Invisibles ||Reiner Braun|| ||Jean|| xOC fem

Capítulo 10

"Avanzar"

— ¿Ya te has decidido?

— Sí, iré a las tropas de guarnición. Creo que es la mejor opción. —ambos se detuvieron por un instante en un árbol— ¿Y tú?

— Policía Militar. Bertholdt quiere ir con el cuerpo de Exploración.

— Bien.

Siguieron yendo entre los árboles, buscando los titanes ficticios.
Localizaron uno, Sasha, Connie y Jean se dirigían también a él.
Ela tomó impulso y llegó primero a él, cortándole la nuca de un sólo golpe.

— ¡Eso era mío! —exclamó Jean.

— ¡Golpe de suerte! —respondió ella.

— Golpe de suerte. ¡Sólo nos tomas el pelo! —exclamó Connie.

— Pero a ti no te puede tomar el pelo, no tienes. —respondió Sasha— Ela, ¿por qué te gusta hacernos pensar que eres débil?

— Porque lo soy.

Siguieron entrenando en el bosque, y en medio de las alturas se descubrió pensando en lo feliz que era ahí. Mucho más feliz de lo que fue en Paradise.

Ojalá mi hermana hubiera visto esto. Le habría encantado vivir aquí.

Continuaron con el entrenamiento, sólo restaba un titán y todo el mundo lo buscaba. Ela reía a carcajadas cada que saltaba de árbol en árbol, cuándo encontraron el faltando, intentaron apresurarse para ser el primero.
Ella en cambio se dejó caer, dando vueltas y poco antes de llegar al césped volvió a salir disparada y de con dos cortes acabó con el problema.

Sus amigos la miraron atónitos, aseguraban que le gustaba pintarse cómo débil, frágil y a veces, hasta tonta, pero seguían sin entender porqué.

— ¡Cadete Blanchard! —el instructor Shadis llamó su atención.

— ¡Señor! —Ela aterrizó frente a él en posición de firmes.

— La quiero ver en la oficina antes de la cena.

— ¡Entendido señor!

— ¡El entrenamiento por hoy concluyó! Pueden retirarse a sus lugares.

La gente con la que casi no hablaba comenzó a retirarse mientras que sus amigos la rodearon y felicitaban.

— Ela, ¡eso fue asombroso! —la sacudió Eren— Tienes que enseñarme a hacerlo.

— ¡Sí!, esa manera de caer te dió velocidad. —insistió Armin.

— Además te veías muy divertida. —Sasha pasó un brazo por encima de su hombro.

— Oye, Jean. —Marco le dió un codazo a su amigo— Deberías de decirle que te lo muestre.

— Sí, Ela. ¿Cuál es tu secreto?

— No hay ningún secreto, chicos. —suspiró entusiasmada— La verdad es qué estando aquí, rodeada de todo esto, en el aire, aquí, me siento libre. —confesó. Annie, Bertholdt y Reiner intercambiaron miradas preocupadas, pues no se habían acercado a felicitarla— Quisiera que todo siempre permaneciera igual.