Sunoo está enamorado de su esposo Sunghoon, llevan una feliz vida de casados o eso creía él hasta que llegó alguien tocando a su puerta buscando a su esposo.. "Tengo un hijo tuyo".
- Ficción ≠ Realidad
-Contenido 🔞
-Mpreg
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3era POV
Era una mañana hermosa, el sol brillaba alumbrando el cielo azul mientras las nubes blancas lo decoraban, todo era perfecto, los rayos de sol golpeaban en el rostro de Sunoo quien decidió tomar su taza café sentado en el balcón de su habitación para apreciar la belleza del día de hoy.
Tenía un esposo apuesto que lo ama y era cariñoso con él, solo un año mayor lo cual no importaba, tenían una buena casa con un patio enorme y ni se hable de dinero, tenían una muy buena posición económica, su esposo y él eran dueños una gran compañía de teléfonos móviles debido a la combinación de las compañías de los padres de ambos.
Era muy feliz y no podía pedir nada más en esta vida, bueno había algo que anhelaba tener pero simplemente no le era concedido, aunque hoy lo volvería a intentar, no se daría por vencido aun si tendría que rogarle a su amado esposo una vez más.
Cuando terminó su taza de café se dispuso a arreglarse para salir, necesitaba comprar todo lo que faltaba para el gran día de mañana, estaba tan emocionado que toda la semana no paraba de hablar de ello y checando cada minuto que todos los preparativos estuvieran listos.
Una vez listo bajó las escaleras casi corriendo por la emoción.
—Señor Sunoo tenga cuidado se puede lastimar, no sabe lo que nos haría el Señor Park si le sucede algo— dijo su empleada doméstica, algo mayor, que lleva trabajando ahí desde que compraron la casa.
—Perdón Inés, no te preocupes es que mi entusiasmo está al tope— respondió con una gran sonrisa.
—¿Va salir Señor?—.
—Si, puedes por favor decirle al chofer que aliste el auto y cuantas veces tengo que decirle que no me diga Señor, me hace sentir viejo, solo dígame Sunoo—.
—Lo siento, es la costumbre, deje le avisó al chofer— replicó la empleada mientras hacía una reverencia para luego retirarse.
—Gracias Inés—.
Mientras esperaba comenzó a observar alrededor de su casa para ver si necesitaba algo más que se le pudiera olvidar, quería que todo en el día de mañana fuera perfecto.
—Tal vez debería comprar un par de botellas de vino más, nunca están de sobra— pensó en voz alta.
