Los días pasaban con total fluidez, tanto que asustaba a Kaia, odiaba que el tiempo pase rápido, porque sentía que cada vez estaba más cerca de cumplir años y crecer, convirtiéndose en una anciana que no iba a poder cumplir todo lo que deseaba. Quizá era muy exagerada, recién estaba rondando por los 26 años, faltaba muchísimo tiempo para que llegue al momento en el que esté con un bastón, y con nietos egoístas que la encierren en un asilo porque ella comenzaba a perder la memoria, pero de igual manera ese no era el punto, sino que los días pasaban, y Kaia seguía ahí dentro, no encontraba soluciones para salir y continuar con su vida, porque aunque esté muy agradecida con Minah, también quería dejar de jugar a ser una Novicia y ser ella misma en las calles de Seúl, o de donde sea.
Ahora se encontraba escondida con un teléfono que había robado del cuarto de la Madre Superiora, otra de las cosas que odiaba era tener que hacer todo a escondidas, absolutamente todo, ni siquiera tenía derecho a una llamada, comenzaba a considerar que realmente estaba viviendo en una cárcel, prohibiciones acá y prohibiciones allá, faltaba que también hagan una reunión de presas para golpearla, posiblemente Beatrice sea quien dirija esa reunión. Esperaba ansiosa a que Seulgi responda del otro lado, movía su pie inconscientemente y miraba a todas partes, de verdad se sentía como una ladrona o algo así. Soltó un suspiro aliviado cuando ella le contestó con la voz dormida, miró la pantalla del teléfono y eran las tres de la tarde, no podía ser que siga durmiendo a esa hora, por amor de Dios. Aunque...bueno, era un domingo, quizá se estaba tomando muy en serio su papel de Novicia y por eso ahora no le molestaba tanto levantarse a las siete de la mañana, incluso un domingo.
Se estaba volviendo loca.
⎯ No quiero ninguna oferta.
⎯ Seulgi, soy yo.⎯ habló con el entrecejo fruncido. Escuchó un bostezo por parte de su mejor amiga y el sonido de las mantas, o alguien removiéndose sobre ellas.
⎯ Oh, Kai, ¿de dónde diablos me llamas?⎯ pregunta antes de volver a bostezar.⎯ Lo siento por contestarte así, pero es la mejor respuesta para cuando te llaman los insoportables de las compañías de teléfono.
Kaia rueda los ojos acomodando su cofia, mirando para todas partes nuevamente, ese día la había ajustado demasiado y por eso ahora prefiere quitársela. Mueve su cabello mientras jadea bajito del dolor, posiblemente ahora tendría una marca roja en la nuca por lo fuerte que estaba el nudo, a veces pensaba que era algo tonta haciéndose daño sin darse cuenta. Acomoda su cabello mientras apoya su hombro en la pared, mirando hacia el frente, sin notar que alguien estaba viéndola a sus espaldas.
⎯ Necesito dinero.
⎯ ¿Qué?⎯ suelta la otra chica, ofendida desde el otro lado.⎯ ¿Ni siquiera un "buen día amiga, ¿cómo estás?"?
⎯ Lo siento, Seul, es solo que...
⎯ No, Kaia, siempre es lo mismo contigo.⎯ reclama enojada. Su mejor amiga muerde su labio inferior con pena, odiaba pedirle ayuda a las personas, pero odiaba todavía más pedirle dinero a su mejor amiga, sabía que Seulgi se rompía el lomo (no literalmente, por suerte) trabajando para ayudar a su padre y hermano en la casa, tener un padre alcohólico no era lo mejor, y menos cuando se gastaba tanto dinero en rehabilitación. La misma Seulgi estaba contando los cigarros con los dedos de sus manos, y no gastando dinero en sus vicios por cubrir la recuperación de su padre, y su mejor amiga viene a pedirle dinero. Estaba en todo su derecho de enojarse.⎯ Maldita sea, me llamas muy poco desde que estás en ese lugar de mierda, ¿y ahora solo lo haces para pedir dinero? ¿Me estas tomando el pelo, Kaia? Apenas tengo para comer.
Kaia presiona sus dientes entre sí, no le estaba pidiendo dinero para comprarse un vestido para el fin de semana o para gastarlo en alguna estupidez, había hecho un trato con Sarah y JiHye, no iba a fallarles después de que ellas la hayan cubierto esa noche, y ni siquiera necesitaba tanto, tenía en su cuenta de banco, iba a pedirle a Seulgi que se lo alcance hasta el convento porque ella no podía salir del mismo para ir al banco, estaba expuesta al peligro, y además, ninguna Monja o Novicia salía sola, siempre iba acompañada de dos o más, y todas se preguntarían para qué Kaia querría ir al banco a sacar dinero cuando tenía todo pago. Su mejor amiga fue una apresurada y ni siquiera le dio tiempo a explicarse, y Kaia, lamentablemente, era una vela con la mecha extremadamente corta, por ende se enojaba rapidísimo.
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Dear Lord| jjk. ✓
FanfictionKaia tuvo que escapar de su pueblo después de que unos prestamistas quisieran cobrar cuentas con ella, gracias a su madre fallecida que les pidió dinero hasta el hartazgo. Tenía que crear una nueva identidad, esconderse donde pudiera, y la amiga de...