°•★Querida Luna... No entiendo porque me hiciste así, es verdad que estoy ayudando a los demás pero no me esta ayudando a mí... Y no estoy siendo egoísta por reclamarte de que solo me hiciste para el beneficio de los demás como los tuyos... Pero est...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Sol era algo más que una simple estrella que destacaba entre las demás. Podía emitir potentes rayos y proporcionar una asombrosa luz que iluminaba todo en su mundo. Era uno de los más reconocidos e importantes por sus increíbles características. Sin embargo, sentía que algo faltaba en ese mundo que siempre llenaba de luz. Entonces, se le ocurrió una idea: crear un ser que llevara sus rasgos, aunque esto tuviera una consecuencia. La consecuencia sería que él perdería toda su ser y se convertiría en una simple estrella que destacaba de las demás. A pesar de ello, esto no le importaba en absoluto; estaba decidido a correr ese riesgo.
Gracias a la acción que estaba tomando el Sol, los demás hicieron lo mismo como muestra de que lo seguirían hasta el final. Pero había alguien que se rehusaba: la Luna. A pesar de ser reconocida como la contraparte del Sol, ambos se querían y respetaban. La Luna intentaba por todos los medios evitar que el Sol llevara a cabo su plan, pero todos sus intentos eran en vano.
Cuando el Sol y los demás terminaron de crear sus seres, todos acordaron ponerlos en el mundo al mismo tiempo. Al tocar el suelo, cada uno de los creadores comenzó a perder lo que los hacía ser ellos mismos. Mientras eran observados por la Luna, que los miraba con una expresión de miedo al ver cómo cada uno de ellos perdía su esencia para convertirse en parte de sus creaciones, cuando ella estaba a punto de irse para no presenciar cómo perdían a sus compañeros, el Sol la detuvo. Con sus últimas fuerzas, le suplicó que lo hiciera, que creara un ser y sacrificara todo de ella para que volviera a ser el único satélite natural de ese mundo. La Luna sabía por qué le decía eso, ya que el Sol, al igual que los demás, estaba cansado de ser vigilantes del mundo.
Cuando estaba a punto de hablar, la Luna observó cómo el Sol perdía su esencia y su creación comenzaba a cobrar vida. La Luna quedó estática al ver al Sol, pero sabía que ya no era su radiante Sol. Con pesar, se dirigió a ver a los seres que yacían sobre el suave y largo césped.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca para verlos, pero lo bastante lejos para no ser descubierta por ellos, la Luna se sorprendió al observar cómo cada una de las creaciones empezaban a despertarse para luego levantarse lentamente.
Las creaciones lucían como animales antropomórficos, cada uno completamente distinto del otro, con aspectos maravillosos. Además, llevaban unos hermosos collares que tenían la silueta de sus creadores. Esto hizo que la Luna aún se sintiera dolida antes de irse de ese lugar, dejando a las creaciones solas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
