Epílogo.

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Pues parece que sí, todavía tenía mucho por resguardar; cuándo padre estaba a mí lado, cuándo leí aquel estado. En verdad, sentí que todo en mí mundo cayó.

Tienes novio, ¿Eh?

Realmente, no sé sí lo hiciste por alejarme o porque es la verdad.

Justo lo subiste después de ese mensaje, de mis disculpas.

Sí esa fue tú intención, bien, no tengo porque entender los motivos de los demás. No tengo porque rogarte más.

Se acabó.

Suerte, Enid, te deseo lo mejor. Y a mí lo peor.

En ningún momento me enteré de tú relación, nunca lo mencionaste.

No mentiré, el enojo me invadió en su momento y mande a volar a cualquiera que se me acercase. Pero al pensarlo aún más... No tienes ninguna culpa. Nunca fuimos nada, ni un casi algo, yo fui la única persona que intentó algo y eso estuvo bien, me arriesgué y perdí.

Aún me duele, demasiado. Cada qué escuchó tú nombre o una sola referencia a tú presencia, las lágrimas se acumulan. Nunca saldrán, no frente a ti.

Eres capaz de amar a cualquiera. Es tú derecho. No importa sí es Ajax o es cualquiera, no puedo meterme en algo de esa relevancia. Sí eres feliz junto a él, me alegraré por ti. Pero no me pidas volver a hablarte de la misma manera o actuar de la misma manera, no puedo ser de esa manera y lo sabes.

Cordial y fugaz, te contestaré. Tal cuál escaparé.

La vergüenza de mis sentimientos siempre será cautiva; no por ello pienses que te odio o qué tengo una pizca de molestia.

Más nunca olvidaré que, entre tantos aspectos, palabras y sentimientos todo se puede reponer. Ya qué, al final, nunca te perdí, ya que nunca te tuve.

[WEDNESDAY] El saber de perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora