Kaia casi explota en carcajadas al ver que Minah tenía en sus manos una percha con el uniforme de Novicia, que al parecer, para su muy nulo conocimiento en el mundo religioso, era como un nivel más bajo al de Monja. La ropa no era precisamente horrible, hasta tenía un listón en la cintura que podría hacerle una bonita forma, pero definitivamente ella jamás elegiría ponerse algo así. A sus dieciocho años se disfrazó de Monja, claramente muy distinto al uniforme real, había llevado una minifalda negra, una camisa blanca abierta que revelaba su brasier de encaje, y un rosario colgando de su cuello, parecía cualquier cosa menos una Monja, pero era irónico como las vueltas de la vida la habían llevado a tener que ser una...Novicia en serio. Debía ser una broma de mal gusto, obviamente, ¿ella Monja? Nunca creyó en la existencia de algún Dios, no había tomado la comunión, y hasta había dejado de ser virgen a los 14 años mientras sus compañeros de curso estaban afuera de esa horrible habitación toda sucia.
No había sido una experiencia del todo gratificante.
⎯ Ahora usarás esto.⎯ ordenó Minah tendiéndole el uniforme que Kaia tomó impresionada, por favor, si Seulgi llegaba a enterarse de esto se le reiría en la cara. Hasta su madre debía estar partiéndose de risa desde el cielo. Kaia Novicia era algo tan imposible de ver como las presencias de espíritus.
⎯ No...⎯ se negó con un tono chistoso que hizo sonreír a Minah, era obvio que una chica de veintiséis años que venía de una vida bastante alocada le costaría adaptarse a un convento.⎯ es imposible que yo use eso.⎯ tomó su mochila colgándola en el hombro, había sido absurdo ir ahí, tal vez debía haber empezado por un prostíbulo de mala muerte, quizá encuentre a un Sugar Daddy. ¿El chico caliente del autobús podría ser un hombre adinerado que pague por ella y sean felices hasta la muerte? Debía bajar los pies a la tierra, con urgencia.⎯ Bueno, hicimos el intento, que lástima.
Cuando ella estaba por irse Minah la detuvo, mirándola como su madre lo hacía cuando quería escaparse a una fiesta a pesar de tener un regaño. Extrañaba mucho a su madre, y ahora la entristecía recordar que casi la había hecho tener canas verdes por ser una adolescente "fuera del carril", como las señoras del barrio la llamaban. Desde los 12 años Kaia conoció lo que eran los cigarrillos, el sexo, la mala junta, las drogas y el alcohol, no significaba que experimentó todo eso siendo tan pequeña, pero una niña de esa edad no debería saber de la existencia de esas cosas. Haberse juntado con gente más grande era lo que la había llevado a hacer estupideces siendo tan joven, como perder la virginidad con un chico de 17 años teniendo ella 14 en un lugar que no era el adecuado, su madre siempre le dijo que debía ser con alguien que ame, en un lugar cómodo, y disfrutarlo, y ella terminó haciendo todo lo contrario; cogiendo con un amigo de Seulgi, en un cuarto sucio, y sin un poco de confianza por haberlo conocido dos veces antes de ese suceso. Comenzó a fumar a los 17, y tuvo que dejarlo solo porque prefería ahorrar dinero para comer en vez de consumir esa mierda, pero ella sabía que si tuviera la oportunidad se compraría una caja de cigarros todas las semanas. Drogas nunca probó, por suerte, pero tuvo que ser la enfermera de sus amigos varias veces cuando quedaban tan mal que no sabían ni dónde estaban parados.
Su madre siempre le dijo que esa junta que tenía era mala, que debería tener amigos de su edad, y ella en ningún momento la descuidó, no había sido una mala mamá, solo que Kaia se dejaba llevar por los demás y hacía cosas que no eran correspondientes para su edad. Ahora recordaba con risas aquella vez que volvió tan borracha que había perdido un tacón en el camino, o cuando con Seulgi estaban siendo "discretas" al fumar en el cuarto de Kaia sin saber que el techo estaba roto y su madre podía oler la nicotina, alguien que no está acostumbrado a fumar, o a vivir con gente que lo haga, detectaba el aroma al instante. De lo que Kaia se arrepentía era de pensar que su madre estaría para siempre con ella, o por lo menos hasta una edad en la que ya hayan tenido muchas experiencias juntas. Se arrepentía de haber ido a esas estúpidas fiestas con gente mayor en vez de quedarse viendo esa película romántica que su madre tanto amaba, de no ayudarla a cocinar por querer dormir por lo cansada que se encontraba debido a dormirse a altas horas de la madrugada, o de discutir por cosas absurdas como tener que ir a comprar un paquete de fideos a la esquina. Extrañaba a su madre, y aunque ella no haya sido su hija biológica, siempre la sintió como tal, madre es la que cría, no la que lleva en el vientre, y eso lo tuvo siempre presente. Si se cruzara a su madre biológica estaba segura de que la mandaría a la mierda.

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Dear Lord| jjk. ✓
FanfictionKaia tuvo que escapar de su pueblo después de que unos prestamistas quisieran cobrar cuentas con ella, gracias a su madre fallecida que les pidió dinero hasta el hartazgo. Tenía que crear una nueva identidad, esconderse donde pudiera, y la amiga de...