Capítulo 13

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QUINTA SEMANA

No había lugar seguro.

No importaba a donde fuera Jeongin o el sitio en el que se escondiera, el diablo lo iba a perseguir y posteriormente, sabía que iba a encontrarlo. Dentro o fuera del seminario, todos los hombres parecieron ser parte de su trampa así que no había ningún lugar donde pudiera estar a salvo del mal.

Todo lo que le quedaba a Jeongin, era quedarse impotente y desarmado. Después de todo, dondequiera que pisara, iría en dirección a un acantilado así que ¿Qué más daba? ¿Al menos existía un Dios? Si ese era el caso, ¿Por qué no lo había salvado de ser acosado por el diablo? Si Dios lo estaba castigando porque le faltaba algo en su carácter ¿Entonces que trabajo tenía que hacer exactamente para lograr remediarlo? Antes no tenía estas preocupaciones, pero ahora incluso pensaba en esto todo el tiempo.

No se levantó temprano esa mañana porque resultaba obvio que no importaba lo que pensara o pasara, eventualmente terminaría de la peor manera posible. Se sentía... Como si ya se hubiera cansado de pensar. Ya no tenía la energía para hacer eso o aquello por lo que, incluso este ideal de no solo salvar a Hyunjin, sino a si mismo, se estaba cayendo en la basura.

"Padre Yang". 

Jeongin, sentado en un banco bajo la cálida luz del sol del mediodía, volteó la cabeza cuando fue llamado precisamente de esta manera. Su cabello dorado, su piel blanca, esos limpios ojos verdes y esa pequeña cara bonita que antes se veía pura e inocente, ahora parecían ser un completo desastre. Jeongin no tenía muchos amigos debido a que era tímido y en realidad, aunque podía decirse que tenía una personalidad bastante amigable y bonachona, también parecía que nadie se atrevía a acercarse a él debido a esa, extraña apariencia sagrada. Era gracioso que incluso entonces, Hyunjin fuera el único que pudiera acercarse tan fácilmente a Jeongin.

Incluso aunque era un demonio, Hyunjin se seguía sintiendo como Hyunjin.

"Puedo ser Hyunjin por ti".

El diablo no tenía nombre. Ni siquiera pensó en preguntar sobre él y el diablo no quiso decirle nunca así que solo era una relación entre Jeongin y un demonio desconocido que se parecía bastante a Hyunjin. Ahora, por supuesto, seguía sin poder separar al diablo de Hyunjin aunque era evidente que había una brecha abismal entre los dos. Según como lo había tratado, entendía que Hyunjin era el diablo y el diablo era Hyunjin, punto. Ya no tenía a nadie en quien apoyarse ahora y no podía imaginarse tampoco a quien se supone que debería de odiar.

"Déjame solo." 

"Aún quedan algunas apuestas por cumplir. ¿No lo has olvidado, verdad? Después de todo, si pierdes serás mío para siempre".

La tez de Jeongin se oscureció notablemente debido a esto. Antes de que aceptara esta apuesta, Jeongin no podía ni siquiera imaginar en que tipo de infierno había puesto un pie. ¡Que estúpido había sido! No se había dado cuenta de nada y por consecuencia, el resultado terminó siendo así de cruel.

"Solamente me engañaste."

"Es culpa tuya por aceptar sin preguntar."

Todas las apuestas con el diablo eran injustas e irrazonables y aunque conocía lo que tenía que hacer para zafarse de eso, no entendía completamente la mejor manera de seguir adelante. El hecho de que hubiera tribunales sagrados para consultar sobre estos asuntos era algo completamente inservible así que comenzó a parecer como si la situación dependiera solo de Jeongin.

"Quiero tiempo para pensar en ello un poco más".

No fue una expresión de burla lo que apareció en el rostro de Hyunjin sino, una sonrisa bastante comprensiva. Estuvieron juntos por años, cara a cara desde la mañana hasta la noche así que era obvio que iba a poder reconocer los cambios de su humor. Pero saber que Hyunjin se compadecía de él no hacía las cosas más fáciles. No, estaba bastante enojado de que mostrara algo por él. Eso solo lo hacía sentir lo suficientemente tonto como para estar recibiendo incluso la simpatía de alguien como el diablo.

La Novia Del Mal | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora