- ¿Sendai? Pero eso está muy lejos, se me haría imposible ver de nuevo a Satoru...
- Lo sé, amigo, y entiendo tu preocupación, pero tienes que empezar a pensar en ti mismo.
Yuuji se encontraba conversando con su mejor amiga, Nobara Kugisaki, una beta quién era sobrina de la señora que los acogió a él y Satoru cuando eran cachorros.
El pelirrosa estaba cerca de ser despedido de su trabajo, debido a la poca tolerancia a los omegas, y tenía que buscar uno nuevo para poder solventar sus gastos. Desgraciadamente, en Tokio no era muy común encontrar trabajos para los de su casta, sobre todo si estos no tenían los estudios necesarios, por lo que la mayoría optaba por trabajos de sueldo mínimo, como servicios de limpieza, empleados domésticos, acompañantes y en el peor de los casos prostituc10n.
Esa tarde, Nobara llegó a su departamento con varios clasificados, y uno de ellos le había llamado la atención. Era una constructora en Sendai, la cual se estaba haciendo conocida gracias a la inclusión en sus trabajadores. La empresa contaba tanto con empleados betas como omegas, los cuales mayormente se realizaban trabajos de multiservicios e instalación de casas y departamentos. Lo mejor era la paga, la cual era el triple de lo que ganaba actualmente.
Ahora mismo estaban reclutando gente, sin embargo, los sentimientos de Yuuji hacia Satoru no le permitían pensar con claridad.
Ahora que ya no estaba lo extrañaba más que nunca. Las visitas los fines de semana no eran suficientes para ninguno de los dos. Satoru estaba creciendo a grandes pasos, y cada vez más el Omega dentro de Yuuji sentía la necesidad de estar junto a él. Cada domingo era doloroso, despedirse le partía el corazón. Pero tenía que ser fuerte, no podía permitir que su Satoru lo viera quebrarse.
"Mi Satoru..."
Quién iba a imaginarse, que a pesar del mal genio que aparentaba tener, el Alfa Gojo lo recibiría con los brazos abiertos.
—.—.—.—.—.— 6 meses antes —.—.—.—.—.—
- Bienvenidos, adelante. Satoru saldrá en un momento.
El matrimonio Gojo ingresó al departamento de los chicos y tomaron asiento en el mueble más ancho. Yuuji los dejó un momento a solas para ir a buscar a Satoru, quien ya había tardado demasiado.
- ¿Toru? - dijo mientras tocaba la puerta de la habitación del albino - Los señores ya llegaron, te están esperando - pero no hubo respuesta - Entiendo que estés nervioso, pero yo estoy aquí contigo. Si te sientes incómodo házmelo saber y la entrevista se acaba.
La puerta se abrió lentamente, y en ella se asomó el joven Alfa. Dudo un poco, pero luego se animó a salir. Tomó la mano de Yuuji, y juntos caminaron hacia la sala.
Cuando Sora lo vio, se puso de pie de inmediato y corrió a abrazarlo. A Satoru lo tomó por sorpresa, pero la calidez del abrazo le agradó, correspondiendo también. Las feromonas de la Omega desprendían dulces lirios, era evidente que estaba feliz. Al albino le agradó el aroma, de alguna forma sentía que le daba seguridad.
Una vez finalizado el abrazo reparó en el hombre que estaba de pie. Enseguida notó que era un Alfa, y se preparó para enfrentar hostilidad. Sin embargo, el peligris se acercó, se presentó como Sugawara Gojo, y extendió su mano para saludarlo. Al estrecharla, pudo sentir cierto nerviosismo de parte del Alfa, lo cual lo hizo bajar la guardia.
Aunque al principio la conversación parecía más un interrogatorio, poco a poco empezaron a entrar en confianza, haciéndola más amena. El Alfa peligríz comprobó lo que había dicho Yuuji: Satoru era un alumno prodigio, muy hábil en las matemáticas y en idiomas, destacado atleta, excelente orador. Las notas que habían dado sus maestros eran las mejores, presagiando para él un futuro prometedor. Además, parecía muy maduro para su edad, se mostró respetuoso todo el tiempo, y tenía un carisma con el que pocos contaban.
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Bajo la misma Luna 🌙
FanfictionUnidos por la tragedia, dos cachorros indefensos tendrán que luchar para salir adelante y mantenerse juntos. Lo que ellos no saben, es que el destino está dispuesto a ponerlos a prueba. Pero aún queda una promesa: "No importa la distancia, ni el lu...