CAPÍTULO V

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¡Por Dios Santo, alguien llame a un cura para la unción!

Cuando despertó esa mañana las sienes le latían, la boca tenía seca y la cabeza le mataba. Revisó la hora en su celular, menos mal tenía el turno de veinticuatro horas e ingresaba por la tarde, no creía que fuese capaz de articular ni un "hola" en el lamentable estado en el que se encontraba ahora mismo.

Recordó la noche anterior y con ello, al paciente de la cama cincuenta. De lo que Jin sabía el teniente Jeon no tenía familia que llegase a verle, salvo el suboficial Min.

Anoche, cuando le había tocado, sintió el mismo sentimiento de felicidad y electricidad que sintió la primera vez que su amado esposo le besó.

Jongguk había sido dulce y demasiado bueno besando, Jin confirmó con ese beso que estaba completamente enamorado del que fue su esposo y pareja. Era sólo un niño en ese tiempo, pero no podía negar cuanto amaba a su marido. Es por ello que su prematura y trágica muerte llevó a Jin a los límites.

Se sentó en el sofá y tomó la foto del día de su matrimonio con Jongguk.

-¿Esto era amor? ¿Esto intentabas decirme, que tu volverías así? -dijo mirando la foto, en la que Jongguk le sostenía en brazos y le miraba con todo el amor que sentían el uno por el otro.

-Estoy loco- susurró mientras se ponía de pie, colocaba con cuidado el portarretratos en su lugar y se dirigía a la ducha.

Después de desayunar y arreglar su desastre, se cambió de ropa, llamó un taxi y fue en dirección al hospital. Tae seguramente estaba cansado además tenía que tomar su turno, no iba a conseguir nada siendo un cobarde.

Jeon Jungkook era su responsabilidad.

Cuando entró en UCI, su paciente dormía. Se acercó a revisar la tablilla de informe que estaba al pie, hasta donde podía ver estaba todo bien. Había empezado a centrar la mirada y mover ligeramente los dedos de sus manos y un dedo del pie derecho.

Mientras estaba en el cuarto de Jungkook su cuerpo reaccionó y una canción bastante animada llegó a su cabeza. Empezó tararear "Wake Me Up Before You Go-Go" del grupo Wham! y después empezó a pronunciar la letra mientras cantaba suavemente moviendo sus hombros. Hace dos años nada alegre o animado salía de él, pero este hombre en la cama de UCI emanaba una energía que le ponía de buen humor, le hacía sentir cálido el corazón.

Cuando miró hacia su paciente, este tenía los ojos abiertos y algo de humor se filtraba a través de esos bonitos ojos marrones. Jin sintió que sus mejillas se enrojecían.

-Buenos días Señor Jeon ¿se siente bien el día de hoy? Por favor parpadee si es un sí. -Necesitaba saber si había daño neurológico en su paciente. Para sorpresa suya, Jungkook parpadeó.

-¿Siente dolor señor Jeon? -volvió a preguntar y Jungkook parpadeó de nuevo.

-Voy a suministrarle un analgésico, pero antes debo saber dónde está ubicado el dolor. ¿Está bien?. -preguntó y recibió la respuesta afirmativa.

Palpó los pies, las piernas, muslos y el resto del cuerpo, cuando tocó su cadera los ojos de Kook se cerraron por el dolor.

Era obvio que había pasado demasiado tiempo en la misma posición, así que llamó al fisioterapeuta, empezaría el tratamiento de movilidad hoy, en la misma sala. Durante el tiempo que estuvo en UCI, su movilidad fue limitada, suficiente para que no tuviese llagas, sin embargo una pequeña lesión se había formado sobre su nalga derecha cerca de la cadera.

Desinfectó con cuidado y curó la lesión, lo menos que necesitaba era que su paciente tuviese algún tipo de infección cutánea por las escaras que podrían formarse. Cuando los masajes fueron dados, autorizó el ingreso del suboficial Min, no sin antes administrarle el analgésico. Esto le enviaría a dormir un rato y le aliviaría el dolor hasta su siguiente visita.

Cuando fue a su consultorio y se sentó para escribir su reporte, entró Jimin. Sus ojos destilaban corazones y una sonrisa boba se dibujaba en su rostro.

-Oh por Dios "Mochi", ¿al fin dormiste con el oficial Min?. Porque no creas que se me pasó desapercibido que tenía el cabello húmedo cuando entró a su guardia con el señor Jeon. -dijo Jin en burla, haciendo que Jimin se pusiera de todos los colores y casi se atorara con su saliva. Sabía que no acertó, pero era divertido molestar a Jimin y hace rato que no se divertía a costillas de su amigo.

-¡Jin! Por el amor de dios - soltó indignado. -Sabes que no soy tan fácil -completó riendo.

Las risas de los dos se escucharon hasta el pasillo. Jimin se limpió una lágrima divertida y notó algo, su amigo estaba más ligero de ánimo. Hace dos años el humor se había marchado de Jin y era algo que había extrañado, pero no se lo haría notar, quizás Jin se volvería a encerrar en su dolor y no quería eso.

-Oye por cierto, hoy es cena de chicos en la cafetería del hospital. Hoy tengo ronda y tu amigo mío estás atrapado conmigo. - justo en ese momento se escuchó por el altavoz lo que le llamaban. -Bueno, el deber me llama. No lo olvides Jin, hoy hay albóndigas de "perro", pasaré por ti más tarde. -y se marchó corriendo por el pasillo hasta pediatría.

Las albóndigas de perro, como Jimin les llamaba, eran unas albóndigas demasiado pequeñas y con su salsa sin gracia. Jimin juraba que los hacían con latas de comida para perro y ni siquiera se preocupaban de ponerles un poco más de sal.

Bueno, para nadie es un secreto que la comida de hospital no es agradable, así que ellos tendrían que conformarse con las albóndigas de perro por esta noche.

Mientras llenaba su reporte, recordó los detalles de la curación de Jungkook y sin querer su pensamiento se desvío hacia la perfecta piel de su paciente, la forma de su trasero, sus abdominales.

Había perdido masa muscular, obviamente, pero no le quitaba lo bello que era este hombre.

Sorprendido por sus pensamientos calientes se palmoteó las mejillas.

-Jin ¿Qué pasa contigo? No, ese hombre es tu paciente, además no es tu marido. Tu juraste ser fiel cuando te casaste, no puedes traicionar su memoria así -se reprochó molesto, la foto de sus últimas vacaciones a Bora Bora con Jongguk estaba en su escritorio. Habían salido a turistear y cuando regresaron a su bungalow, su esposo no le quitó las manos de encima en unas cuantas horas.

-Te extraño tanto -dijo mientras miraba la sonrisa de su esposo en la fotografía, con el atardecer detrás de él. Aunque el peso de la pérdida ya no se sentía igual.

Ay mi Jin 💕 déjale espacio al amor nuevamente.
Regresé, pero iré actualizando de poco en poco. Salieron algunas ocupaciones de mamá. Nos leemos después 💜

EL HILO ROJO DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora