Capítulo 8. Una historia que se repite

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Terminé de bajar las escaleras y fui hacia la reja.

—Caarl. —canturree para que me viera. Él soltó una pequeña risa y me abrió la reja, pasé y la cerró detrás mío.

—¿Cómo se levantó? —me preguntó, acercándose para ver a Jude.

—De muy mal humor. —solté una risa—Quiere pecho pero primero le daré fórmula, sino va a estar con el estómago vacío.

—Bien. Avísame si quieres que te ayude con algo.

—Está bien. —le dije, antes de comenzar a alejarme de él. Fui hacia Beth y ella me entregó el biberón que le había preparado a Jude en lo que yo iba por ella—Gracias.

—No es nada. —me sonrió.

—¿Qué edad tiene la bebé? —preguntó la mujer de anoche.

—A penas una semana. —respondió Hershel.

Acerqué el biberón a la boca de Jude y ella comenzó a comer.

—Para ser honesta, creímos que nunca veríamos otro bebé. —la mujer se acercó a mí—Es hermosa.

—Gracias. —le di una sonrisa de boca cerrada.

—¿Y cómo te sientes? —se cruzó de brazos—Eres muy pequeña.

Me costó un poco entender su pregunta, hasta que me di cuenta que ella creía que la bebé era mi hija.

—No es mi hija. —le aclaré.

—¿Dónde está la madre? —la mujer se giró, pero nadie respondió—Lo siento.

❄️♾️

—¿Has dormido algo? —me preguntó Hershel mientras yo bajaba las escaleras, parecía preocupado.

—¿Tan mal luzco? —fruncí el ceño—Entre Judith, los nuevos, y estar preocupada por los que están afuera, anoche no pude pegar un ojo.

Caminamos hasta la cocina y nos sentamos en una de las mesas. Los nuevos habían ido a enterrar a su integrante fallecida, Beth y Axel estaban con ellos, y Carl y Carol estaban de guardia.

—Debes dejar de hacerte cargo y preocuparte tanto, Ivy. No es bueno para ti. —dijo, poniendo una mano en mi cabeza para controlar si tengo fiebre.

—No puedo. —negué con la cabeza—No ahora.

Carl llegó corriendo al pabellón.

—¿Qué pasó? —le pregunté levantándome de la mesa.

—Volvieron. —dijo agitado—Y con Maggie y Glenn.

Sonreí y le di una mirada a Hershel, pidiéndole permiso para salir corriendo.

—Ve, ya los alcanzo. —me sonrió.

Enseguida salí corriendo junto a Carl. Cuando llegamos al patio, al primero al que corrí fue a Glenn.

—Estás bien. —comencé a llorar en su hombro—Gracias a Dios.

𝐅𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫 || 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora