II. twenty-three

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Eunbyul y el Sr. Cassano estaban afuera de la prisión de hombres, esperando que el director que los acompañaba los dejara entrar

-Pareces nervioso- el Sr. Cassano miró hacia su izquierda y notó cómo sus labios se apretaban en un ceño cansado

Eunbyul negó con la cabeza con una suave exhalación, haciéndoles esperar un segundo más algo en esto no me parecía bien

-Estoy pensando- dijo

Quizás estaba nerviosa pero no por la razón que Cassano podría haber sospechado encontrarse cara a cara y hablar con uno de los bastardos que habían causado la muerte de Hong Yuchan no fue lo que la puso nerviosa

La expresión insegura de su rostro era el resultado de una comprensión, algo que había estado escondido en los rincones más oscuros de su mente algo que le dijera que esto no sería suficiente para complacerla al final no importaba cuánto retrocediera y tratara de enterrar el impulso, todavía estaba allí; un pequeño demonio rojo en su hombro, socavando su rectitud y suplicando por un pequeño descanso de la locura

-Solo un poco

-Una pequeña consecuencia a pagar

-Una pequeña salpicadura de sangre fue suficiente

Claro, sería molesto limpiar; pero todo lo que se pudo hacer para calmar su ira valió el precio ¿No era esto lo que Vicenzo Cassano había intentado

¿Hacerle entender también? Eunbyul no estaba tan seguro de ello pero se aclaró la garganta e hizo la llamada de todos modos

-En su lugar, llévelo a la sala de interrogatorios- detuvo al alcaide que aún estaba allí y abrió la puerta que se suponía que los llevaría al lugar de visita

Ante la mirada de perplejidad en el rostro del hombre, suspiró y buscó en el bolsillo de su abrigo para sacar su placa

-Investigador Hong Eunbyul- El director miró sus credenciales

Se burló ofendida por la expresión severa de su rostro, pero la fría presencia del señor Cassano a su lado congeló el mordaz comentario del hombre el se tragó sus órdenes y se fue con un simple movimiento de cabeza mientras ella guardaba la placa y continuó

-Haré que el abogado Vincenzo Cassano actúe como asesor del caso mientras el recluso responde algunas preguntas por mí

-¿En nombre de quién?

-Mi clienta, Hong Chayoung, hija del fallecido abogado Hong Yuchan- El alcaide hizo sonar el juego de llaves en su mano mientras consideraba todos los problemas en los que podría meterse si seguía adelante con sus audaces demandas

𝕯 𝖊 𝖘 𝖕 𝖊 𝖗 𝖆 𝖉 𝖔 //  vincenzo cassano //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora