Finalmente llegó el día de la boda todos los invitados estaban felices por haber sido invitados a tal importante evento de la familia Todoroki. Noriko se encontraba en una sala distinta dentro de la iglesia arreglandose para aquel día tan importante para ella y sus futuros esposos. El padre de la chica entró a la habitación y beso la frente de su hija mirándola con su vestido.
─Te ves hermosa hoy....
─Gracias padre...Touya y Shoto...
─Ellos ya están en el altar esperándote, termina de arreglarte rápido ¿si?
La joven asiente y se sienta frente al espejo para terminar de arreglarse para ir rápido con sus futuros esposos.
Noriko se encontraba en su habitación, rodeada de sus damas de honor, pero le pide que salgan para pensar algunas cosas en soledad. Mientras se preparaba para su gran día. Con manos temblorosas, se ajustaba el vestido de novia y se miraba en el espejo, nerviosa pero emocionada por lo que estaba por venir.
De repente, la puerta se abrió de golpe y Momo irrumpió en la habitación, su rostro contorsionado por la ira y el resentimiento. Sin decir una palabra, se abalanzó hacia Noriko con un objeto en la mano, golpeándola con fuerza antes de que alguien pudiera intervenir.
La llegada repentina de la seguridad le dio una luz de esperanza a la novia,mientras Momo era detenida y sacada de la habitación. Mientras tanto, Noriko yacía en el suelo, su rostro desfigurado por el ataque, su vestido de novia manchado de sangre y lágrimas.
La boda había sido arruinada, y lo que comenzó como un día de celebración y alegría se convirtió en una pesadilla.
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En la sala de espera del hospital, Touya y Shoto se encontraban sentados en silencio, sus rostros reflejaban la preocupación y la ansiedad mientras esperaban noticias sobre el estado de su prometida, Noriko. El tiempo parecía pasae lentamente, mientras las horas pasaban y el nerviosismo se apoderaba de ellos.
Touya se pasaba las manos por el cabello, incapaz de permanecer quieto por más de unos segundos. Sus pensamientos estaban llenos de preocupación por Noriko, y miedo por lo que podría pasar por culpa de aquella loca.
Shoto, por otro lado, mantenía la calma aparente, pero sus ojos revelaban la angustia que sentía en su interior. Cada vez que se escuchaba el sonido de pasos acercándose, se ponía de pie con la esperanza de recibir noticias positivas, solo para ser recibido por un suspiro de decepción cuando el médico o la enfermera pasaban de largo.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el médico apareció en la sala de espera. Touya y Shoto se pusieron de pie de inmediato. Entraron con cautela en la habitación del hospital donde Noriko estaba descansando, su rostro mostraba la tristeza y la desilusión por lo que había sucedido en lo que debería haber sido uno de los días más importantes de su vida. Sus ojos se iluminaron momentáneamente al ver a sus prometidos entrar, pero la sombra de la tristeza volvió a oscurecer su semblante cuando recordó la amarga realidad.
