.
-Ya me escucho.
-Mi esposo ya no está entre nosotros -la bruja por fin quitó su cara dura y miró a mi padre con la boca abierta sin poder creérselo.
-Cuanto lo siento, disculpen mis últimas palabras y olvidenlo.
-Ahórrate la disculpa -me crucé de brazos mostrándole mi verdadero carácter, no pienso ser agradable con ella si insulto a mi familia de esa forma, no lo tolero.
-De todas maneras retírese, Shioh debo hablar de algo importante contigo -le asenti con la cabeza a mi madre y se fue dejándome sola con la bruja.
-Hable o calle para siempre.
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Heartless
RomanceBienvenidos a heartless... Donde la verdad siempre llega a su destino y destruye las mentiras como si no fueran nada. Lo odio... porque se exactamente la razón por la cual me ha dejado tan perdida. El es tan importante para mí... Duele más que una h...