Problemas.

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Solo pude dormir 30 minutos, ya que en este viaje las excursiones suelen arrancar temprano, por lo cual apenas pude tocar mi almohada, estaban los guías tocando la puerta para que pudiéramos desayunar y partir a hacer sky en la montaña.

La mañana se encontraba demasiado fresca, por la cual decidí abrigarme demasiado, odio el frio. Una de mis amigas, Julieta, había bajado al restaurant de el hotel y fue por café para nosotras.

-Cata, ten, te traje dos medialunas dulces como te gustan- Mi estomago rugió ante esta ultima oración, realmente moría de hambre.

-Gracias Juju- solía decirle así, con ella nos conocemos básicamente desde que tenemos 8 años, fuimos a las mismas escuelas y ahora que ambas tenemos 18 todavía seguimos juntas, Julieta vino a Argentina desde España cuando a sus padres le surgió la oportunidad de trabajo que ellos necesitaban.

-Mas tarde quisiera recorrer el centro, luego de la excursión, quisiera encontrar una tienda para poder comprar compresas-

-Si yo también debería comprar- dije dando un sorbo a mi café, ya era fecha que me viniese y me había olvidado totalmente de comprarlas, aunque pensándolo mejor ya debería haberme bajado, si contamos ya paso 1 mes y 2 semanas que me bajo por ultima vez...

NO, NO, NO,NO.

No puede ser verdad, si no olvide ninguna pastilla, al contrario de eso, recuerdo haber tomado la pastilla de emergencia, que fue precisamente el día que olvidamos por completo usar preservativo.

-Cata, te veo preocupada- Ella me conocía muy bien, sabia cuando algo no estaba bien.

-No me ha bajado- Lo escupí, con un sabor amargo de mi boca, no puedo evitar que mis ojos se llenen de lagrimas y mis manos empiecen a temblar.

-Debe ser un pequeño retraso, no te preocupes- apoyo su mano en mi pierna, dándome consuelo, el cual no servía de mucho porque sentía como que si el pecho me pesara, las paredes de la habitación se estaban haciendo pequeñas y.. me falta el aire.

-Respira, inhala y exhala, piensa en un lugar de tranquilidad, estas atravesando por un ataque de ansiedad, solo respira- Julieta logro recostarme en sus piernas, mientras acariciaba mi cabello, no era la primera vez que me agarraban dichos ataques.

Empecé a tenerlos frecuentemente cuando era muy chica, puedo jurar que sentí que ese día me moría, los descubrí cuando falleció mi abuela, el recuerdo aun me tiene inquieta.

El momento fue horrible, recuerdo escuchar en el teléfono a Mamá decir que mi abuela estaba internada, apenas tenia 12 años, quería que fuese mentira, rogaba que fuese mentira, nunca fuimos personas religiosas, pero ese día fue el que mas le rogué a dios que no se atreviera a llevarse a mi abuela. Recuerdo, que mis lagrimas invadieron mi rostro y que salí de mi casa, corriendo, en busca del calor de sus brazos, corrí tanto que tropecé, raspe mis rodillas pero aun así seguí, hasta llegar a su hogar, toque su puerta varias veces, 1..2..3 nadie respondió, detrás de mi madre me agarra la mano diciéndome que debíamos ir al hospital a verla, que tenia un cáncer severo,  muy avanzado.... era pequeña pero aun así podía entender a la perfección lo que pasaba... y ahí lo sentí, sentí el agujero en el pecho, la falta de aire, la desesperación y mi cuerpo temblar.

Ese fue el comienzo de mis ataques de ansiedad, hubo otras veces después de esa en la que sucedió lo mismo, pero eran casos de extremos que me hacían colapsar emocionalmente.

Fui a terapia muchos años para lidiar con estos ataques, los cuales realmente creí que había superado.

Julieta logro calmarme, ya sentía que podía respirar, el pitido en mis oídos me permitía escuchar mi alrededor.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2024 ⏰

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