CAPÍTULO X

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-Esta es tu habitación Kookie -señaló Jin abriendo la puerta de la habitación frente a la suya y empujando la silla de Jungkook al interior. Le había puesto ropa en el armario, colocó sábanas de algodón egipcio en la enorme cama, estas le darían a Jungkook un excelente descanso, Yoongi y Jimin habían sido excelente apoyo a la hora de hacer todas las nuevas adquisiciones, especialmente cuando tuvieron que comprar la ropa para Jungkook, el teniente era un hombre muy alto.

La habitación tenía una amplia ventana francesa que daba hacia la bahía, el pacífico lucía tan hermoso esa mañana con el manto azul que parecía fundirse con el mar y la luz solar ingresando por toda la ventana iluminando el lujoso dormitorio. El piso era de mármol perfectamente pulido de tonos combinados entre dorado y blanco, mientras que las paredes tenían un bonito tono lino, todo en ese ambiente gritaba sofisticación y aún así se sentía cálido.

El cuarto de baño tenía una bañera adaptada para las nuevas necesidades de Jungkook al igual que la ducha y el inodoro, había toallas nuevas, productos de cuidado facial y en general todo lo que se necesitaba para sentirse bienvenido. Unas preciosas orquídeas adornaban el tragaluz lateral junto a la ducha y el exquisito aroma de lavanda aromatizaba toda la habitación.

-¿Quieres que te deje para que descanses? -preguntó dubitativo Jin, empujando la silla de Jungkook fuera del baño.

-Por favor, sí -respondió Jungkook, se sentía feliz de estar fuera de ese hospital y quería disfrutar un poco de la vista antes de la hora del almuerzo y de la llegada de la enfermera que fue asignada para él.

Tammy era una increíble mujer, siempre dulce y muy exigente con la perfección en su trabajo, además Jin había dicho que no había problema de que el pequeño hijo de Tammy se mudara con ella a la casa ya que ella sería enfermera dentro de casa, era más facil así. Había habitaciones de sobra y la casa no se sentiría tan sola como se había sentido desde la prematura muerte de su esposo.

-Iré a la cocina, mientras tanto descansa. Mi amigo Jimin llegará pronto así que lo conocerás cuando sea la hora de la comida cielo -dijo Jin mientras recostaba a Jungkook en la cama y acomodaba sus pies en un cómodo y suave reposador.

-Está bien guapo -respondió Jungkook con un guiño, sacando una carcajada llena de felicidad y entusiasmo del médico. Cuando Jin le besó la frente se sintió en paz y como si estuviera en casa, mirando los barcos en la lejanía del océano se quedó dormido.

La bruma se había despejado y ahí estaba él, Jongguk, sonriendo. Le llamó para que se sentara junto a él.

-Te dije que estaría contigo hasta que fuera fácil para ti amarlo y créeme, a veces sus manías pueden enloquecerte -le dijo riendo mientras lanzaba piedritas a un estanque. Él no se sentía con confianza para decirle que le gustaba Seokjin, comprendía que Jongguk se había ido y que eso casi había matado al precioso doctor, pero se sentía como si estuviera invadiendo la vida de alguien más al aceptar que Jin realmente lo estaba atrapando. -Sé como te sientes, pero estás equivocado. No me estás robando una vida, la mía la viví plenamente junto a Jin. Él fue el amor de mi vida desde el día en que vi esos ojos marrones con chispas de oro. Lamenté no haber tenido tiempo de despedirme, pero todo lo que vivimos me permitió irme en paz, porque sé que fui amado mientras estuve con vida. Ahora quiero que él sea feliz, junto a ti -añadió mirando a Jungkook con una semblante lleno de paz y amor.

-Necesita soltarme y abrazar el futuro que les espera, tanto a ti como a él juntos, debes tener paciencia Kook. Puede ser muy terco cuando se lo propone -fue lo último que recordó decir a Jongguk antes de que la suave voz de Jin le dijera que la comida estaba lista, sacándole de sus sueños.

Cuando salieron al comedor el delicioso aroma de pollo horneado golpeó su nariz haciendo que su estomago gruñera. En la mesa estaba su amigo Gi, como llamaba a Yoongi, un médico rubio y muy apuesto, su sonrisa parecía contagiar de alegría el lugar.

-Kookie, te presento a Jimin -señaló Jin al rubio que hizo una reverencia. - Es médico pediatra en el hospital donde estabas.

Jungkook hizo una pequeña reverencia también a modo de saludo y el sonrió tanto a Jimin como a su mejor amigo.

Jin tomó un plato para él poniendo pollo en salsa de naranja, patatas al horno y ensalada de habichuelas lo acomodó en el individual que estaba junto a su asiento y acomodó mejor a Jungkook cerca de la mesa. Había té helado con limón para acompañar el almuerzo y mientras compartían de una amena conversación y la exquisita comida, tanto Jin como Jungkook se sentían en paz después de mucho tiempo.

Nueva actualización de mis tortolitos. Juro que cada capítulo me hace llorar, espero que lo disfruten.

EL HILO ROJO DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora