En ese momento, pensé que no podía dejar a mis amigos solos y decidí estudiar literatura con ellos. Le comenté mi decisión a Víctor y al oirla se alegró tanto que me dió un abrazo y todo. Me cogió de la mano y me llevó con él a las clases de literatura. Al llegar a el aula empezaron a entrar todos los alumnos y en ese momento Markc al vernos se alegró y vino corriendo hacia nosotros a preguntarnos si estabamos bien y nosotros se lo afirmamos. Con Christine pasó lo mismo. A las 12:00 sonó el timbre que anunciaba el principio de las clases. Christine sin pensárselo me cogió del barzo y me llevó a un pupitre que estaba al lado del suyo. Víctor se sentó delante mía y Nick al otro lado. Los demás chicos y chicas de la pandilla se sentaron en otros sitios. La profesora que nos iba a dar clases tardó bastante tiempo en llegar y mientras tanto estuvimos hablando de todo lo que era de nuestras vidas, de recuerdos de nuestra infancia, de nuestras vergüenzas... Todo este tiempo de charla con Christine, Markc y Víctor me hizo darme cuenta de que eran amigos de verdad y que había hecho bien en cambiarme a estudiar literatura. Estuvimos más de quince minutos hablando pero, nos desanimamos todos cuando llegó la profesora. Al momento nos callamos todos. La profesora era una señora casada y con hijos. Era alta, con el pelo marrón oscuro y de ojos marrón cacahuete. Venía muy seria y al vernos, nos obligó a cada uno de todos los integrantes de la clase a presentarnos ante los demás compañeros en el centro del aula.
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Destinos opuestos
Ficção AdolescenteLa historia de una chica que al llegar a la universidad se enfrenta con una serie de problemas incontrolables al contrario que su hermano