“Sentado sobre una piedra afuera del recinto se encuentra un panda con la cabeza gacha, los que pasan y lo ven saben la razón de su lúgubre ánimo, nadie se atreve a acercarse o si quiera consolarlo.
El panda arranca hojas para triturarlas entre sus patas, de pronto las lágrimas corrieron por su rostro. Alguien dijo una vez que huele a sol, ahora huele a una triste llovizna”.Muy lejos a esa realidad, pero en la misma línea, la escuela de hechicería reluce por su impecable orden, solo alterado por dos muchachos los cuales en este mismo momento se encuentran frente a frente, ambos desprenden un aura aterradora.
Los jóvenes parados bajo el reluciente sol de verano se miran desafiandose mutuamente. Ni los típicos bulliciosos se acercaron a animar la pelea, nadie quiere estar cerca en este momento.
Por los pasillos se escuchó: “¡Suguru Geto y Satoru Gojo van a pelear¡”, alarmado a los profesores, todos corrieron a las puertas, en especial el profesor Masamichi quien corrió más veloz que los otros y con un semblante realmente serio.
—Ya estamos afuera, Suguru Geto —habló uno de ellos, se dirigió con burla al llamado “Geto”.
Y como lo prometió, continuaron su conversación en el patio. Aquella clara invitación a enfrentarse fue aceptada por Gojo de inmediato, solo lamenta arruinar su uniforme nuevo.
«Que pereza tener que elegir otro», pensó vagamente, aunque por otro lado divertido.—Hm, muy bien, Satoru —respondió Geto lanzando un golpe directo al rostro del contrincante —. Oh, vamos, ¿en serio no lo esquivaste? Que patético.
Satoru se sorprendió, no esperaba un ataque tan directo y bruto, sin embargo sonrió mientras recogía sus lentes de sol del piso, ese golpe fue demasiado común en realidad, no llevaba consigo energía que pudiera dañar realmente a un hechicero. Podría haberlo evadido sin problema pero se quedó quieto, no admitirá que no lo vio venir.
—No me dolió —dijo sin cambiar su tono burlesco —. Es mi turno —Tronó sus nudillos, preparó su puño y apuntó hacia Geto.
Suguru Geto sonrió y abrió los brazos en una extraña manera de retar al otro joven, sus ojos decían: “Sin energía maldita a ver qué tan duro golpeas”.
—¡Vamos, imbécil! ¡Sin trampas!
Satoru levantó la mano y tomó carrera, esto iba en serio, además de inyectar una cantidad considerable de energía en su puño, sonrió y Geto le devolvió la sonrisa, de seguro ya sabe que su golpe es trampa pura y de seguro lo esquivara. Solo lo sabrá cuando aterricé en su cara.
—¡Ustedes! —gritó el profesor Yaga al llegar, por un momento quiso cometer un homicidio ahí mismo.
Satoru detuvo su movimiento y apretó los dientes enfadado, «con qué el que hizo trampa primero fuiste tu, Geto», Suguru no se movió.
Su profesor Masamichi Yaga lo único que vio fue a su alumno más revoltoso apuntando un puño cargado de energía hacia el rostro de su compañero.—¡Gojo! —gritó molesto, al escuchar que dos alumnos estaban peleando de inmediato supuso que Satoru Gojo tenía algo que ver, y su intuición no le falla.
Satoru molestó quiso protestar:
—¡Profesor, él golpeó primero! —se quejó Satoru señalando al contrario —. ¡Me tendió una trampa! ¡Me las vas a pagar, maldita rata!Suguru levantó las manos, no llevaba armas ni cargó nada con energía maldita, el único con las manos en la masa aquí es Satoru Gojo.
—Geto, puedes irte —habló con calma hacia el afectado —. Y tú —Señaló molesto —, limpiaras los baños por un mes. Usar la energía contra un compañero está penado, agradece ser un estudiante o tu sentencia sería realmente grave. Ni clan Gojo puede escapar de las normas establecidas para proteger y resguardar...
Gojo dejó de escuchar las represalias de su profesor, solo lo veía mover la boca pero no escuchaba sus palabras, tampoco es que se esforzara por hacerlo.
—¿Entendiste? —preguntó severo el profesor a lo que su estudiante solo asiente —. A ver, ¿qué dije?
Al joven prodigio del clan Gojo le cayó una montaña de reprimendas encima de las que no pudo escapar, Geto pasó a su lado y le dijo por lo bajo: “¿no viste venir eso verdad?”.
—Aún me das asco, vaaa —simuló una arcada en su dirección.
—Disfruta limpiando retretes —respondió Suguru alejándose.
Los pasos tan vagos y lentos de Suguru provocaron una molestia en el pecho de Gojo, realmente quiere atacarlo en este momento pero su profesor encargado lo está observando.
—Go... —Yaga estaba por gritar de nuevo cuando sus sentidos se agitaron, el mayor se puso alerta.
Un ruido se escuchó en el cielo y la tierra tembló por unos segundos, las tres personas presentes se pusieron en guardia de inmediato, los jóvenes dejaron de pelear y el maestro saltó delante suyo para protegerlos de cualquier cosa que sucediera, hasta el cielo se oscureció, y luego todo volvió a la normalidad como si nada, el sol salió y los pajaros que parecían haber volado lejos cantaron como si nada.
—¿Qué... qué acaba de suceder? —preguntó con vos cortada Suguru.
—No tengo idea —respondió anonadado Satoru con su escudo ya activo, sus ojos brillaron esforzándose por ver algo, todo está tan normal como si hubiese sido su imaginación —. ¿Todos sintieron eso verdad? —Ahora duda de su propia cordura.
—Sí, Satoru, todos aquí tenemos ojos —respondió Suguru.
El profesor Masamichi les ordenó volver a sus dormitorios, Ieri Shoko apareció para llevarlos, ella se preocupó de que ese estruendo fuera causado por sus compañeros al pelear. Inclusive olvidó el castigo de Gojo, solo los mandó a sus respectivos dormitorios.
—Pero profesor explique al menos que acaba de ocurrir —protestó Satoru.
Yaga Masamichi no respondió, solo los despidió lo más rápido posible, detrás de su semblante duro se haya igual o más sorprendido que sus alumnos, pues él tampoco tiene la menor idea de lo que acaba de pasar.
«Debo informarlo a los altos mandos», pensó Yaga, su intuición no le falla y le está gritando que está pasando algo grande en alguna parte del mundo, y ellos como hechiceros deben averiguarlo.
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Viajando al pasado (ItadorixSatoruGojo-Female Itadori)
FanfictionUn mundo donde Kenjaku ganó, logró controlar a Ryōmen Sukuna y destruyó todo a su paso, sin mencionar su éxito al sellar al hechicero más poderoso de la época actual, el cual puede ser realmente su más grande éxito. Aunque no puede llevarse todo el...