Ahora yo

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Tomás, acostado en el sillón boca abajo pero mirando a Bob esponja, está suspirando triste, sus labios se abultan y chilla con desespero

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Tomás, acostado en el sillón boca abajo pero mirando a Bob esponja, está suspirando triste, sus labios se abultan y chilla con desespero.

Si pudiera iría con Mateo a ver si estaba bien, pero su madre se había negado de una manera muy extraña.

Volvió a suspirar, se paró para ir por uvas, al cerrar la puerta del refrigerador su padre lo miraba de una manera muy... Sonríente.

-¿Papi?- Tomás le preguntó llendose por el lado contrario a su papá que le tapaba el paso y este lo siguió riendo un poco.

-Convenci a tu madre de que vallas a ver a tu amiguito.- sus ojos se llenaron de esperanza infantil, sonrió en grande y sus uvas calleron.

-¿Vamos?- sonrió emocionado, su padre asintió haciendo que Tomás se fuera rápidamente hacia su habitación, escogería una ropa súper bonita que le gustará a Mateo, también deberá hecharse perfume y... ¿Lavarse los dientes?

Corre abajo y su padre se encuentra ahí, en las escaleras.

-¿Me puedo lavar los dientes?- Ramón lo mira extrañado, pasa su vista en su hijo el cual está sonriendo, también sonríe y asiente.

-Apurate que tú mamá llega al rato...- Ramon se asusta abriendo sus ojos volteando a ver a su hijo temeroso.

Ya me descubrió

Pero su hijo pareció no darse cuenta de ello y solo fue corriendo de nuevo arriba. Suspiro y tocó su corazón, así subió contando las escaleras.

-¿Hijo?- abre la puerta de la habitación de su hijo, mira como tiene su mano derecha en su barbilla y la mano izquierda en el codo de la derecha. Rie, su hijo siempre se pone así cuando piensa demasiado, incluso en las tareas.

.-.-.-.-.

Tomás estaba nervioso, o ansioso esa emoción que tengan los niños de solo 4 años, algo inconscientes de lo que viven.

-¿Porque no tocas?- susurrando le pregunta a su papá, el a estado mirando la puerta de una manera muy extraña desde que llegaron, incluso se subieron de nuevo a la camioneta roja como dos veces.

-Eh, solo, si, tienes razón...- Tomás lo miro confundido, no creía que haya respondido a su pregunta pero no importaba, ya iba a tocar.

Escucha unos pasos y unos gritos, después se abre la puerta dejando ver a la hermosa anfitriona.

-¿Ramón?- exclama sorprendida, lo mira de arriba a bajo y luego ve al pequeño niño, que lo saluda con una sonrisa nerviosa, ¿Porque estaba nervioso? Nose.

-¿Porque la agradable visita, Romi?

¿Le dijo Romi?

-Nada especial, mi hijo quería venir a ver a tu hijo, ¿Cómo se llamaba?- Camille rio divertida y tomo la mano de Ramón, adentrándose a la casa. Tomás se quedó ahí parado, no sabiendo si pasar o no.

Sus Labios Y Los MiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora