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Lugar: En el agujero negro, viajando al pasado.

  La noche se hallaba en su punto medio cuando Itadori y su medio hermano semi-maldición llegaron al lugar, escondidos desde lejos vieron un agujero negro del cual salían criaturas arrastrandose, de pie, hasta volando, muy diferentes y deformes todas. Los hermanos no se asustaron, solo Itadori sintió un poco de asco al verlos, estos días no se ha sentido bien.

—¿Qué tienes planeado, hermana? —pregunta Choso.

—Pues iremos allá —Señaló el agujero —. Y nos lanzaremos. Él está ahí, puedo... sentirlo, no sé explicar cómo pero siento su presencia.

Una sensación real de asco la invadió al sentir la presencia de su progenitor, no quiere admitir ni reconocer a ese demonio como su padre, «¿o será madre?», prefiere llamarlo padre, le da menos repulsión.

—Seré la distracción —dijo Choso, antes de poder detenerlo este ya había avanzado hacia los deformes y con su sangre los cortó para llamar su atención.

Los hermanos se sincronizaron muy bien, Ruri saltó apenas tuvo la oportunidad, ninguno de los dos pensó bien esto, Ruri se lanzó con su puño en llamas y Choso simplemente sigue a Ruri. A ninguno de los dos le importa morir a estás alturas, pero Ruri antes de irse de este mundo se llevara al culpable de toda esta desgracia consigo.

Aterrizó detrás de él, Kenjaku se paró imponente frente a una especie de puerta muy extraña, «asg, no estoy aquí para esto», pensó Ruri, sin mediar palabras lanzó su puño cargado con energía maldita directo al demonio.

—Realmente no aprendes.

La esquivó sin esfuerzo, el hombre quien flotaba en vez de caminar ahora apareció detrás suyo, pero Itadori tenía otro plan.

—Supernova.

Un torrente rojo atravesó el cuerpo de Kenjaku como una flecha.

—Ah, se me olvidó que tu hermano te acogió estos días —dijo con una sonrisa, la flecha aún atravesando su cuerpo —. Te enseñó bien.

Kenjaku cortó la extensión de la fecha de sangre con algo de dificultad, pero la cortó a fin de cuentas, apenas hizo esto un rayo de aproximó con gran velocidad.
—El puño divergente, ¿querés que soy Mahito? —canturreó Kenjaku —. Uzumaki.
     


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Los recuerdos seguían atormentando la cabeza de Itadori Ruri, apenas puede creer que recordar cosas insignificantes fuese algo tan difícil y doloroso, lo que Kenjaku le haya hecho en Shibuya la marcó profundamente.

«Oh, con que no me mató... Otra vez», se dijo a sí misma. El Uzumaki no la mató por simple capricho de su padre, él la observó al último segundo con sorpresa, entonces el ataque retrocedió y una criatura salió de las sombras para clavar su aguijón en el pecho de Ruri. Kenjaku no le dio importancia y se marchó por la puerta hacia un corredor oscuro. Itadori se había puesto de pie como podía y lo persiguió, detrás suyo corrió Choso quien apenas se había librado de las maldiciones exteriores.

Así pasaron tres días recorriendo el lugar oscuro y confuso como un laberinto, hasta que Itadori colapsó de nuevo.

—¿Estás bien? —preguntó su fiel compañero quien la removió de su lugar, la cargó en sus brazos y siguió avanzando —. Te sacaré de aquí pase lo que pase —prometió.

—Choso —llamó con pena, el llamado le prestó atención —, creo que estoy enferma, siento algo moverse.

Choso bajó a Itadori, buscó un lugar cómodo para dejarla.

—¿Dónde te sientes mal? —preguntó con auténtica preocupación.

Por fin Itadori sabe que este hermano suyo es genuino, no le importa Kenjaku y no la traicionara por nada del mundo, inclusive está dispuesto a morir a su lado en esa cueva oscura.

—Algo se mueve en mi abdomen —dijo y levantó la tela para mostrarle a su hermano, este le dirigió una mirada complicada —. Creo que la picadura de esa maldición me infectó de algún parásito, ahora se incuba dentro mío —Itadori cerro sus ojos cansada.

Choso tocó el abdomen abultado de su hermana, la cosa dentro suyo se movió, Choso siguió tocando hasta que Ruri se sintió disgustada y se cubrió.

—Es un parásito muy interesante —concluyó Choso todavía mirando su mano —. ¿Cómo lo sacaremos? —preguntó confundido.

Itadori no lo sabía, tampoco se preocupó, luego del fallido ataque a Kenjaku lo único que quiere es dormir, renovará fuerzas para levantarse de nuevo e ir por él... de nuevo. Hasta que uno de los dos por fin muera. Rendirse simplemente no es una opción, Kenjaku le perdonó la vida, entonces le devolverá el favor matándolo, para que tomase conciencia de lo mal agradecidos que son sus hijos.

Al cerrar los ojos se transportó a un recuerdo lejano, casi olvida que una vez Sukuna Ryōmen le arrancó el corazón. «Oh, ahora que lo recuerdo yo estuve muerta», por unas horas.

“Itadori despertó con poca ropa en una camilla cuando una señora iba a diseccionarla, gracias a dios volvió antes de que la cuchilla tocara su piel, o sino ni Sukuna podría arreglar su cuerpo otra vez.

El ambiente en la morgue se sintió frío y deprimente.

—¿No me digas que te encariñaste con la niña? —habló una mujer, Itadori puede oírla, ella le habla al hombre quien se percató de su aparente resurrección, pero él no dijo nada, se quedó unos segundos congelado.

El hombre sentado en una silla alta un poco alejado se le hizo conocido, no lo reconoció gracias a su aura lúgubre y su expresión sería.

«¿Profesor?», nunca había visto a su alegre sensei con tal semblante, «se ve como un hombre triste».

El hombre es su profesor Satoru Gojo, Itadori al verlo levantó la mano en señal de saludo, aunque al hacerlo provocó que la única tela la cual la cubre casi se caiga, por suerte la atrapó antes.

—Shoko... —llamó Satoru, su voz no muestra su típico tinte divertido y humorístico, sino una voz profunda.

—Recuerda lo que pasó la última vez que te encariñaste con un recipiente —prosiguió la mujer, ella preparó las herramientas para la disección.

—Shoko —volvió a llamar Satoru.

—Lo sé, lo sé —se puso los guantes y tomó el bisturí —, no es igual a Riko ama... —Ieri Shoko volteó con el bisturí en la mano topandose con su “cadaver” sentado en la mesa.

Shoko mantuvo la calma y dejó el bisturí, luego examinó a Ruri sin hacer ruido alguno.

—Emm —soltó la chica apenada, el silencio es incómodo —. Pues cosas pasaron y volví a la vida.

Satoru se levantó de un saltó y fue hasta donde Ruri, la cubrió con una bata mostrando de nuevo su expresión tranquila, relajado como de costumbre, como si su aura lúgubre nunca hubiera existido, se llenó de vida el profesor al ver a su alumna.

—Esa estuvo buena —alabó —. Estoy muy orgulloso, mi estudiante encontró el camino de nuevo a la vida, no todos los profesores pueden decir eso —Gojo despeinó el cabello de Ruri.

Itadori quien se sintió incómoda por haber revivido en un momento “incomodo”, volvió a brillar con su esencia juvenil después de haber hecho algo increíble: volver de la muerte. Megumi y Nobara estarán felices de verla seguramente, tanto como lo está su profesor ahora mismo”.





    ...







Hay que recordar que Itadori de alguna manera perdió sus recuerdos después del incidente de Shibuya (en este fic). Lo que se va poniendo en cursivas como recuerdo por más de ser narrados de esa manera son cosas que la misma Ruri va recordando, tal vez no así pero va recordando esas partes.

Por otro lado, ¿la infectó se un parásito la maldición de la cueva? Pues efectivamente Itadori perdió muchos muchos muuuchos recuerdos.

Viajando al pasado (ItadorixSatoruGojo-Female Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora