Sunoo está enamorado de su esposo Sunghoon, llevan una feliz vida de casados o eso creía él hasta que llegó alguien tocando a su puerta buscando a su esposo.. "Tengo un hijo tuyo".
- Ficción ≠ Realidad
-Contenido 🔞
-Mpreg
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SUNOO POV
Eran pasadas las diez de la noche, las luces de los faroles alumbran de manera tenue el pavimento mojado que daba señal del día lluvioso que había cesado hace poco. Caminaba de manera tranquila por la acera que se encontraba afuera del cine del que había salido, Heeseung me acompañaba, pues hace unas horas el decidió invitarme a una pequeña cita para ver un filme que deseaba ver, del cual me escuchó hablar al respecto con Jungwon mientras conversábamos por teléfono.
Apreció que preste atención a cada detalle de mi, cada palabra, cada gesto, cada gusto, siento que lo graba en su memoria para poder sorprenderme cada día. Es un buen hombre y no digo que Sunghoon nunca haya sido así, es más creo que Sunghoon siempre mostró todo eso y más cuando estábamos juntos, pero ahora eso no tiene importancia.
Mientras caminamos juntos y yo tomándole del brazo, mi mente sigue divagando entre mis decisiones; aun pienso que estuvo mal aceptar quedarme en su casa, estoy elevando sus esperanzas cuando ni siquiera sé si podré corresponderle de la manera que quiere. Estoy mal lo sé, por que aun sigo pensando en Sunghoon, en esa noche loca que tuvimos hace poco, lo había extrañado demasiado a él y a su toque, aunque quiera negarlo, así es.
Pasamos unos cuantos faroles, y había un hermoso árbol con flores de cerezo a todo su esplendor adornándolo, cuando llegamos hasta el seguí caminando pero Heeseung me detuvo justo al frente, la luz nos alumbraba a ambos y el árbol quedaba de fondo como un escenario cliché de un drama romántico, aun así pensé que era muy tierno y hermoso.
—Sunoo, Luces tan hermoso esta noche.
—Gr~gracias, tu también luces bien.
—Quisiera?...si tu me dejas?.
—Si?....
—¿Puedo besarte?.
Quedé pasmado, no sabía que responder, sabía que un día me lo pediría después de haber aceptado darle una oportunidad, pero no me había preparado como creí, aunque estaba incierto sobre mi respuesta aun así asentí con la cabeza, ¿mala decisión? Si, pero quería intentar amarlo.
Colocó su mano izquierda sobre mi cintura y la derecha al costado de mi rostro, con ella me acerco más al suyo, inclino su cabeza lentamente hasta quedar a pocos centímetros de distancia, cada acto era dulce y delicado como si tuviera cuidado de no romperme.
Cerró la distancia y sus labios tocaron los míos, eran un poco más ásperos de lo que esperaba, pero sus movimientos eran delicados, poco a poco fue acelerando el ritmo y mordió mi labio sin previo aviso provocando que un quejido saliera de mi boca, metió su lengua aprovechándose del momento y yo correspondí a su deseo, se sentía bien pero había algo no terminaba de mover en mi ese sentimiento fugaz que uno siente, no había fuegos artificiales ni mariposas en el estómago que me hicieran derretir y pedir más. Era un beso encantador, eran unos labios con sabor dulce pero eran labios que no encajaban con los míos.
