Capítulo 7

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SEGUNDA SEMANA (PARTE III)


Había pasado una semana.

Después de disfrutar del placer de la primera vez, Jeongin sintió que su agujero había estado cambiando constantemente. Dedos, juguetes o el material negro, incluso si profundizaba al menos un poco, siempre se encontraba sintiendo un terrible placer. Para Jeongin, lógicamente esto fue desastroso. Ser un sacerdote era algo que había pensado durante toda su vida, pero había terminado por eyacular en la mano del diablo muchas veces y ahora incluso pensaba que lo echaba de menos. Cada día parecía recordar la sensación de ese pene hundido en su trasero así que ahora pensaba que en definitiva había dejado de ser un humano normal, y que por supuesto ya ni siquiera podía llamarse futuro sacerdote.

Jeongin tenía miedo todas las noches.

El diablo, en el cuerpo de Hyunjin, había estado viniendo todos los días para acosarlo. Y podía decir con completa honestidad que no importaba la parte o el lugar que le tocara, el interior de su agujero se estaba sintiendo como si tuviera una llama peligrosa que simplemente comenzaba a expandirse cada vez más y más y más. Y ver su propio cuerpo degradado fue doloroso.

No importaba lo mucho que rezara, no había respuesta de Dios porque seguramente ahora pensaba que era un ser humano caído por sentir placer, porque no importaba lo mucho que luchara cuando su pene reaccionaba así de bien. Tampoco era bueno creer que no podía resistirse.

Estaba abrumado por el miedo pero, cuando el día volvía a comenzar, entonces se decía a si mismo que al menos hoy había pasado a salvo y la tensión entonces comenzaba a aliviarse. Así era todos los días.

Ni siquiera había pensado en pedirle ayuda al sumo sacerdote otra vez porque la vida de ser acosado por el diablo todas las noches no era algo que pudiera evitarse tan fácil. Incluso había llegado a pensar que el hecho de ganar la apuesta nunca fue posible desde un inicio.

Ya había sido derrotado. Pensó que podría haberse suicidado desde hace mucho antes si no hubiera sido un creyente de Dios. Y como era un creyente, ni siquiera podía quitarse la vida cuando comenzó a ser visitado por el diablo tan frecuentemente. Si tuviera que dar el ejemplo de ironía, sería algo como esto.

Jeongin recordaba claramente el último día antes de aceptar la apuesta. Había pensado que no podía ser derrotado jamás... Y ahora había sido completamente aniquilado y devastado en una apuesta sin siquiera completar los 8 desafíos. Era poco probable que sucediera algo milagroso cuando era justamente el diablo con el que estaba lidiando.

Pensó que si le hacía cometer un acto más terrible de lo imaginado, no estaría preparado para hacerlo pero lo aguantaría de la mejor manera posible.

En la noche del séptimo día de la segunda semana, Jeongin se arrodilló ante la cruz de la catedral. Nuestra Señora María miraba a Jeongin con ojos compasivos. ¿Acaso podía perdonar este pecado? Aunque hiciera penitencia, su mal era tan grande que definitivamente no se podría corregir. Además, la ceremonia de ordenación sería solo en dos meses. ¿Y se salvaría el futuro sacerdote si solo se arrepentía de sus pecados? Arrepentirse de verdad.

"Dios..."

Su barbilla estaba temblando, en serio necesitaba una respuesta ¿Podía ser perdonado de verdad? Parecía demasiado descarado de su parte.

"Yo quisiera..."

'¿Yo quisiera que me salvaras? ¿De verdad ahora iba a decir eso después de cometer semejante delito jugando con el diablo? Y no era solo físico. ¿Cuántas veces el diablo había entrado en la mente de Jeongin para decirle que abandonara a Hyunjin? ¿Cuántas veces deseó fingir que no conocía esta situación? ¿Podía alguien que había perdido la razón desear la salvación así como si nada?'

La Novia Del Mal | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora