- Puedo preguntar ¿De dónde conoce a la señora? - preguntó el mayordomo que guiaba a Yuuji hacia la inmensa mansión - Me parece extraño que conozca alguien tan...
- ¿Pobre? ¿Clase media?
- Joven, iba a decir joven.
Aquella mansión parecía un palacio, los salones eran amplios y el piso reluciente. Yuuji no tenía idea del estilo arquitectónico que habían utilizado para construirla, pero le quedaba muy bonito.
- ¿Puedo hacerle una pregunta? si no es mucha molestia, claro - el mayordomo asintió, y el pelirrosa continuó - ¿Sabe si la señora ha vuelto a tener hijos?
El mayordomo se detuvo de forma abrupta y Yuuji, que iba atrás de él, terminó chocando con su espalda. Rápidamente se apartó para mirarlo, se veía muy molesto.
- Si piensas hablar con la señora, entonces, te sugiero que no toques ese tema - Yuuji tragó saliva, el hombre se veía intimidante, aunque no desprendía olor alguno. Seguro se trataba de un beta de rango dominante, porque vaya que le daba miedo.
- Lo siento, no pretendía ser impertinente - se disculpó de la manera más formal que se le ocurrió - Solo que, es importante que lo sepa. En todo caso no tendría sentido que yo esté aquí.
Llegaron hasta la terraza, en donde una mujer alta y de cabellos plateados los recibió con una bella sonrisa.
- Bienvenido Yuuji.
- Gracias - extendió su mano y le dio un leve apretón - Pensé que ya no se acordaría de mí. Ya han pasado ¿cuánto? ¿5 años?
- Sería muy difícil olvidarte. Mucho menos a Satoru. Cuéntame ¿Cómo está él?
***** Cinco años antes *****
- ¡Quiero ver a mi bebé! ¡Exijo que me traigan a mi bebé! ¡Dónde está mi cachorro! ¡Quiero verlo!
- Señora Gojo, cálmese por favor. Entiendo que es difícil...
- ¡Usted no entiende nada! ¡Tráigame a mi bebé! ¡¿Dónde está?!
Sora Gojo lloraba desesperada. Era su primer embarazo, su primer cachorro, A quién cargó, cuidó y amó durante los 7 meses que estuvo estuvo en su vientre. Su pequeño lo era todo, y ahora le decían que había fallecido ¿Cómo esperaban que pudiera aceptarlo tan fácilmente?
Los gritos de la Omega podían escucharse en todo el hospital, clamando, rogando por ver a su hijo. Fue entonces que su esposo, Sugawara, entró a la habitación, trayendo consigo el cuerpo inerte de su cachorro para entregárselo a su mujer y se aceptara la cruda realidad de una vez. Quizá era mejor no retrasar más el dolor.
La Omega lo tomó en sus brazos. Aún estaba tibio, pero poco a poco, y por más que lo besó y abrazó, el cuerpo se iba enfriando.
- ¡¡NO!!... ¡MI HIJO! ¡MI BEBÉ! ¡MI CACHORRO!... ¡TÚ NO!... ¡TÚ NO!... ¡¡POR FAVOR... NO!!
Los gritos eran desesperados, el llanto era incontrolable, la Omega sin consuelo alguno no pretendía apartarse del cuerpo de su bebé. El doctor y las enfermeras intentaron convencerla de entregarlo, pero el Alfa no lo permitió. Dejó que su esposa desahogara todo su dolor, hasta quedar tan débil que se desmayó.
En ese momento, Gojo tomaría al bebé, le daría un beso en la frente a modo de despedida, y se lo entregó el médico para el procedimiento requerido. Una vez que todos salieron, se acostó al lado de su esposa, la abrazó y la cubrió de sus feromonas, echándose a llorar en silencio para no despertarla.
Al mes del fatídico acontecimiento, Sora había desaparecido. Su esposo y todos los sirvientes revisaron la mansión de arriba abajo, sin poder encontrarla. Gracias a las cámaras de seguridad, lograron ver como ella tomó un taxi, con rumbo desconocido. Dieron aviso a la policía, quiénes iniciaron la búsqueda.
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Bajo la misma Luna 🌙
FanficUnidos por la tragedia, dos cachorros indefensos tendrán que luchar para salir adelante y mantenerse juntos. Lo que ellos no saben, es que el destino está dispuesto a ponerlos a prueba. Pero aún queda una promesa: "No importa la distancia, ni el lu...