Pesadillas

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Me encontraba cenando con Ignacio, la  verdad es que no pensaba que esta situación terminara así, sigo molesta con el por su comportamiento pero a la vez pienso que quizás Nico tenga algo de razón, puedo darle una oportunidad, no creo que me lleve otra decepción peor a las que ya tuve.
Luego de cenar me dispuse a lavar los platos, bajo la atenta mirada de Ignacio, se encontraba en la entrada de la cocina recargado contra la pared con un cigarrillo en su mano.

-No se puede fumar aqui adentro- dije sin mirarle.
-Por eso es que fumas en la terraza?- Dijo el mientras soltaba todo el humo en la cocina.
-Bien, tenemos que hablar, veo que no estas dispuesto a que esto sea solo algo casual, así que lo pensé, solo para ir conociéndonos podemos ser exclusivos, sin títulos, pero nadie de los dos debería estar con terceros.- no puedo creer que eso haya salido de mi boca.
-Okay, entonces exclusivos.- Se fue acercando hasta mi, mientras seguía dándole caladas a ese cigarrillo. Cuando me encontré con su mirada, ya lo tenia muy cerca de mi, apago el cigarrillo en el agua donde yo estaba terminando de lavar los platos, me enfureci de nuevo, esta era mi casa y únicamente se fumaba en la terraza mas que apagar un cigarrillo en el lavavijillas no me parecía nada lindo, me gire para recriminar dicho acto pero no me lo permitio ya que sus labios se posaron en mi boca, sin dudas este chico iba a dejarme sin hablar solo de esta forma.

Besaba bien, nuestras bocas bailaban al compás, eran besos húmedos su lengua iba haciéndose paso en mi boca, al principio fue como lento pero luego se noto ansiedad, como si tuviera necesidad de mi, entre besos nos dirigimos a mi cuarto, se sentó en el borde de la cama y me separo de el.

-Déjame verte.- Dijo ronco.- Desvistete  para mi.
Y lo hice, desde mi telefono que ya estaba automáticamente conectado a las bocinas decidí poner un poco de musica, elegí la canción Dangereus Woman de Ariana Grande. Empece lento a desvestirme bajo su atenta mirada, parecía que era un León asechando a su presa, mientras veía que me miraba con deseo empiezo a quitarme mi pantalón dándole una vista  perfecta de mi ropa interior de encaje rojo, di una vuelta sobre mis pies para que viera como quedaba desde la parte de atras.
-Vestida así fuiste a trabajar?-Susurro en mi oído, se había acercado a mi espalda. No respondí.
Mientras yo seguía con mi pequeño baile, sus besos fueron desde mi cuello, hasta lo largo de mi espalda hasta llegar a mis glúteos, también los beso y dio un pequeño mordisco.
-Todos mios- Apretó uno de ellos y me dio una nalgada, me giro para tenerlo de frente, volvimos a besarnos pero esta vez yo estaba encima de el ya que se había sentado en el borde de la cama nuevamente. Pase mis brazos sobre su cuello, empece a hacer pequeños movimientos sobre su miembro, ya en mi centro podía sentir lo duro que estaba, me levante para poder bajarle su pantalón y que solo quedara en bóxer, pero el me anticipo y se despojo de sus prendas rápidamente. Volvió a la cama y se recostó, subí sobre el nuevamente a besarle y a rozar su pene ya liberado contra mis partes, podía sentir el calor del momento y los escalofríos en mi espalda.
-Ponte condon- dije entre jadeos. Lo hizo, y luego corrió mi lencería a un costado dándole acceso para ingresar en mi, lentamente lo fue haciendo y yo ya podía sentir el placer que se gestaba dentro de mi, una vez dentro podía sentir su miembro palpitar, realmente estaba muy exitado. Empezó a darme estocadas lentas pero fuertes, arquie mi espalda, realmente lo disfrutaba, el tenia una mano apretando mi cintura y otra sosteniendo mi nuca, podía ver el placer en sus ojos, decidí tentarlo mas, comenzé haciendo movimientos circulares lentos sobre el, luego seguí moviendome pero esta vez era yo quien provocaba las estocadas, puedo escucharlo gemir y gruñir varias veces, beso mis pezones, los succiono y mordió dejándome pequeñas marcas en mi piel, luego el decidió tomar el mando, se puso a mis espaldas entrando de una sola estocada, ya no eran lentas, eran fuertes, sus manos ambas estaban en mis caderas, apretaba tanto que parecía que no quisiera que me escapase de su agarre, estuvo mucho tiempo en esta posición, menos mal que teníamos musica puesta, ya mis vecinos hubiesen escuchado mis gemidos rezonar, en serio que estaba pasándola extremadamente bien, podía sentir el orgasmo gestarse en mi parte baja, Ignacio seguía con sus nalgadas y me sostenía de mi cabello, dios.
Cuando estaba por acabar me giro, quedando el arriba mio, se coloco entre mis piernas y nuevamente me penetro, esta vez retomo ritmo lento y fuerte, cerré mis ojos por un segundo, acaricie su pecho y espalda, sostuve su cintura y haciendo movimientos para que siguiera el ritmo que yo quisiese llevar, cuando siento que estoy por acabar, vuelvo a mirarlo a sus ojos pero en sus ojos no lo vi a el, si no que vi sus ojos tan oscuros, sus pupilas dilatadas por la exitacion, era otra persona, bajo la vista hasta donde nuestros cuerpo se unían, sabia que estaba por llegar, cerré varias veces mis ojos, y de repente no lo vi a el, si no que vi a Ciro?, sus movimientos aumentaron cada vez mas, podía ver el sudor resbalar sobre su pecho, podía ver sus ojos avellanas mirándome con deseo, podía ver su sonrisa perversa mirándome, estaba en un transe, salí de este cuando escuche.
-Que bien te sientes bonita, estas muy mojada.- Caí en una realidad en la que estaba fantaseando con un hombre que había visto una vez mientras tenia sexo con otro. Dios Catalina.
Mientras seguíamos en nuestro acto, Ignacio llego a su climax y yo también. Salio de mi, se dirigió hacia el baño se deshizo del condon usado y se dispuso a  ducharse, me quede recostada en la cama pensando en lo que acababa de pasar, ¿quien era este chico para meterse tan así en mi cabeza?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por Ignacio, que me dio un beso en los labios, se recostó en la cama y se tapo para dormirse, por mi parte me dirigí al baño a ducharme.
Mientras el agua caliente caía por mi cuerpo, se vino la imagen de hace rato de nuevo a mi cabeza, pero esta con Ciro con quien hacia estas cosas. Lentamente pase mis manos por mis pezones, juguetie algo con ellos, y seguí bajando mi mano hacia mi centro aun hinchado, pedía de mi atención para saciar dicha fantasía, con movimientos circulares seguí tocando mi boton hinchado, jadie de manera baja para no ser escuchada, nuevamente estaba mojada, acelere mi ritmo imaginando que era este hombre quien me tocaba, mi pulso se elevo y llegue al clímax, de una manera abrupta y arrasadora.
Termine de ducharme y mis pensamientos estaban en otro lado.

-Bonita ya vienes a dormir?- No me di cuenta lo mucho que tarde en la ducha hasta que vi la hora en mi telefono las una de la mañana, mierda.
-Si ya voy- cepille mis dientes, me dirigí al cuarto, me puse un nuevo conjunto de lencería pero esta vez negra.
-Si sigues usando esa ropa interior vas a matarme- dijo. Cuando termine me acerque al espejo me vi, vi las marcas de lo sucedido hace un rato en mi cuello, glúteos y espalda, volví a maldecir porque mañana tendría que trabajar con estas marcas en mi piel, fui hacia mi cama y me acoste al lado de Ignacio, ya dispuesta a dormir el me rodeo con sus brazos y dormimos abrazados.

.....
-Asi que fantaseas conmigo mientras estas con el?- Oí decir.
Estaba en mi oficina, sentada, llevaba una pollera de tubo negra que se amoldaba a mi figura y una camisa blanca que al parecer traslucia mi lencería negra, lo veía a el mirarme de manera deseosa.
-Si necesitas ayuda podría darte una mano- Dijo girando mi silla mirándome a los ojos, de un solo movimiento abrio con su rodilla mis piernas, coloco su mano en mi centro y empezó a masajearlo.
-Eso es, mojate para mi- Estaba sin habla no podía creer lo que estaba pasando.
Cuando derrepente un golpe seco se sintió en la habitacion.

-Menos mal que ibas a ser exclusivos maldita zorra.- Vi el rostro de Ignacio volverse roja y ya no era el, parecía el diablo.
Se abalanzó contra Ciro y empezaron s golpearse, cuando quise separarlos, recibí varios golpes, cuando de repente Ignacio que estaba sobre Ciro, cuando quise agarrar el brazo con que le iba a dar un puñetazo, me empujo, mi cabeza dio contra el borde del escritorio y perdí el conocimiento.

-Catalina-
-Catalina-
-Catalina despierta- Oí decir y de un sobre salto volvi.

Estaba en mi cuarto, mi pulso se fue por las nubes, todavía era de noche y el seguía conmigo.
-Bonita, pasaste de pensamientos nocturnos, a pesadillas nocturnas.- Dijo.

Fue una pesadilla, dios, solo fue un sueño nada mas.
-Ven recuestate en mi pecho, trata de calmarte y vuelve a dormir.- Seguí sus indicaciones sin discutir hasta que luego caí en profundo sueño.

En tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora