°•★Querida Luna... No entiendo porque me hiciste así, es verdad que estoy ayudando a los demás pero no me esta ayudando a mí... Y no estoy siendo egoísta por reclamarte de que solo me hiciste para el beneficio de los demás como los tuyos... Pero est...
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Marte no solo era el segundo planeta más pequeño del sistema solar; también era capaz de transmitir el sentimiento del amor puro y honesto al mundo. Con ese don especial, también enfrentaba la consecuencia de creer ilusamente que el amor era puro sin importar nada, pero no era así.
El amor no es como lo pintan los cuentos, las películas o los cómics. El amor es un sentimiento que surge para producirse y obtener descendencia. Los únicos que tenían un amor monógamo eran muy pocos animales, como los pingüinos o los caballitos de mar. Exceptuando esos animales, la mayoría experimentaban amores pasajeros. Eso era algo que Marte no entendía, pero precisamente eso lo hacía hermoso y te inspiraba a protegerlo de la cruel realidad.
Muchos podrían pensar que era muy molesto tener a alguien iluso, pero en el caso de Marte no ocurría eso, ya que era un ser bastante comprensivo y solidario con sus compañeros. Marte siempre estaba para ellos en las buenas y en las malas, prestando toda su atención y poniendo todo de su parte para solucionar cualquier problema que tuvieran.
Cuando se enteró del plan del Sol, estaba preocupado, pero luego lo pensó y lo entendió. Sentía el mismo impulso de dejar todo para dar vida a una nueva existencia, aunque sabía que era muy riesgoso. Los demás planetas también lo sabían, pero aun así lo aceptaron, algo que Marte y la Luna no comprendían del todo.
Con el tiempo, Marte finalmente decidió hacerlo. Pasó largas semanas creando su criatura, queriendo que tuviera todo de su ser, tanto en el exterior como en el interior. Aunque no quería dejar a la Luna, sabía que no había vuelta atrás.
Marte estaba realmente nervioso cuando llegó el momento de dejar a sus criaturas en el mundo para darles su esencia y, en el proceso, dejar de ser él mismo.
Cuando dejó a su criatura, sintió que poco a poco se iba durmiendo para no despertar jamás. Con sus últimos esfuerzos, miró a la Luna con una expresión que ambos comprendieron sin necesidad de palabras. Quería decirle que debía arriesgarse para ser libre al fin y reunirse con ellos en cualquier lugar, pero libres al fin y al cabo.
Marte pudo presenciar que el primero en perder su esencia fue Venus y lo sabía. Sabía que él sería el siguiente en irse y, con eso en mente, finalmente se dejó llevar al no poder más, logrando así ser libre...
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