Kapitel 2

55 6 0
                                    

Rusia, cuando amaneció, se encontró con el alemán. Los dos conversaron un rato juntos, conversaban sobre sus situaciones económicas o que avances han tenido últimamente.

Alemania había decidido que para divertirse más, podrían ir a una feria de diversiones y de paso seguir conversando.

Rusia y Alemania habían llegado a la feria de diversiones muy entusiasmados por lo que harían, cómo sería y que podrían liberarse de las cosas que los estresan.

—¡Rusia! ¡Mira! — Gritó con emoción el alemán desde lejos— Señalaba un juego mecánico, era un barco, que subía y bajaba.

—Vaya.. Se ve algo tenebroso.. ¿¡Y si nos subimos!? — Dijo el ruso con entusiasmo—

—!Sí! ¡Será emocionante! —Se subieron los dos juntos, el alemán y el ruso en los mismo asientos—

El ruso y el alemán pensaban que ese juego no sería tan duro y  sería algo muy divertido.

Si, era divertido, solo que Rusia se desmayó en medio juego por la adrenalina y  lo alto que se veía todo.

Alemania gritaba con miedo y felicidad, mientras se agarraba lo más fuerte del asiento y el tubo de seguridad.

"Hace tiempo no me sentía de esta manera, estar con Alemania divirtiendome es algo que me anima.. "

Después los dos bajaron con ayuda de los encargados del juego y se reían uno del otro por como reaccionaban al juego.

—JAJAJAJAJA, ¡Alemania! Puff, ¡quiero volver a repetir eso de nuevo! — Dijo el ruso con una alegre sonrisa.

—¡IGUAL YO! ¡VAMOS A OTROS JUEGOS! — Gritó con entusiasmo el germánico.

Los dos países se la pasaron la mayoría del día divirtiéndose en ese parque de diversiones, por unas horas se lograron desestresar y dejar a un lado sus preocupaciones.

Hasta hubieron muchas cosas divertidas de las cuales burlarse uno del otro, como; cuando Rusia se desmayó en un juego de niños y Alemania se cayó junto a él en un tobogán, ese día pasaron muchas cosas divertidas que no se podría contar todas por lo extenso que sería narrar cada una de sus aventuras ese día.

—¡Alemania! ¡Asustaste a un niño por querer subirte primero a un juego de carritos! — Se reía el ruso.

—¡Pero! ¡Me quería robar mi puesto en el carrito personalizado! — Decía el alemán.

—Alemania.. ¡Esos carros eran carritos para niños de 8 años! ¡Por eso el conductor de ese juego te dijo que no tenías edad para subirte! — El ruso se burlaba de Alemania por lo que había hecho.

—¡Igualmente me subí al juego! — Dijo el alemán, burlandose del ruso.

—Eso fue porque sobornaste al conductor del juego.. — Dijo el ruso sonriendo ligeramente

En el camino a sus hogares los dos se fueron discutiendo y burlándose uno del otro por algunas cosas que hicieron en los juegos, eran muchas que a Rusia le daba un ataque de risa por acordarse de que Alemania discutía con la gente por tomar las cosas que le gustaban.

Y Alemania se reía de Rusia por los desmayos que el tenía en los juegos, hasta se caía en juegos de niños pequeños.

La gente del lugar se reía a carcajadas de ellos dos, porque siempre que salían de un juego extremo se caían juntos y luego se reían de ellos mismos.

Que lindo día más divertido.

Ojalá se vuelva a repetir.

EstrelladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora