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Niall llegó jadeando a su casa. Abrió la puerta y se apoyo pesadamente contra esta. El corazón le latía con fuerza en el pecho, y amenazaba con salírsele por la boca en cualquier momento. Iba a desmayarse, tenía que controlar sus nervios, cosa que le era prácticamente imposible. Harry «increíblemente sexy» Styles acababa de besarle la mano. No solo el chico se había sentado con él durante la clase de química y había sido su compañero, sino que le había BESADO LA MANO.

Quería gritar de la emoción. ¡El chico con el que habia tenido un crush desde hacía años se habia fijado en el! En todo el tiempo que habia asistido a esa escuela, jamás le había dirigido la palabra, ¡y ahora le habia besado la mano! Bueno, dedo, pero eso era lo de menos.

El tajo en su dedo índice ya no dolía, como si el toque de los labios de Harry lo hubiera sanado mágicamente. Sabía que era imposible, pero soñar no costaba nada. ¡Y esa sonrisa! Por dios, esa sonrisa perfecta le derretía el corazón. Y sus rizos. Niall suspiro. Sus rizos eran más que perfectos. Podría morirse allí mismo sin importarle nada más. Su corazón seguía latiéndole en el pecho como una bomba de tiempo a punto de explotar. Sabía que no debería haber corrido tanto ya que eso no era bueno para su corazón, pero los nervios le ganaron de sobremanera. De tan solo volver a pensar en eso le sonrojaba.

Tenía que contárselo a Liam. Justo ese día se le dio por tener una intoxicación alimenticia. El muy goloso había comido algo en mal estado, y ahora debía estar en cama por unos días. Y por supuesto, como su mejor y único amigo, Niall tenía que llevarle la tarea a su casa.

Largó un gran suspiro, ye dirigió a las escaleras. Cuando ya había subido varios escalones, una voz lo detuvo.

"¿Niall? ¿Eres tú?" La voz de su madre venía desde la cocina.

"Si, ma. Yo soy."

Segundos después, una cabellera rubia se asomo por la puerta. "No olvides tomar tus medicamentos, amor." Su madre le recordó.

Niall rodó los ojos. "Mamá, tengo casi diecisiete años. No tienes que recordármelo todo el tiempo. Jamás lo olvido." Además, era muy poco probable que fuera pasarle algo. No le había ocurrido nada grave en años.

Maura se acercó hasta su hijo. "Lo sé, lo sé. Es solo que no quiero que le ocurra nada malo a mi bebé." Colocó sus manos en sus mejillas, pero frunció el ceño. "¿Qué es eso en tu ceja? ¿Te lastimaste?" Intento verlo mejor, pero Niall se alejó de su toque.

"Eh, si. Hoy... me caí." Mintió. "Nada grave."

Su madre sabía que estaba mintiendo, podía verlo en su cara. Era un terrible mentiroso, pero aún así no dijo nada más sobre el tema. En cambio, volvió a sonreír. "Bien, debo irme a trabajar. Hoy tengo doble turno en la cafetería. Te deje la cena en el horno. Llegaré tarde, asi que no me esperes despierto." Su madre le dio un beso en la mejilla mientras tomaba sus llaves.

"De acuerdo, ma. Te quiero."

"Y yo a ti, cielo."

Su madre se fue, y Niall se quedó en medio de la escalera viendo la puerta cerrada. Desearía poder pasar más tiempo con ella. Desde que su padre los dejó, Niall había sido muy unido a su madre. Ella lo aceptaba tal como era, y no le importaba que su hijo vistiera cosas de chicas como a la gran mayoría. Niall le habia confesado sus preferencias por los chicos cuando era pequeño, y aunque él creyó que se enojaría, ella se puso muy feliz por él, diciéndole que lo que eligiera no cambiaría su amor hacia él. Suspirando, subió hasta su habitación.

Después de tomar sus correspondientes píldoras, y de haberse puesto algo más ligero (una camiseta de manga corta blanca, un short color turquesa fuerte, y un precioso brazalete con eslabones del mismo color) partió hacia la casa de Liam con su morral colgado al hombro.

Pink {Narry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora