Capítulo 5

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El jadeo le estaba quitando la respiración. Star corría lo más que podía, aunque no sabía qué estaba persiguiendo. Solo podía verse a sí misma corriendo en un laberinto, un laberinto de máquinas de arcade, cuyas pantallas aumentaban su brillo y volumen de sonido a su paso. Su vista era borrosa, y podía decirse que ni siquiera podía detenerse, casi como si no fuese ella quien controlara su propio cuerpo.

Después de unos minutos de solo correr, Star cayó sobre sus propias rodillas. La música de todas las máquinas la estaba mareando, junto a las luces de neón y las pantallas brillantes. Sacudió la cabeza, su vista seguía borrosa. Pudo ver una silueta formándose frente a ella, no parecía muy alta. No era la de un adulto, era un niño. Star jadeó una vez más y cayó boca abajo en el piso.

Vio la silueta frente a ella, estaba de pie. Sentía que lo había visto, estaba segura de que lo había visto. La silueta solo corrió, Star quiso hablar, pero sintió la lengua mucho más pesada de lo normal. Solo pudo cerrar los ojos por unos segundos. Luego reaccionó.

Se levantó frenéticamente sobre sus brazos y tomó una bocanada de aire, y miró a su alrededor. Todo se había apagado, las pantallas y las luces que alumbraban el cuarto.

Lo único que proporcionaba luz eran las figuras de neón que estaban en las paredes. Era una luz débil, pero lo suficiente para hacerte ver dónde estabas. Se paró sobre sus piernas, que se tambaleaban y parecían no resistir su peso.

- ¿Hola? - preguntó, su voz hizo eco, un eco que se perdió en la oscuridad. Se paró erguida y caminó, miró alrededor, las máquinas apagadas hacían un pasillo que parecía infinito. Miró a la pared y pudo reconocer los hoyos en la pared.

- ¡El Fazcade! - Star habló en voz alta, y pudo escuchar una voz a lo lejos. Corrió como pudo hacia donde ella, pudo ver cómo todo de repente volvía a iluminarse, empezó a ver personas, pero no parecían... Reales. Corría a través de ellas, como si no existieran. Sus rostros tampoco eran reconocibles, parecían adolescentes, niños, adultos. Había de todo. Star sentía como el sudor corría por sus mejillas, ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba?

Fue ahí cuando llegó a la fuente de la voz.
Dos chicas, jugando Pinball, una pelirroja, otra de pelo negro. Parecían de su edad, quizás un año menores a lo mucho. Junto a ellas, un chico, de unos 12 años. Star sintió algo que le atraía sobre él, como si hiciese algo para llamar su atención.

Mientras la pelirroja dominaba su máquina y la competencia con su amiga.
Cuando la chica redujo la velocidad con una captura en vivo tan buenacomo su captura, miró al niño, moviendo su rostro hacia él.

- ¿Eres un acosador? - preguntó ella -. Te ves un poco joven para ser uno.

Star no podía ver el rostro de las chicas del todo, eran borrosos, aunque no tanto como el de la gente atras. En cambio, la cara del niño si era clara, nitida. El niño sonrió.

- No soy un acosador. Estoy tratando de averiguar quién es GGY, y
pensé que, dado que tú y tu amiga obviamente juegan mucho, es posible que le hayan visto.

- ¿GGY? - dijo la chica de cabello negro. Lanzó su pelota en el
momento justo, y rebotó en una carambola que hizo que su total de puntos casi empatara con los de su amiga. El niño señaló la lista de máximos goleadores.

- Los puntajes de GGY son mucho más altos que los de cualquier otra persona. Ustedes dos son las mejores anotadoras en estas máquinas, además de GGY. Pero los puntajes de GGY están, como, en otra realidad... - fue ahí cuando todo se detuvo, como si se hubiese puesto en pausa.

Todo empezó a desvanecerse, Star se sentía paralizada. Casi como si no pudiese intervenir, quería preguntar qué estaba pasando, dónde estaba y por qué estaba allí. Pero no pudo.

Five Nights at Freddy's: Security Breach - DebuiltedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora