*Como un Yakuza, así me veía, pero ¿qué tan mala era mi apariencia? Nunca tuve amigos en la escuela, aunque me esforzaba, todos se alejaban. Tal vez si me veo mal, pero que una niña me diga que parezco un Yakuza fue como si me arrojaran un balde de agua fría con hielo en la espalda en plena madrugada.*
TN: ¡Juro que no tengo conexiones con la mafia! Solo soy alguien normal con una cara un tanto peculiar. Por favor, no llamen a la policía, ¡estoy limpio!
nijika/seika: (se parece a bocchi)
*Ahí me veían, medio convulsionando de tanto explicar que no tenía nada que ver con un mafioso. La situación era tan absurda que sentía como si estuviera en una comedia de enredos. Mis intentos por convencerlos solo parecían empeorar las cosas, como si estuviera en un sketch de comedia mal escrito. En ese momento, solo podía reírme de mi propia desventura, esperando que entendieran que mi apariencia no reflejaba mi verdadera naturaleza.*
Seika: ¿Así que tú y yo nos tenemos que casar?
TN: Básicamente, fue algún arreglo entre ambas familias.
Seika: ¡Qué tontería fue esa, papá!
TN: Creo que ambos estaban pasados de copas. Aun así, nuestras madres terminaron aceptando. Creyeron que te convendría, pero no tengo más valor que una pulga de mar. Además, solo traigo problemas donde voy.
*El aura depresiva de TN flotaba a su alrededor como una nube de lluvia gris en un día de picnic. Sus movimientos eran tan lentos que parecía que estaba en una competición para ser el caracol más lento del mundo. Cada vez que hablaba, su voz sonaba como si estuviera tratando de cantar una ópera triste en un karaoke vacío. Sus expresiones faciales parecían ser un ensayo para el papel principal en una obra de teatro llamada "La Tristeza". En resumen, su aura depresiva era como un bufón melancólico en un circo de emociones, listo para sacar una sonrisa de desesperación a quien se atreviera a mirarlo.*
seika: bueno tu ya me conoces pero no me has dicho tu nombre como es que te llamabas?
Tn: cierto soy TN gotoh mucho gusto
*Hice una pequeña reverencia para saludar a Seika mientras sentía una mirada amenazadora en mi espalda, unos ojos penetrantes que parecían gritar "¡muere o vete!", al menos eso creía. Un escalofrío recorrió mi espalda, y el miedo se apoderó de mí, haciéndome desear estar en cualquier otro lugar.*
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nijika: Hermana, no pensarás en casarte con un extraño, ¿verdad?
*¡Dios mío, esa chica da más miedo que un payaso en una película de terror! ¿Qué pasa con ella? ¿Por qué no deja de mirarme como si fuera una hamburguesa en oferta? Tengo miedo, ¡como una niña pequeña en un parque de atracciones embrujado!*
