Nijika: ¡Pervertido! ¡Lo sabía! Seika, aléjate de él.
TN: No, no es lo que piensas, es solo...
Nijika: ¡Aléjate de mi hermana!
Nijika me había gritado. No era como los gritos de ayer; hoy era diferente. En su voz denotaba algo de miedo. Quería que Seika se alejara de mí lo más pronto posible.
Seika: Nijika, no es lo que piensas. Debes calmarte.
Nijika: ¡No! ¡No quiero! ¡No dejaré que pase de nuevo! ¡No quiero!
Nijika había tenido un ataque de ansiedad. Había caído de rodillas al suelo con una respiración agitada. Seika corrió a abrazarla y tratar de calmarla. Me miró preocupada y solo me habló.
Seika: La llevaré a su habitación. No tomes esto personal, por favor. Luego te explicaré, ¿sí?
*Seika se llevó a su hermana a su habitación sin ponerse nada de ropa. La preocupación por Nijika era mayor y, claro, de repente, se hiperventiló y cayó al suelo. Me miraba con miedo. Quería alejarme de Seika a toda costa, pero ¿por qué? ¿Qué sucedía?*
*El miedo se apoderó de Nijika al pensar que Seika podría estar nuevamente en peligro de ser abusada físicamente por su pareja. Una sensación de impotencia y desesperación la invadió, mientras revivía el dolor y la angustia de experiencias pasadas. La idea de que alguien pudiera lastimar a su querida hermana desencadenó una oleada de preocupación y ansiedad en su interior. Cada pensamiento estaba lleno de temor por lo que podría suceder y la incapacidad de proteger a Seika de cualquier daño. Era una montaña rusa emocional, con la esperanza luchando contra el miedo, pero el temor prevalecía, dejando a Nijika con el corazón apretado y los nervios a flor de piel.*
Seika: Nijika, por favor, cálmate. Tranquila, él no es así, no nos hará daño.
Nijika estaba atrapada en un ataque de ansiedad. Había pasado mucho tiempo desde que experimentó uno, pero la situación desencadenó una respuesta intensa. ¿Por qué reaccionó así al ver a Seika desprotegida frente a ese hombre, su prometido? De repente, recordó quién era ese sujeto.
Nijika: No quiero...
seika: no pasara
*Hace unos 2 o 3 años, Seika había salido con un chico que parecía ser alguien alegre y de buen corazón. Nijika siempre lo vio con buenos ojos y nunca mostró signos de ser diferente. Sin embargo, las cosas comenzaron a ir mal gradualmente. Había días en los que Seika no regresaba a casa, y cuando lo hacía, su rostro estaba cubierto de angustia. Evitaba la mirada de Nijika y se quejaba cuando la abrazaba. Todo se esclareció un día cuando Seika se descuidó y Nijika la vio. Su hermana estaba...*
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Nijika: Seika, tu rostro...
Seika: ¡Nijika!
Rápidamente, Seika se volteó, cubriéndose el rostro, visiblemente asustada.
Seika: ¿Qué haces en casa a esta hora? Deberías estar en la escuela.
Nijika: Volví por algo, pero tu rostro...
Seika: No es nada, solo me caí por ahí. Estaré bien.
Nijika: ¿Es él, hermana?
*Seika ignoró la pregunta y se fue de allí. Estuvo comportándose de manera extraña durante mucho tiempo; cada vez llegaba con un nuevo moretón o no salía de su habitación. Un día, Nijika confrontó al chico que supuestamente era su novio, aquel que no mataría ni a una mosca. Qué gran error.*
Nijika: ¡Tú estás lastimando a mi hermana! ¿¡Por qué!?
???: Oh, te diste cuenta. Bueno, te diré por qué.
Aquel hombre que aparentaba ser tan tranquilo y amable cambió ese día para mí. Se acercó con una sonrisa algo siniestra y me acorraló.
???: Lo hago por diversión. Esa perra no quiere darme su amor, no quiere abrir esas piernas para mí, así que me divierto de otra forma. Pero ella está enamorada, es una idiota. Siempre vuelve por más. Sería tan sencillo que abriera esas piernas y todo acabaría.
Asqueada, traté de salir de allí, pero ese sujeto me tomó de los brazos y se acercó a mí.
???: Aunque hoy llegó un juguete nuevo, una perra en miniatura igual a su hermana mayor. Tal vez tú no opongas resistencia y abras esas piernas para mí.
*Cada movimiento del hombre parecía un avance amenazante, mientras se acercaba a ella con una sonrisa siniestra. Nijika sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando las manos del hombre se posaron sobre ella, violando su espacio personal con un toque desagradable. La sensación de vulnerabilidad y desamparo la paralizó mientras intentaba alejarse, pero sus esfuerzos fueron en vano. El dolor y la humillación se convirtieron en compañeros no deseados en ese momento oscuro y angustioso, mientras Nijika anhelaba desesperadamente que todo terminara. El recuerdo de ese encuentro perturbador continuaría atormentándola mucho después de que el abuso físico hubiera cesado.*
nijika: para porfavor..
*Ese hombre con el que compartía comidas al lado de mi hermana estaba tocándome, no podía hacer nada, su fuerza era mucho más que la mía; sentía sus manos recorrer mi cuerpo, no quería, me daba asco..., en un momento estaba en el sofá con el sujeto encima, mi camiseta estaba levantada y mis manos atadas, este tipo me...eso creí. Mi hermana había llegado, me vio llorando, amarrada de manos, con su novio encima mío tocándome, luego lo golpeó en la cabeza y me sacó de ahí. Llamó a la policía y lograron capturarlo. Ese tipo solo me tocó, pero si ella no hubiese llegado, tal vez hubiera sido otra historia. Pasé mucho tiempo en terapia, asqueada de los hombres, de lo crueles que podían ser. Solo era una niña, no le importó, aún así me tocó y lo disfrutó. Gracias a ella, el tipo no abusó de mí, pero el trauma quedó en mí. Cuando me enteré de que ella se tendría que casar con alguien que apenas conoce, intenté evitarlo. No quería vivir eso de nuevo, ni que ella fuera golpeada. Este tipo es más grande y fuerte que el anterior ex de ella, si hacía lo mismo, yo...*
Nijika: seika no quiero
seika: te entiendo, no te pido que lo aceptes ni que lo trates bien se todo lo que pasaste al igual que yo solo dale una oportunidad ves a bocchi el es como ella solo que mas grande
Nijika: lo intentare....
*TN se encontraba preocupado afuera de la habitación de Seika y Nijika. La comida se había enfriado y las dudas comenzaban a invadir su mente. ¿Nijika lo odiaría? ¿Había hecho algo malo sin darse cuenta? ¿Realmente estaba bien que estuviera allí? Sin embargo, a pesar de sus temores, recordaba la amabilidad y la belleza de Seika, lo que lo hacía desear fervientemente que todo estuviera bien entre ellos. No quería ser la causa de ningún problema, especialmente con alguien tan agradable como Seika.*
Seika: TN, lamento lo de hace rato. Nijika y yo... bueno, pasamos por algo hace unos años. No me siento lista para decírtelo, pero te lo diré. Solo dame tiempo, y a Nijika también. Ella no te odia, solo dale tiempo y demuéstrale que eres diferente.
TN: S-sí, entiendo.
Seika: ¿Por qué no me miras?
TN: Aún estás en ropa interior...
Seika: ¡Ah! ¡Cochino!
Seika sale corriendo a su habitación mientras yo sangraba de la nariz.
