En tus ojos

Una corazonada.

*2 meses mas tarde*

Hace algunos meses que decidimos oficializar con Ignacio, se puede decir que fue muy repentino, aunque esperaba otro tipo de propuesta la verdad que tampoco es que me queje, ya que realmente era la única persona que estaba frecuentando, de verdad le quiero, todavía recuerdo el momento en el que tuve que contárselo a Nico y a Barbie, ambos estaban estupefactos, porque después de el ultimo idiota con el que nos veíamos frecuentemente, realmente no había podido tener una persona  con la que me encontrara seguido, me tome muy a pecho el hecho de decir, que estaba con quien quería y cuando quería cuando yo lo quería.

En fin volviendo al tema, una semana después de que Ignacio se presentara con mi madre, invite a cenar a mis amigos y a el, pues debían conocerlo, me preocupaba mucho la reacción de Nico, ya que ese sábado que le había prometido ir a su partido, no pude ir ya que Ignacio había tenido un pequeño accidente automovilístico, los médicos dijeron que el tenia alcohol en su sangre pero el jura que no bebió mas de dos cervezas, si había algo que odiaba demasiado eran las mentiras y mucho mas que condujera ebrio, esto ya lo había vivido con mi padre, que para mi desgracia le gusta beber demasiado, aun sigue sin controlarse y ya ha tenido varios accidentes.

Voy a contarles como transcurrió esa noche en la que los presente, ya Ignacio varias veces me había preguntado por mis amigos y porque la mayoría eran hombres, le explique que a lo largo de los años pude conocer muchas personas, amigas mujeres tenia 3 o 5 ya que cuando me nacía confiar en ellas alguna me defraudaba, entonces todos mis amigos eran hombres, ninguno de ellos se fijaría en tus conquistas (a no ser que tengan otra orientación sexual, pero por el momento ninguno la tenia).

Cuando Nico y Barbie, llegaron a mi casa, el primero en abrirles la puerta fue El, pude ver detrás de Ignacio como era la mirada de Nicolas, lo conocía a la perfección, sabia cuando algo no le gustaba o algo no era de su agrado, además de que era muy sincero, no se callaba nada y si tenia que tener un enfrentamiento con quien sea lo tendría, esa era su personalidad, con nosotras era miel con los demás era un limón, tan agrio. Esta ocasión no iba a ser diferente, pude notarlo al momento que se dieron la mano y se saludaron, que no le gustaba para nada. Miro para atrás del castaño y rápidamente me hizo señas de que fuera a la terraza. Maldición.

-No me agrada- dijo sin terminar de subir.

-Podrías darle una oportunidad, fuiste tu quien me incentivo a que yo se la diera.- Estaba enfurecida.

-Si se lo que dije, pero no me agrada, tiene una vibra que no puedo terminar de descifrar con esto que quiero decir?, bueno pues que solo lo mantengas para sexo casual, nada mas que eso, no vaya a ser cosa que te haga daño y yo tenga que romperle la cara- Dijo tan rápido eso que apenas escuche la mitad.

-Espera ¿QUE?- estaba en shock, como le diría que somos novios.

-POR FAVOR CATALINA DIME QUE NO..-lo interrumpí.

-Es que las cosas se dieron de otra forma y no se como sucedió realmente lo único que se es que - me interrumpió.

-No podías mantenerlo solo en sexo verdad?- se notaba enojado.

-No es eso, resulta que el se presento frente a mi mama como mi novio y yo no se lo corregí-

- Osea que cualquier persona que se presente frente a tu mama y diga que es tu novio, instantáneamente lograra que seas su novia- Se notaba enojo e ironía en su voz.

Me quede en silencio, observando como caminaba de un lado para otro, mientras despeinaba todo su cabello, las lagrimas no tardaron en caer de mis ojos.

-No hagas eso por favor- Odiaba que llorara.