𝘝𝘪𝘯𝘤𝘶𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 || ʰᵉʳᵐᵃᶰᵒˢ ᵗᵒᵈᵒʳᵒᵏᶤ

𝐷𝑜𝑙𝑜𝑟

Noriko estaba sentada en la habitación de su hogar, con su pequeño hijo recién nacido estaba llorando en su cuna. El bebé tenía los mismos rasgos que su esposo Touya, lo que provocaba un remolino de emociones encontradas en el corazón de Noriko. A pesar de la dulce insistencia de Shoto, que le animaba a cargar y amamantar al bebé, Noriko se resistía.

Shoto se acercó a su esposa con preocupación en sus ojos, observando cómo ella mantenía al bebé a cierta distancia de su pecho. Él sabía lo difícil que era para Noriko lidiar con la pérdida de Touya, y ver al nuevo bebé que se parecía tanto a su hijo fallecido solo aumentaba su dolor.

─Noriko, amor, sé que es difícil, pero nuestro hijo necesita tu amor y cuidado ─dijo Shoto con suavidad, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Noriko─. No puedes apartarte de él por el dolor que sientes.

Noriko bajó la mirada hacia el bebé en sus brazos, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer. Aunque su corazón anhelaba abrazar a su hijo y nutrirlo con todo su amor, la sombra de la pérdida de Touya lo eclipsaba todo.

─Lo siento, Shoto... no puedo hacerlo ─murmuró Noriko con voz quebrada, apartando la mirada del bebé─. Cada vez que lo miro, solo veo a Touya. No quiero lastimarlo con mi dolor.

Shoto se arrodilló frente a Noriko, tomando su mano con ternura y mirándola con ojos compasivos.

─Entiendo tu dolor, Noriko, pero debemos separar a nuestro hijo de los fantasmas del pasado. Él es una nueva vida, una nueva oportunidad para nosotros ─dijo Shoto con suavidad─. No podemos dejar que nuestra pérdida nos impida amar a nuestro hijo como se merece.

Noriko sollozó, sintiendo el peso abrumador del dolor y la culpa que la consumían. Sabía que Shoto tenía razón, pero enfrentarse al pasado era una tarea desgarradora.

─Intentaré, Shoto... lo prometo ─susurró Noriko, mirando al bebé con determinación en sus ojos.

Shoto le sonrió con ternura, sabiendo que el camino hacia la curación sería largo y difícil, pero juntos, podrían encontrar la fuerza para superarlo.

─Estoy aquí para ti, Noriko. Juntos superaremos esto ─declaró Shoto, envolviendo a Noriko en un abrazo reconfortante.

Noriko se sentía abrumada por la intensa mirada de su padre, quien la observaba con un gesto de desaprobación mientras sostenía al bebé en brazos. Aunque Noriko había dado a luz hacía cuatro meses, todavía no había encontrado el nombre adecuado para su hijo, y la presión de su padre solo empeoraba las cosas.

─Noriko, ¿no crees que ya es hora de que le des un nombre a este niño? ─preguntó su padre con tono crítico, moviendo la cabeza con incredulidad─. Es inaceptable que un miembro de nuestra familia permanezca sin un nombre durante tanto tiempo.

Noriko bajó la mirada hacia el bebé en sus brazos, sintiendo el peso de las expectativas de su padre sobre ella. Sabía que debía encontrar un nombre adecuado para su hijo, pero cada intento terminaba en una frustración abrumadora.

─Lo siento, padre... todavía no he encontrado el nombre adecuado para él ─murmuró Noriko con voz temblorosa, sintiendo el nudo en su garganta crecer con cada palabra─. Quiero que sea un nombre especial, que honre su memoria y su legado.

El padre de Noriko frunció el ceño, evidentemente insatisfecho con la respuesta de su hija.

─No puedes seguir postergando esto, Noriko. Es tu responsabilidad como madre ponerle un nombre a tu hijo ─declaró su padre con firmeza─. No podemos permitir que esta falta de decisión lo siga afectando en el futuro.

Las palabras de su padre resonaron en la mente de Noriko, aumentando su ansiedad y su sensación de fracaso como madre. Quería lo mejor para su hijo, pero la incapacidad de encontrar un nombre adecuado la paralizaba.

─Lo intentaré, padre... lo prometo ─dijo Noriko con voz apenas audible, sintiendo el peso abrumador de la expectativa familiar sobre sus hombros.

Con un suspiro resignado, el padre de Noriko asintió con la cabeza antes de alejarse, dejando a Noriko sumida en un mar de dudas y preocupaciones.

En la mansión de los Todoroki, la atmósfera estaba llena de expectación y emoción mientras la familia se reunía para discutir los preparativos del bautizo del pequeño bebé. Sin embargo, la falta de un nombre adecuado para el niño pesaba en la mente tanto de Noriko como de Shoto, sumiendo la celebración en una sombra de incertidumbre.

Sentados alrededor de la mesa del comedor, Noriko y Shoto intercambiaban miradas cargadas de preocupación mientras los demás miembros de la familia discutían detalles logísticos y decorativos para el evento.

─¿Ya han decidido cómo llamarán al niño? ─preguntó Fuyumi, la hermana mayor de Shoto, con una sonrisa expectante.

Noriko y Shoto intercambiaron miradas nerviosas, sin estar seguros de cómo abordar el tema delicado del nombre del bebé.

─Todavía estamos considerando algunas opciones ─respondió Noriko con cautela, evitando el contacto visual con los demás─. Queremos asegurarnos de elegir un nombre que sea significativo y que refleje nuestra esperanza para su futuro.

El padre de Shoto, Endeavor, frunció el ceño ligeramente ante la respuesta ambigua de Noriko.

─El bautizo está programado para dentro de dos semanas. Deben tomar una decisión pronto ─dijo con firmeza, su tono reflejando su impaciencia habitual.

Shoto asintió en silencio, compartiendo la preocupación de su padre por la falta de decisión en cuanto al nombre del niño.

─Lo sé, padre... estamos trabajando en ello ─respondió Shoto con voz serena, tratando de calmar los ánimos.

La madre de Shoto, Rei, colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Noriko, ofreciéndole un gesto de apoyo silencioso.

─No se preocupen, encontrarán el nombre perfecto para él ─dijo Rei con una sonrisa tranquilizadora─. Lo más importante es que lo hagan con amor y cuidado.

Noriko asintió con gratitud, agradecida por las palabras de aliento de su suegra.

─Gracias, Rei... aprecio mucho tu apoyo ─respondió Noriko con sinceridad, sintiendo un poco de alivio ante las palabras reconfortantes de su suegra.

A medida que la reunión continuaba y los detalles del bautizo se iban decidiendo uno por uno, Noriko y Shoto se quedaron con la tarea pendiente de encontrar el nombre perfecto para su hijo. Con el tiempo limitado y la presión aumentando, sabían que debían tomar una decisión pronto.