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Louis odiaba a Nova.

No, de hecho, Louis la amaba, pero ahora mismo si estuvieran frente a un auto en movimiento, no dudaría demasiado antes de empujarla en su camino.

Nova había llegado a casa de Louis a las tres de la tarde, supuestamente para estar lista con antelación y no llegar tarde a la fiesta de esa noche, pero ya ha pasado una hora desde que debieron haber llegado al evento y ella aún no está lista.

Louis y Gemma empezaron a alistarse a las siete, con dos horas de anticipación y cuatro de desventaja a comparación de Nova, y aun así llevan esperando a la omega por más tiempo del que siquiera tardaron maquillándose.

-Nova, te lo juro por tus ancestros, si no terminas en los próximos 30 segundos te voy a arrastrar a la fiesta con solo la mitad del cabello peinado. - La otra omega refunfuñando, baja la tenaza y voltea a ver a su amigo, haciendo un puchero.

- No me hables así, Lou. Voy a llorar, ¿me oyes? Y van a tener que esperar otras cinco horas para que arregle mi maquillaje si se arruina.

Gemma se desespera y desconecta el cable de la tenaza de un tirón, asustando a los omegas en la habitación.

- Nova, sube al auto; Louis, ve con ella. Se ha terminado mi paciencia y mi hermano nos está esperando. Vamos, vamos.

Acarreando a los omegas hacia el auto, toma las llaves y se las entrega al chófer de la familia Tomlinson, quien llevaba esperando más de una hora a la alfa y el par de omegas.

-

Cuando llegan a la fiesta, la música aún se mantiene tenue y baja, perfecta para que los asistentes puedan conversar tranquilamente.

El salón del Club, estúpidamente caro de rentar, se encuentra decorado con infinidad de bolas disco que cuelgan desde el techo, espejos enormes creando rincones para tomar fotos, algunos arreglos florares aquí y allá. Louis toma nota mental sobre el número de peonias que logra ver en estos; un claro derroche de dinero que busca demostrar la magnitud de la familia de Maya.

El espacio es grande, enorme para la cantidad de personas invitadas, en realidad, pero se ve compensando con la ornamentación y los muebles que han sido colocados dentro del mismo.

Encuentran su mesa sin mucho esfuerzo y se dan cuenta de que solo quedan dos lugares juntos y otro en medio de Shane y Harry.

Estos dos alfas nunca se han llevado muy bien que digamos, habiendo siempre una tensión extraña entre ellos cada vez que se encuentran.

Louis siempre ha creído que se debe a que ambos juegan en equipos de fútbol rivales, pero la verdad es que le da pereza preguntar.

Gemma y Nova toman el par de asientos libres y dejan a Louis con la única opción de sentarse entre dos de los alfas menos conversacionales del lugar.

Jodidas traicioneras, la próxima vez que le pidan que mienta sobre estar en su casa cuando se van a ayudar a un alfa en su celo, Louis ya no las ayudará.

Aún con todos estos pensamientos hostiles rondando en su cabeza, el omega pone una sonrisa suave en sus labios y se acerca al lugar que le corresponde, y sonríe aún más cuando ambos alfas se levantan e intentan sacar la silla para él. Al mismo tiempo.

- Gracias, amores de mi vida. Siempre tan atentos.

Elige ignorar los sutiles gruñidos que nacen del pecho de los alfas, besa la mejilla de ambos y se sienta con gracia, tomando una copa para champagne y levantándola levemente cuando un mesero hace contacto visual con él.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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