No mires atrás

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— ¿Dónde coño están Chota, Karube y Shibuki? - Volví a preguntar, subiendo el tono. La pelirroja se quedó mirándome sorprendida.
— Ya no están aquí, acabaron con el sufrimiento -  Hablo Akira.
— Era un juego de corazones.. Solo 1 podía sobrevivir, ellos se sacrificaron - Dijo aún entre lágrimas, cosa que a mi me empezó a afectar también.
— No llores. "Tu estás viva, no te fijes en lo malo". Tienes que cumplir tus palabras - Me dijo Roset. Le sonreí y le di un abrazo. Akira me interrumpió.
— ¿Y tu quien eres, pelo zanahoria?
— No le hables así - Le dije en tono amenazante. No iba a dejar que le hablase así a mi amiga por estar celosa.Ella se defendió y empezamos una discusión.
— ¿Ahora que, la quieres más que a mí?
— ¿Y si lo hago que?
— Vete a la mierda, Runi.
Dijo ella para después salir, no se donde, pero se fue. Es terca, pero se que no se iría muy lejos.
— Lo siento. - Se disculpó Roset.
— Tengo una cabaña por aquí cerca, allí podemos comer. Soy Usagi.
Al haber dicho eso, empezamos a seguirla. La cabaña era grande, y nos preparó un caldo de conejo, muy rico por cierto. Estaba preocupada por Akira, no sabía dónde estábamos, pero la rabia era tanta que no le hice caso a mis pensamientos. Usagi nos contó cosas sobre su vida. Su padre se había suicidado, y ella no quería dejar la muerte de su padre en vano, por eso hacía "todo por sobrevivir". Admiro a esta chica.
— Teníamos pensado ir a la playa, Usagi - Le expliqué un poco sobre eso - ¿Vendrás con nosotros? Iremos mañana.
— Iría, pero tendréis que esperarme. Me quedan 2 días en mi visado, necesito asegurarme. ¿Os importa que juegue otro juego? De mientras quedarse aquí.
— Podemos ir contigo - Sugerío Roset. Todos estuvimos de acuerdo, menos Arisu, que no contesto. Se que el quiere, solo que esta mal, se le nota que no puede ni hablar.
— Arisu, ¿Me acompañas al juego? - Vi como a mi hermano se le iluminan los ojos cuando Usagi le habla. El aceptó, y empezamos a andar. Quería que Akira viniera con nosotros, siempre me acompañaba a los juegos. Revise mis piernas y tenia guardadas mis dagas, todas las cartas que conseguí, menos la que me quito el calvo, y una botella de agua casi terminada.
Fui charlando con Roset, ella era muy buena, sentí como iba creciendo su lugar en mi corazón. Me dijo que tenia problemas con su padre, era un poco como yo. Ella era perfecta la mirases por donde la mirases, tenia muchos temas de conversación, y no me aburría con ella. Llegamos a una especie de autobús, un nuevo juego. Arisu parecía mejor. Dentro habían 3 muchachos, uno estaba mal de la pierna y no podía caminar. No podía evitar pensar en ellos 3, se me salieron unas lágrimas, La pelirroja las seco y dijo que no pasaba nada. Era un juego de picas, perfecto para un cojo la verdad.
Hay que llegar a la meta en el tiempo límite, no se lo que hay que hacer, solo empece a correr.
Iba delante de todos, yo soy muy buena en los deportes, pero sinceramente, correr no es lo mío. A ver, corro muy rápido, y me canso lentamente, pero es que me da mucha pereza. Roset iba la última, este juego no era para ella. El chico cojo se quedó en el autobús, y como siempre, el Superman de mi hermano, dijo que haría todo lo posible por salvarlo, madre mía. Los otros 2 vinieron con nosotros. Llevábamos corriendo 30
minutos, encontramos unas botellas de agua apoyadas en una mesa. Mi hermano estaba apunto de coger una cuando Usagi le detuvo.
— No es seguro, mejor coge de la mía. - Dijo la antes nombrada. Yo bebí de la que tenia en el bolsillo y le di un poco a Roset. Me rei cuando Usagi respiro profundamente al ver que Arisu compartió toda la botella de agua a los otros chicos, dejándola vacía. Seguimos corriendo, otra media hora más, cuando Usagi grito
— Parad, Runi, ve atrás.
— ¿Que pasa? - Dijo Roset.
De repente, se vieron los amarillos ojos de un animal, y no se veía muy amistoso. Una pantera negra, lo que faltaba. A veces me encantaba lo bonito que eran los juegos y lo bien que nos hacían sentir, que se note el sarcasmo. Hacia parkour hace unos años, seguro que no sería tan difícil vencerla. Pues no, yo era el objetivo de la pantera de mierda, se me tiro encima, pero la esquive. Puse un pie en la pared y otro en el coche, fui saltando de maletero en maletero. Por fin, la pantera se dirigió hacia uno de los chavales. La muy inteligente de Roset, grito mi nombre atrayendo a la pantera. Estaba lejos y se tiró encima de ella.
— Maldita, me va a hacer gastar una de mis dagas por ella - Susurre para después tirarle una daga que le dio justo en la cabeza. La pelirroja se escapó y se metió en un coche con mi hermano y Usagi. Un chaval se puso a correr, como si la pantera no le atraparía nunca, cosa que si hizo. Nos grito que escapáramos y así lo hicimos, mientras la pantera se comía a el hombre, nosotros avanzamos. Quedaba una hora, no sabíamos cuánto quedaba para la meta, pero si cuanto habíamos avanzado. 15 kilómetros.
Corrimos y corrimos, vi que Roset se quedaba atrás. Me paré y le agarre la cadera.
— ¿Que te pasa? - Le pregunte.
— No puedo más Runi, soy incapaz de correr tanto
— Corre aunque no puedas, los juegos son difíciles, pero no imposibles. - Le dije mientras los demás habían avanzado 2 kilómetros por lo menos. Que hijos de puta, ni nos habían esperado. Fui a la par de ella por un tiempo, pero empecé a avanzar pisándole los talones a los otros. Me estaba cansando, y eso no era bueno. Arisu  se detuvo y todos se detuvieron, egoístas. Mi hermano se dio cuenta que una moto tenía gasolina, con la cual podía llenar el autobús y así salvar a el amigo que se había quedado allí. Vamos, que se cree un superhéroe.  Agarre de la mano a Roset y me dirigí a Arisu.
— Llévatela, cuesta abajo será mas fácil, así será mas fácil para ella. - Mi hermano acepto y se pusieron en camino. Usagi me estiro de el brazo y fuimos paralelas. Llegamos a el supuesto fin de la calle, a la supuesta meta. Repartí lo poco que me quedaba de agua, total, ya habíamos terminado. El único de los chicos que estaba con nosotros nos enseñó a su esposa, era bastante guapa. De repente, escuché agua moverse, me levante asustada, los tornillos de la pared empezaron a salir disparados por la presión de el agua. Esto no estaba bien. Habia que volver al principio.
— ¡Usagi, levántate! - Dije desesperada - Tu también chaval.
Empezamos a correr bastante rápido, las piernas me temblaban sentía que se me iban a romper, estaba llena de sudor parecía que era de gelatina, estaba mareada, creo que a Usagi le pasaba lo mismo. El chaval grito que no podía más, y antes de que pudiéramos aconsejarle algo, se dejó llevar por el agua. Vimos a el autobús, Arisu lo había conseguido, lo sabía. Vi a Roset asomándose por la compuerta y estirando una mano, fui la primera en entrar, ya que le llevaba una gran distancia a Usagi, me coloqué y hice lo mismo que hizo la pelirroja conmigo, agarre a Usagi y cerré la puerta rápidamente. La gran ola se llevó por encima al autobús. Desperté con mi hermano llamándome, había sido la última, por que siempre soy yo la última en despertarme?

My blood loverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora